Will (2011), de Ellen Perry

Will es un chaval de 11 años, hincha acérrimo del Liverpool, conoce hasta los detalles más nimios del popular equipo de fútbol británico. Pero ha sufrido bastante en la vida. Su madre murió siendo él un crío, y el padre se vino abajo hasta el punto de dejarle en un internado de monjas y no acudir a verle durante años. Finalmente regresa, y además con una sorpresa, dos entradas para la final de la Champions en Estambul. Todo parece ir sobre ruedas cuando, inesperadamente, el padre muere de un derrame cerebral. Pese a todo, habrá quien ayude a Will a realizar su sueño.

Película familiar bienintencionada, pero a la que falta un hervor. Hay demasiados elementos inconexos -el futbolista de Sarajevo y su particular trauma, el tipo que regenta una taberna, los hinchas solidarios...- a los que no se sabe sacar el necesario partido, y falta capacidad de conmover, en tal sentido se nota que la directora, Ellen Parry, es debutante en las lides de la ficción. Pues no saca partido a los dos actores conocidos que están a sus órdenes, el veterano Bob Hoskins, y el de moda por la serie Homeland Damian Lewis. Tampoco el chavalillo protagonista, Perry Eggleton, se puede decir que esté memorable.

Finalmente queda una trama de aventuras entretenida, con la que pueden conectar los aficionados al balompié. Ellos reconocerán a algún jugador como el escocés Kenny Dalglish.