Un hombre nos ha concedido una entrevista en la Casa de Blanco y Negro, y creemos que lucía su verdadero rostro. Pero nunca se sabe. El alemán Tom Wlaschiha, que interpreta a Jaqen H'ghar (AKA El Hombre Sin Rostro / AKA Un Hombre / AKA Nadie), ha visitado Barcelona esta semana para participar en la inauguración de la exposición mundial de 'Juego de Tronos', que podrá verse en el Museu Marítim desde este sábado hasta el próximo 7 de enero. Todo un invierno.
Wlaschiha ha sido durante varias temporadas el mentor de Arya Stark (Maisie Williams), a quien ayudó a ser la asesina implacable en la que se ha convertido hoy a través de sus crueles lecciones en Sala de los Rostros. Allí es precisamente donde nos hemos encontrado con él -nos referimos a la exposición; de momento no hemos podido viajar a Braavos- aprovechando su visita a la capital catalana. "Es mi oficina", ha bromeado. El actor nos cuenta lo rápido que le han reconocido los fans españoles, lo poco que ha entendido a su personaje y sus teorías personales sobre cómo acabará una de las series más exitosas de todos los tiempos.
¿Cómo fue tu experiencia en una serie-fenómeno como 'Juego de Tronos'?
Es un privilegio para cualquier actor estar en una serie como esta, porque trabajas con gente genial y todo, desde los vestuarios hasta el diseño de los escenarios, está a un nivel inimaginable. Es lo mejor. Ha sido una experiencia genial.
Tu personaje es muy misterioso. ¿De verdad sabías de qué iba su historia?
Bueno, lo descubrí mientras avanzaba la serie. No sabía mucho más de lo que había en los libros. Los fans siempre piensan que los actores sabemos más que ellos, pero en realidad no es el caso. Los productores son inteligentes y no se fían de nosotros… Así que no nos dicen nada para que no hagamos spoilers.
Explícame un poco sobre lo que entendiste de él. Porque no estoy segura de entenderlo yo misma...
Yo tampoco estoy muy seguro (ríe). Jaqen H'ghar es el Hombre Sin Rostro en la Casa de Blanco y Negro, en Braavos, y para mí tiene un aspecto muy filosófico: los Hombres Sin Rostro, aunque no sabemos qué es lo que traman, está claro que están fuera de todo lo que ocurre en la serie. Tienen esta filosofía de que todos los hombres son iguales, y dicen que el mejor regalo que pueden dar es la muerte, así que se lo dan sin miramientos a cualquier persona, desde un campesino hasta un rey. Pueden matar a cualquiera si el precio es justo. Ellos no… Emm... Ya (ríe).
Complicado, ¿eh?
Sí, es difícil de explicar. Pero es cierto que ellos no sólo matan por dinero. La gente que está enferma o que no quiere vivir más acuden a ellos para que les den el don de la muerte, y usan sus caras para sus propios intereses.
¿Cómo preparas la interpretación de un personaje tan extraño?
El tema es que lees el guión, y está muy bien escrito. Y lo que atrae a la audiencia es ese halo de misterio del personaje, porque siempre parece que sabe algo más que el resto, que tiene un plan superior. Y eso crea mucha curiosidad en los espectadores. Lo que fue un reto para mí es cómo generar su tono de voz, su manera de hablar, porque siempre habla como en tercera persona. Es decir, "Un hombre siempre habla en tercera persona". Así que al principio pensé que era un poco difícil, vi peligro en hacer demasiado, en sobreactuar, porque si lo hacía podía quedar paródico y quizás no se acabaría de entender lo que quería decir. Lo que hice al final fue adoptar este tono de voz suave y calmado que le iba muy bien al personaje.
¿Cómo describirías su relación con Arya Stark?
Es muy peculiar, porque él parece saber desde el principio quién es ella. Parece saber muchas cosas y nosotros ninguna: aún no sabemos cómo acabó en una prisión en Desembarco del Rey, que es donde la conoció. Pero bueno, parece que siempre tiene un plan para ella. Es como una figura de maestro, y él quiere que sea la mejor, la más letal asesina de todas.
Cuando se marcha, su cara es indescifrable. ¿Está decepcionado u orgulloso?
¡Una mezcla de ambos! Creo que no la entrenó para quedarse en la Casa de Blanco y Negro, sino para que se convirtiese en una parte importante de la guerra por el Trono de Hierro. Creo que está bastante orgulloso.
