En plena crisis mundial por la pandemia a causa del Covid, con un miedo infinito e innumerables interrogantes en el aire, todos pusimos en manos de la ciencia nuestras esperanzas. Los investigadores trabajaban casi sin descanso, era una carrera a contrarreloj y, por desgracia, cuesti�n de vida o muerte. Era clave encontrar respuestas, entender los mecanismos de acci�n de esta apabullante infecci�n y recabar la mayor cantidad de datos posible para desarrollar cuanto antes tratamientos e inmunizaci�n. Enfrentados a la pura realidad, nos hicimos conscientes de que el desarrollo de todas las vacunas que conoc�amos hasta la fecha hab�a necesitado entre cinco y diez a�os. Demasiado tiempo soportando los estragos diarios del SARS-CoV-2 sobre nosotros. Y ah� sucedi� el milagro de la ciencia: tuvimos vacunas espec�ficas en menos de un a�o y, antes de finalizar 2020, se empez� a inmunizar a la poblaci�n.
�C�mo pudo lograrse? Gracias a la carrera acelerada de cient�ficos de todo el mundo por lograr la f�rmula m�gica y a d�cadas de investigaci�n b�sica. Se estudiaron m�s de 140 posibles inyectables. El primero en aterrizar, curiosamente, marc� otro gran hito. No s�lo por el tiempo r�cord en el que se desarroll�, sino tambi�n porque inaugur� una nueva forma de producir vacunas, basadas en la tecnolog�a ARN mensajero (ARNm).
Al contrario que las convencionales, centradas en pat�genos debilitados o inactivados para estimular al sistema inmunitario para que aprenda a localizar y destruir al enemigo, las vacunas de ARNm act�an aprovechando nuestra maquinaria celular para que sean nuestras propias c�lulas las que produzcan prote�nas id�nticas a las que llevan los virus en la superficie. De esta forma, el sistema inmune se entrena y aprende a reconocerlas hasta estar preparado en caso de que se produzca una infecci�n.
Vacunas en tiempo r�cord
Nadie imaginaba contar con una inmunizaci�n tan r�pido, y menos a�n con una que fuera radicalmente distinta al arsenal inmunizador previo. Pero el m�rito no empez� con la carrera investigadora durante la pandemia, sino a�os atr�s, con el conocimiento previo de investigadores que hab�an trabajado en el silencio que acompa�a a la ciencia b�sica. En octubre de 2023, sus nombres fueron reconocidos por la Asamblea Nobel del Instituto Karolinska de Estocolmo con el Premio Nobel de Medicina y Fisiolog�a: Katalin Karik� y Drew Weissman. �Desde 1999 trabajamos juntos. Han sido 24 a�os de investigaciones codo con codo�, afirmaba Karik�. �Ya en 1997, vimos el potencial que esta tecnolog�a ten�a. Y nunca nos rendimos�.
El citado ejemplo sirve para entender la trascendencia de invertir y cuidar la ciencia b�sica, la I+D. Fue realmente un hecho revelador, pero no el �nico. Por ejemplo, el descubrimiento de una t�cnica para cortar y pegar de manera precisa informaci�n gen�tica: �CRIPR, que en su origen era un sistema de ciencia b�sica para caracterizar bacterias. Desde hace unos a�os, esta t�cnica de edici�n gen�tica se est� mostrando muy �til en algunas enfermedades, como la leucemia�, ilustra Albert Quintana, coordinador del Grado de Ciencias Biom�dicas de la Universidad Aut�noma de Barcelona (UAB).
Y as� ha sucedido tambi�n con la nanomedicina, la inmunoterapia o la medicina regenerativa. Todo naci� en un contexto de investigaci�n pura sin fines inmediatos pr�cticos, con el objetivo de incrementar conocimiento sobre la realidad que nos rodea, y evolucion� hacia grandes cambios, tanto en prevenci�n como en diagn�stico y tratamiento de patolog�as muy impactantes.
Mayor inter�s por la I+D
As� funciona la I+D y cada vez somos m�s conscientes de su impacto. Tanto, que dentro de la elevada y tradicional demanda de las carreras sanitarias, durante los �ltimos a�os est�n adquiriendo especial relevancia las especializaciones vinculadas a la investigaci�n y el desarrollo en los laboratorios, por su mayor demanda laboral. En palabras de Quintana, �estamos viendo un claro auge de centros biom�dicos de I+D asociados a los hospitales. Realmente, vemos un boom expansivo en este campo�. De hecho, a�ade, �la nota de corte de las ciencias biom�dicas se ha igualado a la de Medicina�.
En la misma l�nea, el decano de la Facultad de Medicina de la Universidad CEU San Pablo, Tom�s Chivato, observa un �crecimiento exponencial� de �la investigaci�n en biomedicina�. Los ensayos cl�nicos, los estudios epidemiol�gicos, los nuevos f�rmacos, los registros, las enfermedades raras... Las nuevas afecciones precisan de profesionales especializados para ofrecer respuestas a todas estas situaciones.
