Por qué Benito Juárez mandó fusilar a Maximiliano de Habsburgo - Infobae

Por qué Benito Juárez mandó fusilar a Maximiliano de Habsburgo

El emperador murió durante las primeras horas del 19 de junio de 1867 por órdenes del entonces presidente Benito Juárez

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Cuando Maximiliano y Carlota llegaron en mayo de 1864, el país se encontraba dividido entre las pugnas de los conservadores contra los liberales. (Fotos: Mediateca/INAH)
Cuando Maximiliano y Carlota llegaron en mayo de 1864, el país se encontraba dividido entre las pugnas de los conservadores contra los liberales. (Fotos: Mediateca/INAH)

Benito Juárez es uno de los personajes más emblemáticos de la historia nacional, no por nada es uno de los símbolos más representativos de la actual administración federal, sin embargo, hay mucha polémica respecto a si Juárez fue un “buen gobernante”.

El investigador Ricardo Méndez-Silva recalca que por mucho tiempo se ha acusado al también llamado Benemérito de las Américas de haber querido vender el territorio a los Estados Unidos con tal de que lo ayudaran a establecer su gobierno en el país y a eliminar la oposición que en ese momento eran los conservadores.

Maximiliano de Habsburgo fue uno de los grandes obstáculos durante el mandato de Juárez, pues fue el elegido del Imperio francés para establecer el Segundo Imperio mexicano. De hecho, los enemigos de Benito fueron los encargados de recibir a la pareja real en el Puerto de Veracruz el 28 de mayo de 1864.

Maximiliano estableció su imperio en la CDMX y Juárez trasladó su gobierno al norte de la República. (Fotos: INAH)
Maximiliano estableció su imperio en la CDMX y Juárez trasladó su gobierno al norte de la República. (Fotos: INAH)

Al principio, el hombre nacido el 21 de marzo de 1806 en Guelatao, Oaxaca, trasladó su gobierno al norte de la República Mexicana, mientras tanto, el emperador austríaco, junto con su esposa Carlota Amelia, intentaban acercarse más a la sociedad mexicana, sobre todo a la aristocracia, en la capital del país. Con el tiempo, el entonces emperador y la emperatriz fueron enamorándose también de la cultura del territorio.

A pesar de que fue largo el proceso de lucha contra los europeos, el presidente y representante de los liberales logró regresar triunfante el 15 de julio de 1867 a la Ciudad de México, no sin antes haber fusilado a Maximiliano y a los generales Miguel Miramón y Tomás Mejía.

Maximiliano fue fusilado en Querétaro junto con Miguel Miramón y Tomás Mejía.  (Fotos: Archivo General de la Nación México // Twitter @CasaHabsburgoMX)
Maximiliano fue fusilado en Querétaro junto con Miguel Miramón y Tomás Mejía. (Fotos: Archivo General de la Nación México // Twitter @CasaHabsburgoMX)

El oaxaqueño expuso en su Manifiesto Justificativo de los Castigos Nacionales en Querétaro que el motivo principal por el que decidió terminar con la vida del europeo fue para demostrar al mundo que ninguna casa imperial podía acabar con la soberanía nacional. De esa forma mostró que las consecuencias serían duras y firmes para todo aquel que quisiera atentar contra la democracia y el sistema político mexicano.

En el documento detalló: “Se ha afligido al extranjero que nos oprimía y ultrajaba lleno de soberbia, porque aquel mismo que tiene en los cielos su morada, es el visitador y protector de nuestra patria, que hiere y mata a los que intentan acabar con la soberanía (...) El otro bando es aquel que fundó el orden en la fuerza y con la fuerza extorsiona, mata y no respeta la autoridad y a los que persiguen por sistema a la democracia y sus defensores ”.

Además, fue la culminación perfecta de una lucha, sobre todo ideológica, a la que se enfrentaron los juaristas por cuatro años consecutivos. La muerte de Habsburgo representó el fin de una nación dividida y el término de la larga batalla de los liberales contra los conservadores, la cual también se tradujo como un conflicto entre el Estado y la Iglesia.

A pesar de que, de acuerdo con el contexto del momento, el fusilamiento del austriaco pareció ser la mejor opción, Ricardo Méndez del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM señala que no se debe dejar de lado que las políticas del emperador austríaco fueron más liberales que varias de las políticas del Benemérito.

Benito Juárez es considerado como uno de los máximos defensores de la soberanía nacional.  (Foto: INAH)
Benito Juárez es considerado como uno de los máximos defensores de la soberanía nacional. (Foto: INAH)

De hecho, su cambio gradual en pro de los derechos de los indígenas y el apoyo a los que más lo necesitaban fueron sólo algunos de los motivos por los cuales el Imperio de Napoleón III le retiró su apoyo, puesto que el fin de ponerlo al frente era para favorecer los intereses religiosos y de la aristocracia, situación que, en definitiva, no cumplió en su totalidad ni él ni su esposa Carlota.

El término del Segundo Imperio mexicano significó el triunfo de Benito, la derrota de los europeos y el final de un gran proyecto manejado por las manos equivocadas. Tal vez Maximiliano sí era lo que México necesitaba, sin embargo, la influencia maquiavélica francesas fue la perdición del gobernante.

El investigador también comenta que a pesar de que el país escapó de las garras europeas, no tardó mucho en meterse a las norteamericanas, las cuales de una u otra manera, hubieran buscado la forma de dominar e imponer su influencia, situación que no costó mucho trabajo con Benito como presidente.

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