Edvard Munch.
Cuadros fundamentales para entender la historia de la Pintura.
El grito (1893). Edvard Munch.
Óleo, temple y pastel sobre cartón. 91 cm x 74 cm.
Galería Nacional de Oslo. Noruega.
Munch comenta en algún momento que, del mismo modo que Leonardo da Vinci estudiaba la anatomía humana diseccionando cuerpos, lo que él intenta es diseccionar almas.
Gracias a este cuadro, el más representativo de su producción (al punto de ser un ícono cultural, lo que significa que es uno de los cuadros más identificables por gran parte de la sociedad), se lo considera “precursor del expresionismo”.
Munch se fascina y se deja influir por la obra de Van Gogh y Paul Gauguin. Al mismo tiempo, en vez de pintar sólo reproduciendo lo que es externo a él, empieza a expresar en sus cuadros los sentimientos y emociones más profundas. El mundo visto de acuerdo al estado de ánimo
Eso es el expresionismo.
En su técnica, como sería de esperar, podemos observar que utiliza los dos recursos que caracterizarán a dicho movimiento: la “distorsión emotiva” de la figura (en este cuadro, veamos el rostro que se desfigura para transmitir su emoción), y el colorido estridente como herramienta para enfatizar los estados de ánimo.
Si quieres leer sobre temas relacionados, te recomendamos algunos links:
Otro pionero del expresionismo: James Ensor.
Buscando más antecedentes de expresionismo: las pinturas negras de Goya.
Munch y la deformación como herramienta de expresión.
Recuerda que también puedes encontrar más material utilizando el buscador de la página.
4 comentarios
Esperanza Batista Matos · 3 julio, 2021 a las 8:50 pm
Me encanta la pimtura!me encanta 3 minutes de Arte!
Carol agurto · 28 abril, 2020 a las 9:26 am
Muy buena. Tuve la suerte de verlo en el museo de Oslo y tiene varias obras que me dejaron boquiabierta también visite el. Pueblo donde nació y su conocí más de su vida. Vale la pena
Ronaldo · 16 septiembre, 2019 a las 6:12 pm
Que hay de cierto en comentario del cielo rojizo y la erupción del Kratatoa en Java?..suena más que difícil de creer…
Rita S Sarubbi · 12 septiembre, 2019 a las 12:48 pm
Buenísimo.