OPINIÓN XPRESS | El conflicto en “Tierra Santa” y sus raíces históricas Parte II - ADN | A Diario Network
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    abril 29, 2024 | 7:21

    OPINIÓN XPRESS | El conflicto en “Tierra Santa” y sus raíces históricas Parte II

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    Resumen de la parte I
    El conflicto “Tierra  Santa”  tiene sus raíces en el reparto de territorios entre el Reino Unido y Francia al término de la Primera Guerra Mundial, con base en el Acuerdo Sykes-Picot y la Declaración Balfour. Los problemas en esa región son, en gran medida, consecuencia de este reparto, en el que las potencias coloniales prometieron a los árabes la libertad e independencia y el territorio de Palestina a cambio de su apoyo en la lucha contra el Imperio Otomano. No cumplieron. Sin informar a Francia, Reino Unido pacta con el Movimiento Sionista la Declaración Balfour, para la entrega del territorio de Palestina y la creación del Estado de Israel, aunque en principio solo le llamarón: “El establecimiento de un ‘hogar nacional judío’ en Palestina”. En el territorio del Imperio Islámico había comunidades judías muy grandes en países como Turquía, Irán, Irak, Siria, Líbano, Jordania y Palestina. Los judíos expulsados de España encontraron refugio y respeto en los territorios del Imperio Otomano.

    La idea de un Estado judío
    El concepto de un Estado judío tuvo su origen a finales del siglo XIX como respuesta al creciente antisemitismo en Europa. El periodista Theodor Herzl desempeñó un papel fundamental en la formulación y promoción de esta idea. Herzl abogó por Palestina como el lugar ideal para esta misión, ya que consideraba que era “nuestra siempre memorable casa histórica”. Aunque falleció antes de su establecimiento, se le reconoce como el padre del “Estado de Israel”.

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    Sionismo
    El término “sionismo” se deriva de la palabra “Sion”, que hace referencia al Monte Sion, lugar cercano a Jerusalem. Según la Biblia, Sion, o la Tierra de Israel, es la “Tierra Prometida por Dios para los judíos”. Durante siglos existió una profunda añoranza entre los judíos de la Diáspora por regresar a su tierra histórica. Esta conexión se ha reflejado en diversas expresiones culturales, como en la música. Una de las canciones más conocidas sobre Sion es “Los Ríos de Babilonia”, popularizada por Boney M. a finales de los años 70, que relata la experiencia de un grupo de personas que fueron llevadas lejos de su tierra y su nostalgia por el recuerdo de Sion.

    Movimiento Sionista
    El sionismo moderno surgió en Europa Oriental a finales del siglo XIX como respuesta a la creciente discriminación y persecución de los judíos en el continente. Su fundador, como se mencionó anteriormente, fue el periodista judío Theodor Herzl. El Movimiento Sionista se define a sí mismo como un Movimiento de Liberación Nacional, cuyo propósito es asegurar la autodeterminación del pueblo judío.

    En 1896, Herzl publicó su influyente libro titulado “El Estado judío”, considerado el documento fundacional del Movimiento Sionista. Al año siguiente, convocó el Primer Congreso Sionista en Basilea, Suiza, donde se estableció la Organización Sionista Mundial. Esta organización se convirtió en la principal entidad del Movimiento Sionista, trabajando para promover los intereses y objetivos del pueblo judío. En un principio el Movimiento Sionista no fue muy bien recibido por las comunidades judías europeas, pero después se financió con grandes cantidades de dinero y apoyo político.

    Durante dicho congreso, se adoptó la idea central del libro “El Estado judío”, que abogaba por la creación de un Estado propio para los judíos, preferiblemente en Palestina. Sin embargo, ante el complicado contexto histórico, se discutieron otras opciones territoriales para el establecimiento de un futuro Estado judío. Aunque Palestina siempre fue la primera opción del Movimiento Sionista, se consideraron alternativas debido a las circunstancias de la época:

    • África Oriental. Además de Uganda, se consideraron otras áreas en África Oriental, como Kenia.
    • Se debatió la idea de crear un Estado judío en Alaska, que en ese momento ya era un territorio estadounidense.
    • Se consideró la posibilidad de establecer un Estado judío en Argentina.
    • Algunos sionistas exploraron la posibilidad de establecer un Estado judío en Australia debido a su vasto territorio y baja densidad de población.
    • Birobidzhan, en el Lejano Oriente ruso. Esta opción se descartó casi de inmediato.
    • Canadá. Se contempló una parte del territorio canadiense como una opción.
    • Se discutió la posibilidad de establecer un Estado judío en una parte de Egipto.
    • Sudeste de Asia. Algunos sionistas exploraron la idea de establecer un Estado judío en esta región.
    • Este fue el único plan oficial y serio para establecer un Estado judío en un territorio que no fuera Palestina.

