Una fascinante travesía

Thor Heyerdahl y la aventura de la Kon Tiki

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Foto: Kon Tiki Museet

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Thor Heyerdahl

 El 28 de abril de 1947, a bordo de una balsa, la famosa Kon Tiki, Thor Heyerdahl partió del puerto peruano de El Callao rumbo a los mares del Sur en compañía de cinco tripulantes y un loro. 

Foto: Kon Tiki Museet

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Una aventura apasionante

La expedición de Heyerdahl fue financiada con préstamos y además recibió donaciones del Ejército de Estados Unidos en forma de comida enlatada, sacos de dormir y diversos instrumentos de radio y medición.

Foto: Kon Tiki Museet

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La Kon Tiki

Para llevar a cabo su aventura, Heyerdahl reclutó a cinco tripulantes, cada uno experto en una área concreta. Antes de emprender la aventura, el equipo puso rumbo hacia Ecuador en busca de la madera que usaría para la construcción de la balsa, y desde allí viajó hasta Perú donde se fabricaría. 

Foto: Kon Tiki Museet

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En mitad del Pacífico

Varios expertos afirmaron que la balsa –construida con nueve troncos de 13,7 m de largo y 60 cm de diámetro, unidos entre sí con lazos de cáñamo, y con otros troncos unidos transversalmente de 5,5 m de longitud y 30 cm de diámetro– se desintegraría antes de llegar a su destino. Pero tras 101 días de navegación llegaron a la Polinesia. 

Foto: Kon Tiki Museet

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Museo Kon Tiki, Oslo

El Kon Tiki Museum de Oslo ofrece la posibilidad de sumergirse en la expedición que llevó a cabo Thor Heyerdhal en 1947, la primera de muchas otras que el explorador realizó más adelante: Maldivas, Galápagos, Isla de Pascua... De todas ellas se puede ver una pequeña muestra en el museo. 

El 28 de abril de 1947, el aventurero y etnógrafo noruego Thor Heyerdahl aceptó el reto de la comunidad científica, que afirmaba que era imposible llegar a la Polinesia cruzando el océano Pacífico. Así, a bordo de una balsa, la famosa Kon Tiki, partió del puerto peruano de El Callao rumbo a los mares del Sur en compañía de cinco tripulantes y un loro.

Heyerdahl bautizó a su nave con este nombre polinesio al descubrir que en ciertas regiones de Oceanía se adoraba al mismo dios solar que las antiguas culturas preincaicas, al que llamaban Kon-Tiki Viracocha. Esa coincidencia, le llevó a pensar que no solamente los europeos podrían haber llegado a los archipiélagos del Pacífico, sino que también pudieron haberlo hecho los indígenas del Perú. Ante estas especulaciones, un grupo de antropólogos puso en tela de juicio las ideas de Heyerdahl y retaron al explorador a que demostrara tal afirmación.

Ante el desafío de la comunidad científica, Heyerdhal partió a bordo de una balsa de madera rumbo a los mares del Sur

Rumbo a los mares del Sur

Para llevar a cabo su aventura, Heyerdahl reclutó a cinco tripulantes, cada uno experto en una área concreta. El equipo puso rumbo hacia Ecuador en busca de la madera que usaría para la construcción de la balsa, y desde allí viajó hasta Perú donde se fabricaría. La expedición de Heyerdahl fue financiada con préstamos y además recibió donaciones del Ejército de Estados Unidos en forma de comida enlatada, sacos de dormir y diversos instrumentos de radio y medición. Para las funciones de coordinación entre la expedición y tierra firme, Heyerdahl contó con la inestimable ayuda de Gerd Vol, que entonces trabajaba en la embajada noruega en los Estados Unidos. La legación diplomática estuvo dispuesta desde el primer momento a asumir esa tarea convirtiéndose, de hecho, en el séptimo miembro de la expedición.

El éxito de la aventura

Varios expertos afirmaron que la balsa –construida con nueve troncos de 13,7 m de largo y 60 cm de diámetro, unidos entre sí con lazos de cáñamo, y con otros troncos unidos transversalmente de 5,5 m de longitud y 30 cm de diámetro– se desintegraría antes de llegar a su destino. Pero tras 101 días de navegación, el 7 de agosto de 1947, Thor Heyerdahl y sus cinco compañeros encallaron en un arrecife de coral en el atolón Rairoa, en el archipiélago Tuamotu, situado en la Poliniesia francesa, demostrando de esta manera que los antiguos indígenas de América del Sur podrían haber sido capaces de llegar con sus balsas a las islas del Pacífico.

Tras 101 días de navegación, Heyerdhal y su equipo, a bordo de la Kon Tiki, llegaron a la Polinesia el 7 de agosto de 1947

En 1948, Thor Heyerdahl publicó un libro en el que relataba su gran aventura titulado La expedición Kon Tiki, que fue traducido a mas de 70 idiomas, y en 1950 el noruego hizo un documental basado en las grabaciones del viaje, por el que ganó un Oscar al año siguiente. Posteriormente, en 2012, los directores Joachim Rønning y Espen Sandberg recrearon el viaje de la Kon Tiki en la película que lleva el mismo nombre.

Para saber más

Museo Kon Tiki de Oslo
Película 2012