Aniversario Nacimiento Reina Isabel 21 abril 2024

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Discurso con motivo del aniversario del nacimiento de la reina Isabel.

Monumento a la reina Isabel. Madrid.

En un día como hoy en el que celebramos el nacimiento de nuestra Reina Isabel, resulta difícil hablar de una mujer que marcó un antes y un después en la Historia de la Humanidad.

Sus acciones son de tal nivel que lo raro es encontrar alguien que no sepa mencionarnos alguna.

Lo mejor será dar pinceladas de ciertos momentos que marcarían su personalidad de forma notable.

Durante largo tiempo se daba por cierto que su fecha de nacimiento fuese el 23 y no el 22 de abril de 1451 en Madrigal de las Altas Torres, Ávila.

Nada de extrañar para una persona que en el momento de su nacimiento no significaba mucho a los reyes Juan II de Castilla e Isabel de Portugal.

Ocupaba el tercer lugar en el orden sucesorio, precedida por dos hermanos varones que eran los destinados a suceder al rey Juan II.


Juan II de Castilla

Sus hermanos Alfonso, menor que ella, y Enrique, este segundo fruto del primer matrimonio de Juan II con María de Aragón, con quien tuvo otras tres hijas, Catalina, María y Leonor, todas ellas fallecidas de niñas.

Su destino no era reinar, sino incrementar el poder del reino por alianzas matrimoniales con grandes nobles, extranjeros o nacionales, haciendo crecer las influencias políticas de Castilla.

En la lista de pretendientes figuraron personajes históricos de gran renombre como …


Rey Alfonso V de Portugal

Rey Alfonso V de Portugal

Duque de Guyena y Príncipe de Francia, Carlos de Valois, hermano de rey Luis XI de Francia

Maestre de la Orden de Calatrava Pedro Girón

Príncipe de Navarra Carlos de Viana.

Todos sabemos cómo terminó la ‘cosa’ del matrimonio, y todas las vicisitudes pasadas hasta lograrse el enlace de Isabel de Castilla con Fernando de Aragón.

Así que mejor centrémonos en otros hechos que espero les sean algo más desconocidos, y por consecuencia de mayor interés.

Naveguemos hasta la ciudad de Segovia del año 1476.


Beatriz de Bobadilla

Las alianzas creadas a la sombra de la Guerra de Sucesión de Castilla (1476-1479, Paz de Alcasovas), frente al bando de su sobrina Juana de Castilla, la Beltraneja, nacida en Madrid en 1462, llevaron a que la Reina Isabel se apoyase en personas relevantes como Andrés Cabrera y su esposa Beatriz de Bobadilla, que fueron ganando influencias y poder sobre la ciudad.

Se dice que, con un alto grado de abuso, generando un creciente descontento entre sus habitantes.

Resulta un hecho muy destacable que, al cuidado de Beatriz de Bobadilla, la Reina Isabel hubiese dejado a su primogénita, la infanta Isabel.

Muestra clara de la cercana relación y elevada confianza depositada en ellos.

Transcurriendo el año 1476, Andrés Cabrera fue llamado a la presencia de la Reina Isabel, sustituyendo, este a su salida, al alcaide del Alcázar, Alonso de Maldonado, por su suegro Pedro de Bobadilla.


El Alcázar

Probablemente, esta fuese ‘la gota que haría rebosar el vaso’ acelerando los acontecimientos, multiplicándose las revueltas hasta que finalmente asaltaron los de Maldonado el Alcázar el 20 de julio de 1476.

En dicho asalto tomarían como rehén al propio Pedro de Bobadilla, refugiándose los seguidores de este en la torre del homenaje.

Manteniendo los defensores a buen resguardo a la infanta Isabel.

Los rebeldes trataron de canjear a la infanta por el de Bobadilla, a lo cual rotundamente se negaron los defensores de la torre.

“no habían de entregar lo más por lo menos, hiciese lo que quisiese”

De todo lo ocurrido se enteraría la Reina Isabel el 1 de agosto encontrándose en Tordesillas junto con el Cardenal Mendoza, por lo que sabiendo el peligro en que se encontraba su hija, partió sin ejército alguno hasta Segovia, recorriendo los 60 kilómetros a caballo con la única escolta de tres guardias.

Desoyendo todos los avisos de peligro que trataban de evitar su entrada en la ciudad tomada por los rebeldes, entró en el Alcázar y manteniendo las puertas abiertas, pidió a todos que entrasen y le explicasen lo ocurrido.


Gonzalo Chacón.

Oyendo a las partes zanjó la Revuelta de Segovia en apenas unas horas, nombrando alcaide del Alcázar a Gonzalo Chacón.

Dando ejemplo evidente de su valor y entereza, conjugando tanto su persona como madre y reina en un solo espacio y tiempo.

No sería el único a lo largo de su reinado, hechos similares se repetirían en numerosas batallas tanto internas a Castilla como con los vecinos portugueses, navarros y nazaríes.

Para no cansarles, termino recordando un hecho similar que demuestran la mujer ‘de armas tomar’ que fue nuestra Reina Isabel.


Batalla de Toro

En 1476, aun humeando los fuegos de la Batalla de Toro del 1 de marzo que puso fin a la Guerra de Sucesión, guerra por la que se decidió quien vestiría la Corona de Castilla, pero que también sirvió para resolver numerosos conflictos locales entre los poderosos nobles castellanos.

Uno de muchos enfrentamientos sería librados entre el Duque de Medina-Sidonia y el Marqués de Cádiz, y sus diversas alianzas con los Villena, entre otros.

Los Medina-Sidonia desde un principio habían hecho causa a favor de Isabel y Fernando, no así los de Cádiz, que lo habían hecho a favor de Enrique IV, resultando evidente que el triunfo de la Reina Isabel había debilitado enormemente la posición del Marqués.


Rodrigo Ponce de León,

Los rumores de seguir siendo contrario a la causa de los Reyes Católicos era un peso que seguía sobrevolando la cabeza de Rodrigo Ponce de León, por lo que, encontrándose la reina en Sevilla en 1477, analizando la situación caótica en la que se encontraba la ciudad, entre otros motivos por ser frente de batalla de los enfrentamientos de estas dos poderosas casas castellanas.

Rodrigo Ponce de León, haciendo ejemplo del valor que siempre había demostrado en batalla, se presentó en los aposentos de la reina, sin huestes ni escoltas a demostrar su fidelidad.

Este hecho, que a cualquier mujer le podría haber escandalizado adoptando cualquier medida al alcance de tan poderosa reina, muy al contrario, en lugar de prescindir de tan valeroso personaje, le convertiría en mano derecha de la causa que abanderaban los reyes, siendo desde dicho momento punta de lanza de la Reconquista.

Al igual que en el primer hecho se conjugaron sus dotes como madre y reina, en este segundo lo harían sus talentos como estadista y reina.

Vicente Medina

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