Unai Emery: "Cada vez que paso por el Nuevo Mestalla me da un poco de pena"

Unai Emery (Hondarribia, 1971) vive un momento dulce. Tras imponerse al West Ham por 4 goles a 1 en la última jornada, los 'Villans' son quintos con 19 puntos, a cuatro del Tottenham, que lidera una clasificación en la que el técnico vasco quiere colocar a su nuevo equipo en el 'Big Six' de la Premier, la queen la primera parte de esta charla nos contó  que es "la liga más fuerte; cuando uno está dentro, lo siente. Es una selección de lo mejor del fútbol mundial".

"No sé si otros caminos diferentes a los que yo cogí me habrían llevado al mismo sitio", reflexiona Emery en una sala de Bodymoor Heath, la ciudad deportiva del Aston Villa al que su carrera y sus decisiones llevaron al técnico de Hondarribia el 24 de octubre de 2022 procedente del Villarreal. Y antes, del Arsenal, PSG, Sevilla, Spartak de Moscú, Valencia, Almería y Lorca, donde se produjo un momento clave en su carrera. 

Era noviembre de 2004. Pedro Reverte, el director deportivo del club murciano, al que había llegado la temporada anterior como jugador, le propone convertirse en el entrenador del equipo tras la destitución de Quique Yagüe. El Lorca está en Segunda "B" y Emery, lesionado de la rodilla izquierda que lastró su paso por la Real Sociedad -debutó en Primera en la temporada 1995-1996 como interior izquierdo-, y su carrera en los campos, dentro del terreno juego. Pero a sus 32 años, Unai vislumbró su futuro, vio el "ahora" pasarle por delante, y lo cogió: colgó las botas, tomó las riendas del equipo y lo ascendió a Segunda en su primera experiencia en los banquillos. Empezó ahí la carrera del Unai Emery entrenador, aunque siempre supo que llegaría ese momento, como desmenuzamos en esta segunda parte de la charla, centrada en sus pasos como técnico en España.

 

"Yo siempre decía: 'Yo quiero entrenar a los infantiles de Hondarribia'. Siempre tenía ese sueño y de hecho con 23 años, cuando estaba en la Real Sociedad y no iba convocado, empecé a ser ayudante de un entrenador y los días de la semana cuando el equipo jugaba y a mí no me convocaban, me iba al partido con los Infantiles. Yo ya tenía esa idea, que el fútbol era parte de mi vida. Me marcó también el hecho de salir de casa, como cuando salí de la Real Sociedad y me fui a Toledo en Segunda división A para seguir profesionalmente y abrirme camino hacia fuera. De hecho, en Toledo saqué el primer título entrador, con 24 años, y cuando estuve en Ferrol hice los dos siguientes, en Coruña y en Santiago. Ahí cimentó, porque entonces Luis Aragonés fue jugador y después entrenador, pero no había más, y yo cuando estaba en el Lorca y era jugador, tenía los títulos de entrenador, yo podía empezar a entrenar ya", asegura Emery, al que le pregunto si la decisión de Reverte no sólo marcó su vida sino que, a la postre, ha sido la decisión más importante de su carrera.

Y echa la vista atrás así: "Cuando Pedro Reverte me dijo: "Unai, yo quiero que tú seas entrador", siendo jugador y pasar a entrenador, no sé si estando en otro lugar tendría esa la oportunidad. Yo soy muy agradecido a ciertos momentos de mi vida y uno es Pedro Reverte. Las circunstancias que se han dado las he ido yo también creando. De eso se habla muy bien en un libro que es 'La buena suerte'. A veces lo reducimos todo a la suerte. La buena suerte es la que hace que tú vayas creando circunstancias para que cuando tengas la oportunidad, tengas la opción de poder hacerla y fue mi caso", analiza el autor de 'Mentalidad ganadora', que sigue rebobinando en los hitos de su trayectoria, no en cuanto a títulos, sino de decisiones, de puntos de inflexión en España.