    A lo largo de las décadas posteriores, el Movimiento Sionista promovió la idea de “Aliyá”, esta palabra deriva de la palabra hebrea “aliá” que significa “ascender”. En el contexto sionista, “Aliyá” representa el acto de ascender a la “Tierra Prometida”, es decir, la inmigración judía a Palestina, ahora Israel.

    Antes del Holocausto, su objetivo principal era establecer una “Patria Nacional Judía” y un centro cultural en Palestina, para facilitar la migración judía. Tras el Holocausto, el enfoque cambió hacia la creación de un “Estado judío”, generalmente definido como un estado secular con mayoría judía. Como resultado del Movimiento Sionista, aproximadamente el 40% de la población judía mundial reside actualmente en el Estado de Israel.

    Migración silenciosa
    La migración judía a Palestina antes del éxodo masivo de 1947 fue un proceso gradual y multifacético. Durante el dominio del Imperio Otomano, se produjo un flujo constante pero discreto de inmigrantes judíos. A lo largo de tres décadas, más de 100,000 judíos llegaron a Palestina, ante las autoridades otomanas, motivados principalmente por razones económicas y religiosas. Estos primeros inmigrantes fueron conocidos como “halutzim” o “chalutzim” (pioneros).

    Los judíos recién llegados adquirían de los palestinos edificios y grandes extensiones de tierra a precios considerablemente superiores a su valor comercial en ese momento (Es decir, se aplicó una gentrificación suave, a diferencia de la guerra actual, que es una gentrificación forzada). Se establecieron como agricultores y comerciantes importadores, lo que les facilitó ingresar, de manera clandestina, armas, municiones y demás suministros militares durante varios años antes del éxodo masivo, ocultándolos en sus propiedades. Como podemos observar, los palestinos no son unas peritas en dulce, su ambición, y la complicidad de los árabes con los británicos, originó o facilitó la invasión, creando el conflicto que se ha alargado hasta la actualidad y ha cobrado la vida de cientos de miles de civiles.

    Con el tiempo, la población judía en Palestina experimentó un crecimiento significativo. Después de la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto, la necesidad de un refugio seguro para los judíos se volvió aún más apremiante. En 1947, las Naciones Unidas aprobaron un plan de partición que condujo a la creación del Estado de Israel en 1948.

    Migración masiva a la “Tierra Prometida”
    Entre 1947 y 1948, se produjo una migración masiva hacia la “Tierra Prometida”. En ese momento Palestina ya se encontraba bajo el Mandato Británico y se estaba preparando para la partición del territorio y fundación del “Estado de Israel”. Este período fue especialmente significativo en la historia del Movimiento Sionista y en la creación del “Estado de Israel”.

    Tras el anuncio del Plan de Partición, estalló una guerra civil entre las comunidades judía y árabe en Palestina, que se intensificó con la Declaración de Independencia de Israel el 14 de mayo de 1948 (No puede declararse una independencia cuando realmente eres el invasor del territorio palestino). Algunos países árabes supuestamente apoyaron a los palestinos  “declarando la guerra” a Israel.

    Mientras la inmigración judía aumentaba, paralelamente cientos de miles de palestinos fueron despojados de sus propiedades y desplazados debido a la guerra y al establecimiento del estado judío. Este conflicto generó una importante población de refugiados palestinos en Egipto, Jordania, Siria y el Líbano, cuya situación sigue siendo un tema sustancial en el conflicto israelí-palestino. La situación de los palestinos en su diáspora la abordaremos en capítulos subsecuentes; nos daremos cuenta de que ellos también han causado conflictos graves en los países que les han dado refugio.

