Al final de la escapada (1960)

Considerada como una de las películas fundacionales de la Nouvelle Vague, 'Al final de la escapada' fue ante todo la primera película de Godard, con la que ya sentaba las bases tanto del movimiento como de lo que sería su cine, al menos su primera etapa. Una suerte de noir deconstruido, con Jean-Paul Belmondo y Jean Seberg como amantes frustrados y un trágico final que ya es historia del cine.

Una mujer es una mujer (1961)

Tras 'Al final de la escapada', Godard realizó su primer largometraje con la actriz que se convertiría en la gran musa de su cine, Anna Karina. En 'Una mujer es una mujer' daba vida a Angela, una alocada stripper que desea tener un hijo pero no termina de ponerse de acuerdo, por lo que decidirá pedir ayuda a su mejor amigo, formando un tenso pero divertido triángulo amoroso y despertando los celos de ambos.

Vivir su vida (1962)

La prostitución (y sus implicaciones de largo alcance, vía trabajo asalariado) fue un tema siempre presente en la filmografía de Godard. Una de las películas más rompedoras de su primera etapa, con Anna Karina de nuevo en el papel principal, abundó en este asunto mediante la triste historia de Nana, una joven aspirante a actriz empujada al trabajo sexual. 

Banda aparte (1964)

Una de las películas más icónicas de Godard y también de las más influyentes, pues no es raro ver su rastro en filmes tan dispares como 'Todo en un día' y 'Pulp Fiction'. Porque las aventuras de Odile, Arthur y Franz en esta suerte de thriller cómico se convirtieron en las favoritas de los espectadores franceses de la época, y también de todos aquellos que la ven hoy en día y alucinan con su escena musical.

El desprecio (1963)

¿Qué podemos esperar de un filme de Godard que aborda el cine dentro del cine? Pues una absoluta puesta en solfa: con Michel Piccoli y una Brigitte Bardot en la cumbre de su fama, más el mismísimo Fritz Lang en un breve papel, el cineasta sigue las vicisitudes de un cineasta atormentado por igual a causa de sus tribulaciones sentimentales y la preproducción de un péplum basado en 'La Odisea'. 

La Chinoise (1967)

Si bien Godard ha quedado como uno de los cineastas políticos por antonomasia, su perspectiva sobre el tema nunca fue complaciente. Rodada en vísperas de la revolución de 1968, esta película lo demostró satirizando sin piedad a los jóvenes intelectuales franceses que se dejaban arrastrar por el maoísmo (y el terrorismo) como por cualquier otra moda. 

Week End (1967)

La película que, a juicio de los expertos, marca un antes y un después en la obra de Godard es esta sátira de humor negrísimo y sangriento inspirada por el relato 'La autopista del sur', de Julio Cortázar. Para dejar clara su actitud, que le alejaría definitivamente del mainstream, el cineasta remató el filme con un rótulo que no dejaba lugar a dudas: "Fin (del cine)".

Sympathy for the devil (1968)

Inmerso ya del todo en su etapa más radical, Godard entregó filmes tan abracadabrantes como este, también conocido como One plus One. Una mezcla de alegorías políticas (incluyendo una tienda de cómics regida por neonazis) e impagables imágenes de los Rolling Stones dándole forma poco a poco a esa canción que prestó su título a la película. 

Todo va bien (1972)

La película más accesible de la etapa 'revolucionaria' de Godard atrapa a Yves Montand y una Jane Fonda recién oscarizada por 'Klute' en una huelga en una fábrica de salchichas. La posterior visita de la actriz a Vietnam del Norte dio pie a Godard y su colaborador Jean-Pierre Gorin para rodar 'Letter to Jane', ascético mediometraje que criticaba sin piedad su afán de protagonismo.

Salve quien pueda, la vida (1980)

Abandonando (aparentemente) la política, Godard estrenó los 80 regresando a territorios más accesibles con este drama sobre una pareja en crisis (Jacques Dutronc e Isabelle Huppert). El metraje 'behind the scenes' en el que el director propinaba una antológica bronca a su operador de cámara demuestra que, pese a todo, Godard mantenía incólume su actitud de perpetuo cabreo.

Yo te saludo, María (1984)

Una de las películas más señaladas del Godard de los 80 fue también una de las más polémicas de su filmografía. La historia de un embarazo virginal por intervención divina, evidente recreación del relato evangélico sobre el nacimiento de Jesucristo, se ganó una condena formal del papa Juan Pablo II, la prohibición en varios países e incluso atentados por parte de grupos ultraderechistas.

Histoire(s) du cinéma (1998)

Tan larga en su elaboración (diez años) como en su metraje (ocho capítulos de 266 minutos), esta serie documental fue la transición definitiva de Godard hacia el cine ensayístico, así como una ocasión para usar todos los recursos de su libro de estilo (la voz en off, los intertítulos…) a fin de reflexionar sobre el cine como arte, su lugar en la cultura del siglo XX y su propia experiencia como autor y espectador.

Nuestra música (2004)

Dividida en Infierno, Purgatorio y Paraíso, como la Divina Comedia de Dante, 'Nuestra música' no es solo una reflexión de Godard sobre el 'nuevo orden mundial' posterior al 11S y sobre el conflicto palestino-israelí, sino también una cinta en la que el director se interpreta a sí mismo: una ocasión para verle jugar con la percepción pública de su persona y sus habituales modos de troll vitriólico. 

Film Socialisme (2010)

En el fondo de la carrera de Godard siempre hubo un humor ácido y, muchas veces, desesperanzado. Para probarlo, nada mejor que este filme rodado parcialmente en el crucero Costa Concordia (que naufragaría sonadamente en 2012) con teléfonos móviles, y en el que caben desde vídeos de gatitos tomados de YouTube hasta un tiro a puerta de Iniesta o un cameo de Patti Smith.

Adiós al lenguaje (2014)

En 2010, Jean-Luc Godard soltó una de sus mayores bombas anunciando que preparaba un filme en 3D. Ganador del Premio del Jurado en Cannes, y con un destacado protagonismo de Roxy, la perrita del director y su pareja, 'Adiós al lenguaje' llevó el formato a límites que el cine comercial jamás hubiera soñado con explorar, y fue aclamada como una obra maestra.