 

"Juan Sánchez era muy amigo de Alberto Benito, que ahora trabaja con nosotros, ha estado de director deportivo de Almería y trabajando en diferentes sitios. Pues en esa amistad con Juan Sánchez, Alberto Benito le decía: "Joer, Unai…" Él le hablaba de mis características y cualidades, y Juan Sánchez las compró para ir yo al Valencia", dice y sonríe.

"Pero curiosamente, cuando llego yo al Valencia con él, hay cambios enseguida y Juan Sánchez sale y yo me quedo. Y yo le decía: "Juan, quédate aquí conmigo". "No, yo, Unai, no puedo, tengo que salir", y yo me quedé y perdí esa relación que Juan Sánchez había creado y empezado. Eso siempre lo recuerdo: Pedro Reverte en Lorca, Juan Sánchez en Valencia", apostilla Emery sobre sus primeros pasos en los banquillos.

La salida de Juan Sánchez, valedor de Unai Emery en el Valencia, se produce en agosto de 2008 cuando el entonces presidente Vicente Soriano nombró vicepresidente deportivo al también exfutbolista del Valencia Fernando Gómez Colomer. Sánchez, secretario técnico, se marchó al asegurar que, tras los cambios, trabajaba sin estar "convencido al cien por cien" de lo que hacía.

Emery continuó al frente del banquillo valencianista entre 2008 y 2012, tiempo en el que logró una sexta plaza y tres terceros puestos consecutivos. "Yo siempre decía en aquella época: 'Te llama el Valencia y no puedes decir que no, tienes que decir que sí, es una oportunidad'. Incluso Mikel Jauregui, un amigo mío de mi pueblo, que ha trabajado conmigo, que se para mucho a pensar, más que yo, y a reflexionar, me decía: 'Unai, tú has entrenado al Valencia y has tenido tu éxito en el Valencia estos cuatro años, pero incluso creo que con más años de experiencia todavía lo hubieses hecho mucho mejor. Igual has entrenado al Valencia antes', y digo: "Bueno, pasado está". Pero en esos cuatro años el Valencia me dieron a conocer en Europa, estar el tercero en LaLiga, jugar Champions, tener un nivel de futbolistas donde yo ya tuve que macerarme con ellos… No lo puedo olvidar. Y el que empezó en esa creación fue Juan Sánchez", recalca.

Once años después de su salida del club de Mestalla, Unai Emery sigue unido a Valencia, ya que es donde tiene fijada su residencia en España. También al Valencia Club de Fútbol, ya que afirma que "en todos los clubes que he estado tengo en mi corazoncito una parte de él, lo llevaré siempre", y del que analiza su delicada situación institucional y deportiva en la actualidad. "El Valencia ha vivido una circunstancia que no la quiere nadie, que es un club que ha estado siempre entre los dos o cuatro de España y que ahora deportivamente no pueda tener ese potencial. Y el estadio, que yo vivo mucho en Valencia, y cada vez que paso por allí paso por el Nuevo Mestalla, en el 2008 estaba igual que ahora. Estamos en 2023, han pasado quince años y yo en aquel momento tenía la ilusión y el sueño de inaugurar el nuevo Mestalla. Porque cuando yo llegué en 2008 y yo firmé dos años, estaba previsto en el segundo año mío inaugurar el nuevo Mestalla. Ahora cada vez que paso por allí, pues lo veo y da un poco de pena", confiesa.

En esas, 15 años después, pongo sobre la mesa los nombres de Javi Guerra y Diego López, canteranos valencianistas que triunfan a las órdenes de Rubén Baraja y por los que le pregunto si ya les ha echado el ojo. No sin esconder una medio sonrisa, responde esquivo: "Estoy viendo poco fútbol en general. Sigo, pero me centro mucho en nosotros, en nuestros partidos, en nuestros rivales. No veo casi fútbol, pero bueno, es verdad que el Valencia tiene jugadores jóvenes muy buenos. Del mal momento del Valencia en cuanto a todo un poco está que tienen que utilizar gente joven y que hay gente joven que sale buena. Y eso es la diferencia", comenta.

