Whitney Houston y su familia: recordamos la inquietante historia de madre e hija marcada por el drama

Publicado por

Marta ArandaPeriodista especializada en moda, belleza y lifestyle.

Verificado por

Creado: 23.07.2020 | 15:23

Actualizado: 05.01.2024 | 11:58

El 11 de febrero de 2012, Whitney Houston fue hallada sin vida en la bañera de su habitación en el hotel Beverly Hilton de Los Ángeles. Un trágico final para una vida llena de éxitos de una de las voces más prodigiosas de todos los tiempos, que poco a poco se fue deteriorando a la vista de todo el mundo. Una decadencia que fue mucho más extensa que sus años plenos. Dos décadas invadidas por los escándalos, rumores, conciertos truncados y cientos de portadas en todo el mundo. 

En sus últimos meses, cada una de sus apariciones públicas rompía el corazón a sus miles de fieles, con un desmejoramiento más que evidente marcado por la extrema delgadez, una conducta errática y la mirada hueca. De aquella cantante exultante y prodigiosa solo quedaba el nombre.

De pronto, una guerra estalló dentro de su círculo más cercano donde sus miembros empezaron a acusarse entre sí. Muchas fueron las teorías que apuntaban a Robyn Crawford, su amiga y asistente, con la que se rumoreaba que mantenía una relación íntima. Otros acusaban a Bobby Brown, pareja de la cantante, de ser quien la arrastró al mundo de las drogas. Otros señalaban a las presiones de la prensa, la fama, y a las exigencias de su madre, Cissy Houston. 

El 4 de marzo de 1993 nació la única hija de Whitney y Bobby, Bobby Kristina Brown, quien tres años después del trágico desenlace de su madre, se convirtió en el otro eslabón del drama familiar. Este domingo 26 de julio, se cumplen 5 años desde que la joven de apenas 22 años, falleciera tras 6 meses de coma inducido debido a un cóctel fatal de drogas, alcohol y calmantes que le provocaron un daño irreparable en el cerebro para, después, la muerte. 

Un suceso que fue imposible de no comparar con la muerte de su madre, aunque tras la autopsia de la joven, las autoridades confirmasen que el caso pasaba a ser una investigación criminal con Nick Gordon, pareja de la víctima, como principal sospechoso. Pero la historia trágica de Whitney Houston y su familia producto del abuso de drogas sumó a principios de 2020 un nuevo capítulo.

Fue precisamente el novio de Bobbi, Nick, quien había sido una especie de hijo adoptivo de Whitney desde los 12 años, el último en heredar el fatal desenlace que acabó con la vida de su pareja y de la artista. A pocas horas de comenzar el 2020 en un lujoso hotel de Florida, Nick Gordon, de 30 años, colapsaba por unas sobredosis de opiáceos. Los paramédicos intentaron reanimarlo sin resultado de camino al hospital. De inmediato, cientos de portadas en todo el mundo informaron de otra tragedia en una saga familiar repleta de ellas.

Una infancia complicada

Bobbi Kristina Brown creció en una casa en la que los padres estaban encerrados en uno de los cuartos drogándose, del que salían muy de vez en cuando, mientras ella era cuidada por tías abuelas e institutrices.

Carne del periodismo sensacionalista

Desde muy pequeña, Bobbi Kristina Brown fue carne del periodismo sensacionalista. Desde apariciones en brazos de su madre en entregas de premios hasta ser una especie de actriz de reparto en el reality show de su padre en 2005. Un programa donde se veía a Brown y a la cantante pelearse, estar visiblemente afectados por el consumo, disfrutar de una vida lujosa, desvariar ante la cámara mientras que Bobbi, de 12 años, intentaba hacer su vida como fondo de cada escena.

Nick Gordon, el último eslabón de la tragedia familiar

A pocas horas de comenzar el 2020 en un lujoso hotel de Florida, Nick Gordon, de 30 años, colapsaba por unas sobredosis de opiáceos. Los paramédicos intentaron reanimarlo sin resultado de camino al hospital.

