Así fue como Los Zetas influyeron en los jóvenes pandilleros de Monterrey - Infobae

Así fue como Los Zetas influyeron en los jóvenes pandilleros de Monterrey

Más de 200 pandillas de la capital de Nuevo León adoptaron dicho nombre en ‘honor’ al grupo delictivo

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Muchos jóvenes adoptaban el nombre de Zetas para sus pandillas (Infobae)
Muchos jóvenes adoptaban el nombre de Zetas para sus pandillas (Infobae)

En Monterrey, tras la visita de Juan Pablo II el 31 de enero de 1979, su nombre se popularizó enormemente, inspirando no solo a los padres a nombrar a sus hijos en su honor sino también a marcar la ciudad con su huella, nombrando puentes y mercados con su nombre.

Algo similar ocurrió con los jóvenes a finales de los 2000, e inicios de la década pasada, cuando grupos de estudiantes comenzaron a adoptar el nombre de ‘Los Zetas’, en ‘honor’, a la organización criminal, misma que formó parte de la narcocultura del noreste del país.

“En los meses posteriores al 31 de enero de 1979, cuando Juan Pablo II visitó Monterrey, el nombre del jerarca religioso se convirtió en uno de los más tecleados sobre las actas de nacimiento por las viejas máquinas de escribir del Registro Civil. Cada día aparecía por lo menos un nuevo Juan Pablo en las salas de maternidad de los hospitales locales. Tal fue la fiebre por nombrarlo todo como él que en la ciudad hay puentes y hasta mercados que llevan el nombre del antecesor de Joseph Ratzinger”, se lee en el libro ‘La Guerra de Los Zetas’, del periodista Diego Enrique Osorno.

'El Lazca' fue uno de los líderes más sanguinarios del cártel de la última letra. (Especial)
'El Lazca' fue uno de los líderes más sanguinarios del cártel de la última letra. (Especial)

Este fenómeno refleja la influencia significativa que el líder religioso tuvo en la ciudad, extendiéndose más allá de lo espiritual para anclar su legado en la vida cotidiana y urbana de Monterrey, desafortunadamente pasó lo mismo con el crimen organizado, al ser una motivación para los jóvenes para ingresar a esas filas.

“Algo parecido ha sucedido últimamente con las más de dos mil pandillas de la ciudad contabilizadas por las autoridades. Muchas de ellas han tomado el nombre de Los Zetas, aunque no tengan relación orgánica con la banda del crimen organizado. Sólo por imitación, jovencitos de secundaria que se juntan a la salida de la escuela deciden en algún momento ponerse el nombre de Zetas. Navegué por espacios de internet como Myspace y Hi5, y encontré chicos de barrios como la Independencia o Valle Verde que publicaban sus fotografías asumiéndose como zetas”.

Del mismo modo, ha surgido una tendencia preocupante en la que pandillas juveniles emulan a organizaciones criminales adoptando nombres de alto perfil sin tener vínculos reales con estas.

Específicamente, más de dos mil pandillas en la ciudad han decidido llamarse a sí mismas Los Zetas, un nombre notoriamente conocido por pertenecer a uno de los grupos delictivos más violentos del país.

Así describían a Los Zetas los habitantes de Nuevo León y Tamaulipas (Infobae)
Así describían a Los Zetas los habitantes de Nuevo León y Tamaulipas (Infobae)

Estos jóvenes, muchos de ellos estudiantes de secundaria, se agrupan y asumen esta identidad para proyectar una imagen de poder y temor, una práctica que se ha documentado en redes sociales como Myspace y Hi5, donde publican fotos y se identifican abiertamente como miembros de esta peligrosa facción.

Esta imitación por parte de las pandillas escolares hacia una organización tan peligrosa como Los Zetas resalta la problemática de la idolatría de figuras criminales entre los jóvenes, lo que plantea serios desafíos para la seguridad y la cohesión social en Monterrey.

Esto le pagan Los Zetas a los jóvenes pandilleros que reclutaban (Infobae)
Esto le pagan Los Zetas a los jóvenes pandilleros que reclutaban (Infobae)

Esto le pagaban Los Zetas a jóvenes pandilleros que reclutaban

En su obra ‘La Guerra de los Zetas’, el periodista Diego Enrique Osorno aborda la dinámica entre la conocida organización criminal Los Zetas y los jóvenes pandilleros en Nuevo León, revelando detalles sobre los pagos que estos recibían por sus servicios.

Osorno, quien investigó de cerca el conflicto en la región, señala que los pandilleros más destacados eran compensados con 200 dólares semanales, una suma que en aquel momento equivalía a aproximadamente dos mil 600 pesos mexicanos.

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