"Luego el Sevilla para mí fue empezar a ganar títulos. Con Monchi, todo lo que suponía también el dar ese paso a una responsabilidad mayor, exigencias mayores y ser capaz de llegar a ellos. Y salir fuera también fueron experiencias muy bonitas. Salir a Moscú, de donde al final en seis meses tuve que volver, también fue una experiencia para saber lo que es bueno y lo que es malo, y para saber luego en la siguiente toma de decisiones cuánto más tengo que valorar las circunstancias o las cosas que pueda prever: desde el idioma, otro fútbol diferente… Todo eso te endurece más. Desde lo difícil, es muy positivo. Y el paso de París, dos años, también fue magnífico, el paso por el Arsenal, el paso por el Villarreal…" A Emery no le resulta fácil desenredar la madeja de recuerdos y vivencias en los clubes de su vida. Unos han ayudado a conformar otros y a traerle hasta aquí.

Emery vuelve a sus años en Sevilla (2012-2016), donde consiguió sus tres primeras Europa League, Turín (2014), Varsovia (2015) y Basilea (2016), cuando, en una charla más de actualidad, le tanteo por su opinión por los problemas que atraviesa el Sevilla: cuatro técnicos en las últimas dos campañas y la salida de Mendilíbar tras levantar la séptima copa del segundo peldaño continental la campaña pasada ante la Roma en un reflote histórico.

"Bueno, el Sevilla cuando yo llegué, ya había ganado dos Europa League. Nosotros ganamos otras tres, y ahora ha vuelto a ganar otra. Sevilla tiene algo siempre muy especial. A Sevilla solamente he vuelto a la ciudad una vez, por desgracia, fuera de ir a jugar partidos contra el Sevilla o contra el Betis, fue por el fallecimiento de Reyes, pero yo a Sevilla le tengo un cariño grandísimo por todo lo que viví allí, por todo lo que supuso para mí el Sevilla a nivel profesional. Fue inmenso, inmenso, lo que yo viví allí fue inmenso. Y me lo recuerda mucho mi hijo, que es cuando empezó a tener mucha conexión conmigo. Todos esos momentos de ganar Europa League, de vivir los momentos, el camino a ganarlo. Y yo todo ese aprendizaje, ahora que vine al Aston Villa, también trato de inculcarlo. Lo bonito no es si llegamos al final, lo bonito va a ser todo el proceso de llegar hasta ahí; eso es lo bonito, y lo difícil y lo duro", matiza Unai Emery.

Su recuerdo va a generar el momento más emotivo de toda la conversación de poco más de una hora con Emery en Birmingham. Le cuento que Coke Andújar nos confesó entre risas hace algunos meses en otra charla para Relevo  cómo él y el utrerano mandaron a los Alpes el balón de la final de Turín, donde el Sevilla se impuso al Benfica en penaltis, cuando lo que querían era colarlo en la habitación del técnico en el hotel de concentración. En ese momento, ya de celebración post título. Se ríe. "Sí, la verdad que Reyes era... Yo los tres años y medio que estuve con él, bufff, era… Recuerdo el fallecimiento suyo, todo el proceso que vivimos en el Sevilla y con él también. Y esa anécdota; con Reyes hay muchas, muchas, pero son muy buenas", dice Emery. Y se para. Se le humedecen los ojos.

"Te emociona recordar a Reyes", le digo. "Sí. Sí, todo un poco: Sevilla, lo que ganamos, él… Reyes era un jugador especial, era diferente. Yo tenía un amigo que me decía, y esto lo he contado, pero creo que en círculos cerrados, y te lo puedo decir abiertamente: 'Unai, en los partidos Sevilla-Betis no se te ocurra no poner a Reyes'. Y yo decía: 'No, si no está bien no voy a ponerle'. 'No, no, no, no, no. A ver, entiéndeme. Reyes tiene que jugar el derbi', me decía. Y tenía razón. Más allá de que estuviese mejor o peor, (ríe), en los derbis siempre jugaba bien. Era increíble. Y, claro, lo ponía siempre. Pero era... Reyes era especial. Y además era un jugador que había que saber sacarle rendimiento y saber utilizarlo", rememora.