    Israel recibió apoyo de diversas comunidades judías en todo el mundo, así como de países occidentales. Sin embargo, también enfrentó críticas por sus políticas hacia los palestinos y sus acciones en los territorios ocupados. Esto ha generado debates tanto dentro de Israel como en la comunidad internacional sobre los actos ilegales del gobierno israelí contra los palestinos.

    Semitismo
    El semitismo engloba a un conjunto de pueblos que hablan lenguas semíticas, como el hebreo, el árabe y el arameo, entre otras de raíces aún más antiguas. Aunque los judíos son considerados parte de este grupo étnico-cultural, no todos los semitas son judíos. Por ejemplo, los árabes son un grupo étnico que históricamente habla árabe, una lengua semítica, y, aunque hay muchos judíos árabes, no todos los árabes son judíos. De manera similar, en el Líbano y Siria, existen comunidades árabes cristianas que aún hablan el arameo, el idioma que hablaba Jesús, lo que los clasifica también como semitas. El término “semita” abarca una diversidad de pueblos y culturas que comparten afinidades lingüísticas e históricas.

    Antisemitismo judío
    El antisemitismo judío tiene una historia extensa y compleja que abarca largos períodos de tiempo y diversas regiones geográficas. Desde la antigüedad, los judíos han enfrentado discriminación en distintas civilizaciones como la egipcia, la griega y la romana, siendo vistos como “diferentes” debido a sus prácticas religiosas y culturales “extrañas”.

    Durante la Edad Media, los judíos sufrieron persecución y violencia en toda Europa, enfrentándose a ataques violentos contra comunidades enteras, expulsiones de países y restricciones legales discriminatorias. En España, la Inquisición española buscaba la conversión forzada o la expulsión de judíos y otros no católicos, como los musulmanes, lo que llevó a muchos a buscar refugio en territorio del Imperio Otomano.

    El antisemitismo judío persistió a través de la discriminación social y política, así como mediante teorías raciales que retrataban a los judíos como una “raza inferior”. El siglo XX presenció algunos de los episodios más trágicos de antisemitismo en la historia, incluido el Holocausto durante la Segunda Guerra Mundial, en el que se estima que seis millones (cifra difícil de corroborar) de judíos fueron asesinados por el régimen nazi y sus colaboradores. Este genocidio dejó una huella imborrable en la historia judía y mundial, alertando sobre los peligros de la discriminación y el odio.

    Falta de respeto hacia las víctimas del antisemitismo
    El tema del antisemitismo es muy sensible y complejo. Últimamente, se ha observado un uso inapropiado de este término, con acusaciones falsas e injustificadas que no están específicamente dirigidas contra la comunidad judía. Es importante reconocer que el antisemitismo, al igual que otras formas de discriminación, es un problema real, serio y persistente en muchas partes del mundo. Por lo tanto, las acusaciones legítimas deben tomarse en serio y abordarse de manera responsable. Sin embargo, el uso inapropiado de estos términos diluye su significado y dificulta la identificación de los casos genuinos de odio hacia las comunidades discriminadas, en este caso, la comunidad judía.

    Es fundamental diferenciar entre la crítica legítima y el antisemitismo. Por ejemplo, cuestionar las políticas del gobierno israelita no debería ser automáticamente interpretado como antisemitismo. Acusar de antisemitismo a las críticas legítimas a políticas o acciones ilegales del gobierno de Israel constituye una gran falta de respeto hacia las verdaderas víctimas del antisemitismo, de la discriminación en general contra los judíos. Es importante distinguir entre críticas legítimas a políticas gubernamentales específicas y ataques a la identidad o la existencia misma de los judíos como pueblo.

    Aly Corany Abdallah

    Liberal, apartidista, socialdemócrata.
    Licenciado en Desarrollo y Gestión Empresarial. Licenciado en Derecho (en proceso de titulación). TSU en Comercialización Inmobiliaria. Se desempeña como Asesor Profesional Inmobiliario y Asesor Profesional en Seguros.


    Las opiniones expresadas por los columnistas en la sección Plumas, así como los comentarios de los lectores, son responsabilidad de quien los expresa y no reflejan, necesariamente, la opinión de esta casa editorial.

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