Desde la llegada de Pixar, el cine familiar estadounidense ha visto la progresiva desaparición de la carne y su sustitución por el píxel. Con esta película, John Krasinski, padre junto a Emily Blunt de Hazel y Violet, de 9 y 7 años, intenta recuperar el cine familiar de gran presupuesto y en carne y hueso. Lo hace acompañado de todos los papis modernos de Hollywood (Ryan Reynolds, Steve Carell, Brad Pitt…) y con una referencia más que obvia.
Cuando todavía estamos en la presentación de la trama de la película, la abuela de la protagonista (Fiona Shaw), se queda traspuesta ante el televisor mientras ve El invisible Harvey (Henry Koster, 1950), clásico cinematográfico basado en la obra de teatro de Mary Chase. En ella, James Stewart se echaba de amigo a un conejo de dos metros invisible a los ojos del mundo. Como Stewart era un tipo hecho y derecho, todos pensaban que estaba loco. La salud mental no estaba tan de moda como ahora y nadie le diagnosticaba esquizofrenia, bipolaridad o cosas así, sino que le querían llevar al loquero y dejarle el cerebro frito.
Claro está, que uno hable y beba solo resultaba algo sórdido, y la fábula sería retomada tiempo después por el terror en Donnie Darko (Richard Kelly, 2001) o Pooka Lives! (Nacho Vigalondo, 2018). John Krasinski, todo amor paterno, ha decidido realizar el proceso inverso e infantilizar su contenido. ¿Qué tal si todos tuviéramos nuestro Harvey particular que adoptara la forma deseada por la imaginación del consumidor? El hijo de un panadero con sobrepeso tendría a un Harvey orondo y con una ortodoncia desastrosa, como Blue; el de un niño dado a romperse los huesos el de un dragón con muletas; una eficiente secretaria, un unicornio… Y así hasta el infinito.
Claro, que para invocar a ese “ami”, nombre que le dan a los ami-gos imaginarios y poder verlos, hay que recuperar al niño que fuimos, invocación que hará nuestra médium particular de 12 años llamada Be (Cailey Fleming). Krasinski es un papi anti tech, muy en la onda de los gurús de Silicon Valley. El emparejamiento entre adultos y seres sobrenaturales se realizará sensorialmente y anti digitalmente. En el filme hay una apología de todo lo que tiene que ver con el mundo analógico: vinilos, gramófonos, cámaras de vídeo, fotografías, televisión de tubo, atracciones de feria…y humanos, muchos humanos. Lo que Krasinski propone, en realidad, no es solo hacer un cine que pueda gustar a sus hijas y sus amigas, sino es la conciliación entre el mundo pixarizado y el de los actores.
El problema reside en que el diseño de los amis, a cargo de Chris Lawrence y la británica Framestore, es poco atractivo. Lawrence demostró su habilidad en Christopher Robin para lucirse con personajes ya desarrollados, pero se le atragantan los originales. Blue parece una versión XXL de Sully, de Monsters Inc. Blossom, un cruce entre Campanilla y Betty Boop; el achacoso patriarca Lewis, una variante de Winnie the Pooh y Lotso… Cada uno es de su padre y de su madre, y la película se resiente en lo estético. Por más que se esfuerce Ryan Reynolds como payaso triste, la reivindicación actoral de Krasinski se queda a medias, lo cual demuestra su compenetración marital: es exactamente lo mismo que le ocurría a El regreso de Mary Poppins (Rob Marshall, 2018), a mayor gloria de su mujer, Emily Blunt.
FICHA TÉCNICA
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Director:
John Krasinski
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Género:
Comedia
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País:
Estados Unidos
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Sinopsis:
Una niña pasa por una experiencia traumática y empieza a ver a los amigos imaginarios de todo el mundo que han caído en el olvido a medida que las personas han ido creciendo.
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Guion: John Krasinski
Reparto: Ryan Reynolds, Cailey Fleming, John Krasinski, Fiona Shaw
Duración: 104 min.
Veredicto: Un matrimonio difícil entre animación e imagen real.
Distribuidora: Paramount
Estreno: 17/5/2024
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