5 años del fatal desenlace

El 11 de febrero de 2012, Whitney Houston fue hallada muerta en la bañera de su habitación en el hotel Beverly Hilton de Los Ángeles. Tres años después de aquella tragedia, Bobbi Kristina Brown, la única hija de la cantante cayó en un coma inducido desde que el pasado 31 de enero de 2015 fuese encontrada boca abajo e inconsciente en la bañera de su casa en Roswell, Georgia, por una sobredosis.

Una adolescencia marcada por las drogas y el alcohol

A los 15 años, Bobbi Kristina sufrió su primera hospitalización por exceso de consumo de drogas. A los 16, se hicieron virales unas imágenes donde aparecía la joven con unos amigos bebiendo y tomando drogas. A los 19, pocos días después de la muerte de su madre, tuvo que volver a ser hospitalizada hasta en dos ocasiones, en cuestión de pocas horas. Las versiones oficiales hablaron de un colapso nervioso en una de las veces, y la otra por haber tomado demasiado alcohol por la angustia de la pérdida, mezclado con sedantes. La mezcla de esos elementos habría producido un desequilibrio que obligó la intervención de los médicos.

Tras los pasos de su madre

Tras sus múltiples hospitalizaciones, cada aparición de Bobbi hacía recordar a la de los últimos años de la vida de su madre. Estaba demacrada, había perdido muchísimo peso, su conducta era errática y sus palabras confusas.

Estalla la guerra familiar

Bobbi Kristina fue declarada la única heredera de la fortuna de Whitney Houston, lo que ocasionó numerosas disputas con el resto de sus familiares por la administración de esas sumas, lo que centró a la joven en el punto de mira de la prensa. Varios parientes de la artista reclamaron el manejo de la herencia y las peleas se extendieron por meses.

Una relación 'incestuosa'

Bobbi mantenía una relación amorosa con Nick Gordon, a quien Whitney Houston consideraba como un hijo adoptivo, o así lo trataba. Cuando salió a la luz el idilio, Cissy Houston, madre de la artista, condenó la relación calificándola de ser ‘una pareja incestuosa’. Una relación que siguió el mismo patrón que la de los padres de ella, donde predominaron las peleas públicas, las agresiones físicas, denuncias y excesos.

El derrumbe de una voz prodigiosa

Tras una larga racha de éxitos imparables, Whitney Houston comenzó a deslizarse hacia las profundidades del horror. Una caída que al principio fue lenta, luego abrupta, pero siempre sin control. Su decadencia fue mucho más extensa que sus años en auge, donde su persona estuvo rodeada siempre de polémica, rumores, escándalos y conciertos truncados que terminaron por deteriorar a una de las estrellas con más talento, más prodigio y con un don incalculable de la industria musical. Sin embargo, en sus últimos años, ese instrumento perfecto se trasformó en un graznido triste y ronco, desganado y desafinado. Una parodia amarga de lo que había sido.

Una trágica herencia familiar

La muerte de Nick Gordon fue, hasta ahora, el último eslabón de una historia familiar desgraciada en las que las muertes por sobredosis se acumulan de manera insensata. Una historia en la que el talento de Whitney, el dinero y la fama no alcanzaron para evitar un derrumbe desolador. La madre, la hija y el yerno estragados y muertos por la adicción.

Las posibles causas del fin de una estrella

Muchas fueron las teorías que apuntaban a Robyn Crawford, su amiga y asistente, con la que se rumoreaba que mantenía una relación íntima, del declive de la artista. Otros acusaban a Bobby Brown, pareja de la cantante, de ser quien la arrastró al mundo de las drogas. Otros señalaban a las presiones de la prensa, la fama, y a las continuas exigencias de su madre, Cissy Houston, para llevar a lo más alto su carrera musical.