Supongo que habrás visto la séptima temporada, ¿crees que tu personaje estaría orgulloso de ella y sus nuevas acciones?
¡Sí! Creo que se las ha apañado muy bien ella sola en esta nueva temporada. Ya veremos hacia dónde va, pero espero que ella sea una pieza importante en el juego final.
¿No volverás a la serie?
No lo sé. Un hombre no sabe nada.
Todo indica que no volverás, pero seguro que no te quitarás nunca de encima este personaje. ¿Cómo han reaccionado los fans de Barcelona?
Pues me fui a caminar por Paseo de Gracia, era la primera vez que dejaba el hotel, y en los primeros 100 metros me pararon tres veces. Así que me puse mis gafas de sol y todo estuvo bien (ríe). Me decían "Valar Morghulis" y si podían hacerse una foto con Un Hombre. Lo típico.
En realidad, ¿eres tú mismo un fan de la serie?
No era muy fan del fantástico antes de entrar en la serie, pero para mí 'Juego de Tronos' no es sólo fantasía, sino sobre todo un estudio humano muy interesante. Es como una versión moderna de Shakespeare. Se enfoca mucho en las relaciones humanas, sin saber qué harán cada uno de los personajes.
Ahora eres fan, así que especulemos. ¿Qué crees que ocurrirá en la próxima y última temporada?
¡No tengo ni idea! Hubo muchas sorpresas en la última temporada… Tengo una teoría, pero no está basada en nada.
¿Cuál es?
Hasta ahora, toda esta lucha por sentarse en el Trono de Hierro no ha traído nada bueno. Para mí ese trono es un símbolo de guerra y destrucción, así que creo que nadie acabará en él. Quizás se destruya, esa es mi idea. Puede pasar.
Jaqen podía adoptar la cara de cualquier persona. Si tuvieras ese poder, ¿qué personaje serías en 'Juego de Tronos'?
La verdad es que siempre me gustaron los malos. Me dio mucha pena que se marcharan Joffrey y Ramsay, porque eran muy divertidos. Eso no quiere decir que quisiera ser ellos, pero esos son mis personajes favoritos. Pero la verdad es que me lo he pasado muy bien siendo Jaqen y no lo cambiaría.
Y la gran pregunta: ¿por qué todo el mundo está tan enganchado a esta serie?
Porque George R. R. Martin creó un universo que es muy detallado y rico, muy llamativo para los fans, porque casi puedes vivir dentro de él. Puedes tener tus propias teorías, puedes tener tus casas favoritas… Es una saga, así que puedes vivirla durante mucho tiempo y perderte en sus historias. Es complicada, sí, pero así es la vida también. Las historias fáciles son aburridas.
Mireia es experta en cine y series en la revista FOTOGRAMAS, donde escribe sobre todo tipo de estrenos de películas y series de Netflix, HBO Max y más. Su ídolo es Agnès Varda y le apasiona el cine de autor, pero también está al día de todas las noticias de Marvel, Disney, Star Wars y otras franquicias, y tiene debilidad por el anime japonés; un perfil polifacético que también ha demostrado en cabeceras como ESQUIRE y ELLE.
En sus siete años en FOTOGRAMAS ha conseguido hacerse un hueco como redactora y especialista SEO en la web, y también colabora y forma parte del cuadro crítico de la edición impresa. Ha tenido la oportunidad de entrevistar a estrellas de la talla de Ryan Gosling, Jake Gyllenhaal, Zendaya y Kristen Stewart (aunque la que más ilusión le hizo sigue siendo Jane Campion), cubrir grandes eventos como los Oscars y asistir a festivales como los de San Sebastián, Londres, Sevilla y Venecia (en el que ha ejercido de jurado FIPRESCI). Además, ha participado en campañas de contenidos patrocinados con el equipo de Hearst Magazines España, y tiene cierta experiencia en departamentos de comunicación y como programadora a través del Kingston International Film Festival de Londres.
Mireia es graduada en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y empezó su carrera como periodista cinematográfica en medios online como la revista Insertos y Cine Divergente, entre otros. En 2023 se publica su primer libro, 'Biblioteca Studio Ghibli: Nicky, la aprendiz de bruja' (Editorial Héroes de Papel), un ensayo en profundidad sobre la película de Hayao Miyazaki de 1989.
