18-12-1987. Mensaje 1323: "La oraci�n, consuela, defiende al
alma del maligno y no permite que el alma caiga en las tinieblas".
19-11-1987. Mensaje
1303:
Veo a la Sant�sima
Virgen y me dice: Gladys: Existe en estos momentos, un real y gran vac�o
entre el hombre y Dios; ese vac�o, lo puede llenar la oraci�n, tiene que ser
llenado con la oraci�n, porque es la que acerca al hombre a Dios.
La oraci�n, ha
sido siempre y es en estos d�as en especial, el �nico campo habitable para el
cristiano.
La oraci�n,
purifica, mata el pecado y hace que el alma, viva en amistad con el Se�or.
Por eso digo a mis
hijos: Orad y vivir�is en Su Luz.
8-7-1988. Mensaje
1458: Veo
a la Sant�sima Virgen. Me dice: Gladys, muchos se preguntar�n de mi
insistente pedido de oraci�n.
Te dir�: La oraci�n, ayuda al cristiano a meditar, lo saca de la prisa con que
anda por el mundo y lo hace ir de prisa hacia Dios.
Hace que profundice en el coraz�n y lo detiene en Dios, para que pueda escuchar
a Dios.
En la oraci�n, el sediento de Dios, apaga su sed; el d�bil se fortalece y el
orgulloso se vuelve humilde.
Es que en la oraci�n el alma se pone en presencia de Dios.
Deben mis hijos crecer en oraci�n y crecer�n as� en amor a Dios.
Am�n, am�n.
24-10-1988.
Mensaje 1541:Mi
amada hija, hoy Mi voz, se hace potente, para decir a tus hermanos:
No est�is despreocupados, sino atentos a la Madre, que desde este lugar de la
tierra, no ignora a sus hijos.
Os traigo el remedio para combatir el mal que os aqueja, en estos momentos de
extremo peligro para vuestras almas: La oraci�n.
En efecto; las tinieblas y todo acto maligno, ser� vencido con la oraci�n.
Permaneced en oraci�n y ser�is Auxiliados.
Gloria al Salvador.
Pred�calo.
16-10-1989. Mensaje
1733:
Digo a todos tus hermanos: Son �stas, horas en que vuestra oraci�n debe ser
fervorosa.
Hay un gran vac�o de oraci�n; muchos sois los que la hab�is dejado de lado. �No
sab�is que la oraci�n es coraza contra el maligno?
Orad, ya que el Se�or, as� lo quiere.
No lo olvid�is, s�lo el Obrar de Dios es perfecto.
Am�n, am�n.
Hazlo conocer.
Leed: Eclesi�stico C. 35, V. 16 y C. 51, V. 29
16 El que rinde el culto que agrada al Se�or, es aceptado, y su plegaria
llega hasta las nubes.
C. 51, V. 29
29 Al�grense en la misericordia del Se�or, no se averg�encen de alabarlo.
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