París es inseparable de la moda, y la moda parisina no se entiende sin Vanessa Paradis (Francia,1972). La actriz y cantante lleva casi tres décadas vinculada a la firma Chanel, con la que acaba de colaborar como imagen dela colección de relojes J12. Con nuevo disco bajo el brazo (Bestof & Variations) y la película Cette musique ne joue pour personne pendiente de fecha de estreno (la dirije su pareja, Samuel Benchetrit), sigue siendo un icono imparable. Radiante, nos recibe en la Ciudad de la Luz.
¿Cómo concilias trabajo y familia?
La mía es una vida complicada y llena de compromisos, pero puedo permitirme coger un tren o un avión e ir a ver a mis dos hijos. Reconozco que tengo mucha suerte.
¿Ayuda no estar en las redes sociales?
No tengo tiempo para ellas y no me interesan lo más mínimo, aunque entiendo que la gente las considere muy útiles.
¿Qué puedes contarnos de la película que has rodado con tu marido?
Que es una hermosa cinta de amor y arte.
En el disco Best of & Variations recopilas algunas de las mejores canciones de tu carrera. ¿Qué criterio has seguido?
He mezclado mis temas favoritos con los que creo que más le gustan al público. Lo bueno es que, al ser un álbum doble, he podido ser flexible de cara a incluir canciones menos conocidas.
¿Cuál es tu gran reto como compositora?
Escribir canciones alegres. Es mucho más fácil crear temas tristes que composiciones capaces de transmitir felicidad. Para mí, un ejemplo perfecto es la clásica Don’t Worry, Be Happy, de Bobby McFerrin. Me encantaría poder firmar algo así, pero resulta realmente complicado. En mis temas trato de expresar los pensamientos que siempre me acompañan.
¿Qué te ha aportado el paso de los años?
Noto que se ha vuelto más fácil relacionarse con la vida, con lo que me ronda por la cabeza. De hecho, durante la juventud pasas un montón de tiempo intentando aceptarte a ti misma. Sin embargo, de repente oyes un clic y todo s ecoloca en su sitio. En primer lugar, te vuelves un poco mejor persona: más tolerante, más libre... En fin, es más fácil.
Como el icono que eres, ¿representas a la mujer francesa?
Cualquier persona lleva grabado algo de la historia de su país. La imagen de la mujer francesa ha sido alimentada por generaciones y generaciones de compatriotas antes que nosotras, incluidas celebridades de la medicina, la literatura y la política. Hoy tenemos escritas en el ADN las ideas de libertad y emancipación que se extendieron durante la década de los 60. En mi país, la cultura y el arte resultan fundamentales, igual que el amor por la buena compañía, la fiesta y, por encima de todo, la familia. Sí, una verdadera francesa se compone de todo eso.
¿Qué personajes te han inspirado?
Me gusta mucho Béatrice Dalle. En mi adolescencia, lo significaba todo para mí. Es una mujer bella y fuerte y una actriz increíble. Otro ideal para mí, aunque no fuese francesa (pasó toda su vida aquí), era Romy Schneider.
Chanel también habrá dejado huella...
Chanel encarna la feminidad, el feminismo, el humor y la libertad de la mujer.
¿Qué pieza destacarías de la firma?
La primera que me viene a la cabeza es una chaqueta negra, aunque hay vestidos preciosos que han sido confeccionados especialmente para mí y con los que aún me subo al escenario. Insisto: si me obligasen a elegir sólo una prenda, sería una chaqueta negra. ¡Se puede combinar con cualquier cosa!
Has participado en la campaña de la colección de relojes J12. Su lema es: «Cuestión de segundos». ¿De qué trata?
Por su vigésimo aniversario, Chanel ha reinventando la línea J12. El objetivo de la campaña es reflexionar sobre lo que han significado estas dos décadas y sobre lo que está por venir.
¿Cómo conectas contigo misma?
Me entreno en el gimnasio con la ayuda de una barra y, además, practico yoga. Fundamental. Adoro el yoga, y es útil no sólo para fortalecer la figura, sino también para aportarle equilibrio a la mente. Contribuye tener una actitud positiva, a concentrarse e incluso a ser creativo.
Una buena actividad en estos tiempos agitados, ¿no?
Es que la vida no es fácil... Muchas personas no llegan a fin de mes, y son constantes las manifestaciones y las protestas porque la gente apenas es capaz de ganarse el pan. Entiendo su enojo, su ira; después de todo, lo que tememos la mayoría es no poder alimentar a nuestra familia.
