Real Zaragoza: La hora de Víctor... y de las victorias

La opinión de Sergio Pérez

La hora de Víctor... y de las victorias

Desde el punto de vista numérico, la reentrada de Víctor Fernández ha sido pobre hasta el momento. Sin embargo, da la impresión de que el técnico ha ido sembrando buenas semillas este mes para recoger en la recta final de la Liga. Es el momento de convertir esas mejores sensaciones, que no han servido para sumar puntos, en certezas. En victorias.

Víctor Fernández, en una sesión de entrenamiento en la Ciudad Deportiva.

Víctor Fernández, en una sesión de entrenamiento en la Ciudad Deportiva. / MIGUEL ÁNGEL GRACIA

Sergio Pérez

Sergio Pérez

El efecto Víctor Fernández se entiende perfectamente con un ejemplo muy simple. La marejada social que había en torno al Real Zaragoza se calmó de manera instantánea cuando la SAD anunció su fichaje. Para el partido ante el Espanyol, el del regreso del técnico a La Romareda, el club colgó el cartel de ‘no hay billetes’. Esa fotografía sirve para explicar gráficamente qué significa el entrenador en esta tierra y lo que su contratación supuso: el viento cambió de dirección y el frío del cierzo se convirtió en un apacible bochorno.

Ese efecto de alivio y satisfacción que produjo su vuelta en la masa social todavía no ha tenido un reflejo numérico. La reentrada de Fernández ha sido pobre hasta el momento: cuatro puntos de doce posibles, con un triunfo, un empate y dos derrotas. Recogió el equipo a siete puntos de la zona de descenso y, un mes después, lo tiene a seis. Es decir, estadísticamente su regreso aún no ha producido un resultado efectivo.

Sin embargo, esos números, en sí mismos muy flojos, hay que pasarlos obligatoriamente por el tamiz de las sensaciones y del nivel de juego demostrado por el Real Zaragoza en estos cuatro partidos con Víctor Fernández al frente. El equipo ha avanzado en la buena dirección y ha mejorado. Eso es una realidad palpable especialmente en la faceta ofensiva: genera más juego, llega más y remata más veces que en la etapa previa con Julio Velázquez. Eso sí, el grado de eficacia de cara a la portería contraria sigue siendo bajo, excepción hecha del partido ante el Tenerife.

En ataque ha habido avances. Defensivamente, el equipo está donde estaba. Ha recibido gol en tres de estos cuatro encuentros y se ha mantenido, más o menos, en una línea similar a la de toda la temporada. Ha habido también varios errores individuales importantes, aunque los más gruesos no penalizaron en el marcador.

Víctor cumple ahora un mes desde su regreso. De momento, chicha ha habido poca. Sin embargo, da la impresión de que durante estas semanas ha ido sembrando las semillas adecuadas para recoger frutos en la recta final de la Liga. Esa es la impresión que transmite la evolución del equipo. Con el descenso a seis puntos y la temporada aún sin salvar, es el momento de que el Real Zaragoza convierta ese caudal de buenas sensaciones en certezas. En victorias que alejen los últimos fantasmas de una temporada fantasmal.