"Y era muy importante, porque la afición en Sevilla quería ver a Reyes, y eso yo lo entendí rápido. Y me ayudó un amigo mío sevillano. Incluso muchas veces que no estaba bien. 'No, es que Reyes…', hablábamos ahí los técnicos, y yo tenía que hacer un esfuerzo y decir: "No, no, no, no, no. No escucho a nadie, que Reyes tiene que estar en el campo para estos momentos, para que hagan esas dos jugadas, porque eso la afición quiere. Y luego ya competiremos, porque a veces "igual con Reyes no competimos, para ganar esto, para que tácticamente estemos equilibrados…" "No, no, pero tiene que estar". Y me recuerdo de todo aquello, y que, además, con Reyes tuve una relación muy buena, pero también de momentos de nuestros de… Pero a mí me respetaba, y yo le respetaba mucho a él, y yo creo que eso fue muy importante. Y cuando falleció fue... Fue un shock grande. Me viene todo eso a la cabeza…", recuerda Unai, que fija la mirada para continuar con su relato.

"Otra anécdota más que añado es que él me decía: 'Míster, ya sabes…' Porque era el que más títulos tenía, y además lo recordábamos: 'A ver, ¿quién tiene más títulos aquí? ¿Quién tiene títulos?' Y Reyes decía (recuerda levantando la mano e imitando el acento andaluz): 'Míster, aquí…'. Y me decía: 'Ya sabes que si quieres ganar, tienes que ponerme', y yo decía: ¡'Joder, el cabrón este, tengo que ponerle, sí, sí, tengo que ponerle. Lo decía así, lo decía así', cuenta Emery entre risas y sonrisas.

"Y en el Villarreal fue lo mismo cuando ganamos la Europa League o las semifinales de Champions. Lo bonito no es al final cuando lo ganas; ganas y ya está. No. Recuerdo todo este proceso, estos meses que hemos vivido, el día a día. Recuerdo cuando jugamos en Turquía, llegar al avión a la una de la mañana y decirnos que teníamos que volver al hotel, que estaba a una hora del aeropuerto y teníamos que dormir allí porque no podíamos salir (por la niebla), y mañana ya veremos a qué hora salimos. Llegar cansados de un partido, jugando el domingo, y vas al avión y tener que dar la vuelta otra vez al hotel… Todo eso son vivencias", enumera Unai Emery sobre "el camino", el término que él más emplea para referirse a las trayectorias a lo largo de las temporadas, a las vivencias y acontecimientos que se van sucediendo y que marcan las temporadas y competiciones, independientemente de los resultados.

En este sentido, y sin dejar la elocución, recuerda otro momento memorable en su paso por el Villarreal, donde dirigió el equipo desde el arranque de la temporada 2021/21 hasta octubre de 2022, cuando puso rumbo al Aston Villa tras dos séptimas plazas en LaLiga, de levantar el primer título en la historia del club groguet, la Europa League en 2021, la cuarta en su carrera, y de alcanzar en 2022 las semifinales de Champions League ante el Liverpool, frente al que cayeron a las puertas de la que habría sido la primera final de la Champions a nivel colectivo e individual. "Sueño con ganar la Champions; con el Villarreal pensé que estaba cerca la final de París contra el Madrid y fue grandioso", destacamos en la primera parte de esta charla, en la que Emery revive el partido ante la Atalanta en Bérgamo de la fase de grupos de esa Champions League que fue aplazado por la nieve. El desenlace no pudo ser mejor para el Villarreal, que ganó 2-3 y se clasificó para octavos.

