La guerra del mañana (2021), de Chris McKay

El Independence Day del siglo XXI en clave mundo globalizado. La guerra de los mundos combinada con viajes en el tiempo y extraterrestres que se dirían un cruce de los aliens de la teniente Ripley con los velocirraptores de Parque Jurásico. Cine palomitero con trama básica y acción adrenalítica repleta de vistosos efectos visuales, que en un mundo sin el Covid-19 y donde las salas de cine no estuvieran a la baja, habría tenido un estreno diferente al que se le ha dado, en el streaming de Prime Video.

Estamos en diciembre de 2022 y para introducirnos en una situación catastrófica de proporciones planetarias nada mejor que imaginar interrumpido el Mundial de Fútbol por unos militares viajeros del futuro que vienen a pedirnos ayuda para luchar contra las Púas Blancas, bestias alienígenas que amenazan con la extinción del ser humano en la Tierra. De modo que personas de nuestra época, y no solo militares, sino también civiles, son reclutados obligatoriamente para luchar contras los extraterrestres durante siete días. Uno de ellos es Dan Forrester, antiguo combatiente en Irak, casado y con una hijita, Muri, algo frustrado con un trabajo de profesor que no le satisface, y que ahora tendrá ocasión de emplearse en una tarea épica. Además le servirá para contar con una nueva óptica en lo que se refiere a la relación con su padre, de quien no quiere saber nada, y de la familia que él ha formado.

Dirige el film el poco conocido Chris McKay, que tiene en su haber Batman la Lego película, lo que habla a su favor en lo referente a manejar un alto presupuesto, y en concebir escenas de acción utilizado herramientas de efectos digitales. Mientras que el guión corre a cargo de Zach Dean, cuyo libreto más conocido es el de La huida (Deadfall), cinta de atracos de bancos. La idea es manejar una trama sencilla, de mundo que se va al garete, de políticos poco competentes a los que no hay que hacer demasiado caso, al final lo que cuentan son los individuos concretos, ya sea en protagonista Dan, su hijita futura investigadora Muri, o el papá rebelde James, interpretados por el “guardián de la galaxia” Chris Pratt, Yvonne Strahovski, que ya se enfrentó a Predator, y el veterano J.K. Simmons en plan tipo duro y de vuelta de todo.

Nadie pide a los responsables del film que entregue algo tipo Ingmar Bergman, aunque una historia un poco más consistente se agradecería, hemos visto cintas de serie B con guiones bastante más sólidos. De todos modos hay imágenes poderosas, como la del estadio de fútbol en la escena de apertura, y de entre las peleas con bicharracos, se lleva la palma la del clímax en las gélidas tierras nevadas rusas.