Espa�a, recuerda Chivato, �es uno de los l�deres mundiales en investigaci�n cl�nica. De los 1.944 ensayos cl�nicos autorizados en la Uni�n Europea en 2023 a trav�s del nuevo Sistema Europeo de Informaci�n, los centros espa�oles participaron en 845, un 43% del total [...]. Somos el segundo pa�s a nivel mundial, despu�s de EEUU. M�s de 150.000 espa�oles participan en alg�n tipo de ensayo cl�nico�. Obviamente, �este �xito en la investigaci�n se debe al nivel cient�fico de los profesionales sanitarios, la excelencia de los hospitales y el apoyo de la administraci�n sanitaria y la agencia reguladora�, entre otros factores, junto a la creciente implicaci�n de los pacientes y la fuerte apuesta de la industria farmac�utica en Espa�a.
Opciones de posgrado
Se necesitan profesionales competentes en investigaci�n: m�dicos, farmac�uticos, biotecn�logos, ingenieros biom�dicos o bioinform�ticos. La bioinform�tica es una herramienta esencial para las Ciencias de la Salud. Los avances en el estudio y comprensi�n del modo en el que funcionan los fen�menos biol�gicos ofrecen nuevas oportunidades en el diagn�stico y tratamiento de enfermedades. Tal como explica el experto de la UAB, �la demanda de profesionales con conocimientos en bioinform�tica y an�lisis de datos se est� multiplicando en la actualidad. Se necesitan estos profesionales en institutos de investigaci�n, hospitales y empresas del sector biotecnol�gico�.
Efectivamente, coincide Beatriz Nespereira, directora acad�mica del Centro Europeo de M�steres y Posgrados (CEMP), �notamos un incremento en la demanda de profesionales m�s formados, con nuevos conocimientos relacionados con I+D+I, aparte de la carrera tradicional�. Por ejemplo, para saber analizar un elevado volumen de datos resulta muy �til instruirse en bioestad�stica o bioinform�tica. Y es por eso que tienen tanto �xito los m�steres dedicados a estas tem�ticas. �Recibimos muchos alumnos de 40 o 50 a�os, con su carrera asentada, pero con necesidad de reciclarse y de ampliar sus competencias�.
Para dar respuesta a estos imperativos del mercado laboral en la rama de la I+D sanitaria, las universidades van haciendo hueco en sus programas para adaptar sus formatos formativos. M�steres (1.500 horas de duraci�n, aproximadamente) o cursos especializados m�s cortos (de alrededor de 350 horas). Existe una infinidad de tem�ticas. Los m�steres en ensayos cl�nicos o en medicina regenerativa �son dos ejemplos que nuestra Facultad de Medicina oferta para que graduados en Ciencias de la Salud adquieran las competencias necesarias para realizar la investigaci�n de forma adecuada�, argumenta Chivato.
Por otro lado, la formaci�n en bio�tica resulta esencial. Se trata de generar conocimiento cient�fico que sea, adem�s, �ticamente bueno. Existen m�steres en bio�tica destinados a impulsar una investigaci�n adecuada desde el punto de vista deontol�gico.
Adem�s, tal como agrega el experto de la UAB, �los avances en el estudio de los mecanismos de la gen�tica en lo relacionado con las enfermedades permiten el desarrollo de pruebas de diagn�stico precoz, nuevos tratamientos o intervenciones para evitar la manifestaci�n de la enfermedad o para minimizar su gravedad�.
En definitiva, la investigaci�n, el desarrollo y la innovaci�n son el coraz�n del progreso de la humanidad, la ciencia y el mundo. No s�lo contribuyen al avance de la econom�a, sino que tambi�n impactan de una forma directa en la salud de la poblaci�n y en su grado de evoluci�n. Ese doble inter�s es responsable de que, durante las �ltimas d�cadas, todos los pa�ses desarrollados y los que aspiran a mejorar sus condiciones de vida est�n dedicando crecientes recursos y estableciendo pol�ticas espec�ficas de promoci�n en este sentido.
Seg�n la especialista m�dica Berniza Milagros Calder�n, �la I+D biom�dica genera un nuevo conocimiento, respondiendo a preguntas sobre el funcionamiento de los organismos, que eventualmente desemboca en el desarrollo de nuevos productos, procesos o servicios para prevenir, diagnosticar, monitorizar, tratar y cuidar mejor a los pacientes, o de estrategias para la promoci�n de la salud�. Es decir, el �desarrollo de esas innovaciones por parte del tejido empresarial, en conexi�n con agentes cient�fico-tecnol�gicos y el sistema sanitario, supone una contribuci�n a la creaci�n de empleo, riqueza y desarrollo socioecon�mico del entorno en el que se produce�.