"Del Villarreal, lógicamente, tengo lo más reciente, es lo que más miro". Y de lo que más habla a la hora de analizar el momento que atraviesa la entidad castellonense. Aunque lo hace en positivo y tirando de su propia experiencia en el equipo. "El año pasado quedaron quintos. Quedar quintos en LaLiga española también es muy difícil, yo no lo conseguí antes. Es más, yo tuve mis éxitos europeos, pero es verdad que en Liga no podíamos mantener la exigencia alta con un rendimiento alto en todas las competiciones. Y nosotros triunfamos mucho en Europa, pero en LaLiga no. Yo, de hecho, llegué con Calleja quinto en LaLiga y cuando me fui yo volvieron a ser quintos con Setién", reflexiona."

"Yo creo que el Villarreal funciona porque tiene una estructura muy sólida, que luego lógicamente también tuvieron que hacer este verano unas ventas para ir equilibrando el equipo, y ahora necesitan otra vez volver a construir un poco con lo que ellos tienen ese equipo, pero lo van a hacer, porque lo han hecho siempre. Y eso, la base del Villarreal es la familia Roig, lógicamente. Llaneza era también importante en toda esa estructura, pero la suplirán con gente de allí. El Villarreal siempre tendrá un nivel medio-alto, y que en ese medio-alto a veces se moverá en conseguir éxitos más grandes y otros un poquito menores, pero siempre dentro de ese nivel", asevera.

Pero las circunstancias y el presente manda y la realidad es que Setién fue destituido el pasado 5 de septiembre con el Villarreal decimoquinto en LaLiga tras tres derrotas en las primeras cuatro jornadas y fue relevado en el banquillo amarillo por Pacheta, aunque la situación no ha mejorado. "Yo creo que son dos grandes entrenadores y que así lo han demostrado. La evolución de Pacheta como entrenador es una evolución de éxito y además viviendo etapas difíciles. Creo que es un entrenador que va a aportarle todo ese éxito que él tiene, lo va a aportar. Acaba de llegar, hay que dejarle también ese tiempo. Y Setién es un entrenador de éxito, sus equipos juegan bien, tienen una personalidad muy definida. Luego habrá circunstancias que en un momento dado hayan hecho que no haya funcionado, pero como me ha pasado a mí en algún momento y les pasa a casi todos los entrenadores. Igual el único al que no le ha pasado es a Guardiola, pero a todos los demás nos ha pasado algo parecido", comenta entre risas Emery.

"Yo siempre he sido muy consciente de ello: yo soy entrenador y tengo que ganar, y cuando no ganes y los resultados no sean buenos o cuando los jugadores no te crean, pues al final llegará el club y te dirá: 'Unai, tienes que irte'. Yo sé que eso tengo que vivirlo cuanto menos mejor", dice y se ríe, "y luego ser capaz tú de siempre salir con la cabeza alta de todos los sitios. Y la cabeza alta puede ser cuando te dicen ellos que tienes que salir o cuando te dices tú que tienes que salir, pero siempre con la cabeza alta, que nadie te pueda decir que no has hecho tu trabajo y que no te ajustas a lo que tenías pactado. Entonces, el Villarreal seguirá esa línea. A mí me gusta mucho ver al Villarreal, porque me gusta siempre lo que proponen, desde la estructura deportiva que tienen montado, todo lo que proponen", confirma Unai Emery, de igual modo que hace con la relación que mantiene con los Roig. No es casual que cuando le pregunto qué relación tiene con los Roig en la conversación sólo salga Fernando Roig Negueroles.

"Con Fernando hijo sigo teniendo relación, en el sentido de que algunas veces nos juntamos a tomar un café. Además, como vivimos cerca, cuando voy a Valencia tomamos un café, y hablamos de fútbol, puro fútbol. Tratando siempre, de cada uno en sus conocimientos, también de ampliárnoslos. Yo le pregunto cosas de la gestión a él, y más ahora que tengo a mi hermano como presidente del Real Unión, para que mi hermano tenga mucha información y muchos conocimientos, que a él también le lleguen. Tengo muy buena relación con Fernando Roig, desde la salida; seguimos, desde el respeto, teniendo un aprecio mutuo".

Unai Emery habla de su hermano, Igor Emery, y su vinculación el Real Unión de Irún, club del que posee el 52% de las acciones en un proyecto que arrancó en junio de 2021 con la adquisición del primer paquete de acciones; entonces, del 25%. Pero la relación es mucho más antigua y profunda. El abuelo del técnico, Antonio Emery, 'Pajarito', formaba parte del Real Unión que inició la primera Liga el 10 de febrero de 1929. Y no sólo eso, sino que fue el portero que encajó el primer tanto en la historia de la competición, obra de Pitu Prat en un 3-2 final ante el Espanyol en Sarrià. Este fin de semana se han cumplido 3.000 jornadas de este momento. Su padre Juan y su tío Román, además de su tío-abuelo 'Tanque Emery' también fueron futbolistas del club irundarra, que cuenta con cuatro Copas del Rey en sus vitrinas.

"Para mí, la familia Emery, el legado de mi abuelo, de mi padre y de mi tío en el fútbol es muy grande y se centra en un club histórico, que estuvo cuando empezó la Liga, fue uno de los clubes fundadores de LaLiga. Mi abuelo fue el primer portero que recibió un gol en LaLiga, en un Espanyol-Real Unión, y yo eso lo he tenido desde pequeño. Y yo no jugué en la Real Unión; yo de Hondarribia me fui a la Real Sociedad y el Real Unión estaba ahí, era un club que estaba detrás de la Real Sociedad. En aquellos momentos el Eibar también en Guipúzcoa competía con el Real Unión. Yo he ido haciendo mi carrera pero nunca he olvidado de dónde vengo, qué es lo que tengo detrás con el apellido Emery", afirma Unai, que no sólo se siente "muy responsabilizado" en su regreso a la Premier, como publicamos hace unos días, sino también con el Real Unión.

"Llega un momento en que yo voy teniendo mi progresión como entrenador, ampliando conocimientos, ampliando experiencias, llegando a ciertos objetivos, y llega un momento en que yo veo al Real Unión que se queda detrás, que se queda detrás, que se queda detrás -repite-, que necesita ayuda, y cuando miro a ver quién puede ayudar a la Unión", dice mirando alrededor, "me digo: 'Unai, el único que puede ayudar el Real Unión ahora mismo -ayudar un poco en ese sentido más global, con todo lo que lleva-, eres tú'. Entonces, hablé con mi hermano, hablé con mi familia y les dije: 'Mira, yo quiero ayudar al Real Unión, quiero aportar mi granito de arena, yo no puedo hacerlo directamente, pero sí puedo utilizar la experiencia y conocimientos de mi hermano y alrededor mío, y hacerlo'. Y lo hizo, y lo está haciendo con la gestión económica, institucional y deportiva del club, con su hermano Igor al frente del proyecto del club, que milita en el Grupo 1 de 1ª RFEF -actualmente es cuarto con 16 puntos, a dos del líder, el Nàstic de Tarragona-.

"¿Qué me gustaría? Obviamente, Guipúzcoa es la Real Sociedad, pero me gustaría que el Real Unión tuviera su sitio. Ése es el proyecto paralelo a lo que supone allí la Real Sociedad o el Eibar, pero nosotros estamos en otro lado, también tenemos nuestro sitio y nuestro espacio y que haya un sentimiento hacia ese club. ¿Ese sitio qué es? Joer, pues es un sitio profesional, de la zona del Bidasoa-Irún-Hondarribia, incluso que coja alguna comarca de Francia, que los niños quieran jugar en el Real Unión, que se identifiquen con el escudo, que tengan una salida deportiva, incluso profesional en el Real Unión. Y eso es lo que yo veo y lo que a mí me hace, en mis sentimientos y mis orígenes, estar. Nunca he estado presente jugando o entrenando en el Real Unión, pero sí en mi corazón", sentencia Emery, al que su nueva estancia en la Premier no le merma sentimiento ni atención con el que respalda y potencia el legado de los Emery.