Todo análisis de la derrota del Barça ante el PSG no se entiende sin la expulsión de Ronald Araujo a la media hora pero hay otros factores, algunos relacionados con la inferioridad numérica, que ayudan a explicar el KO azulgrana.
Bloqueo mental
El Barça resistió la previsible embestida inicial del PSG en los primeros 10 minutos, algo que ya hizo en el comienzo del partido de encuentro en París buscando sorprender a la contra. La arrancada genial de Lamine Yamal alimentó las opciones de acceder a semifinales pero el efecto de la roja a Araujo se trasladó al equipo a todos los niveles. El escenario de tener que aguantar con un jugador menos una hora o quizá 90 minutos en caso de prórroga fue una losa mental. El Barça se echó aún más atrás y no encontró el camino para dormir algo el juego con balón, simplemente porque no lo tuvo.
El PSG tapó a Cubarsí e hizo sacar el balón a Araujo
Luis Enrique estudió bien el partido de ida. Cubarsí fue en París el azulgrana que más pases completó (44 de 49 intentados) pero en Montjuïc se quedó en menos de la mitad (18 de 24). El asturiano le puso a Mbappé delante para frenar la primera línea de pase, de la que nació, por ejemplo el 0-1 la semana pasada. Con el chaval de 17 años tapado, Araujo sacó la bola para alegría del PSG, que le podía buscar la espalda. Aunque abrió el juego a Lamine Yamal en la acción del 1-0, el uruguayo empezó errando dos pases asumiendo más riesgos de los que tocaba. Íñigo Martínez entró luego tras la roja a Araujo pero la falta de fluidez ya fue constante.
Medular sin peso
Sin Christensen como pivote ni Sergi Roberto por sanción, Xavi dejó a Pedri en la base del famoso cuadrado pero su falta de ritmo se sumó al hecho de jugar con diez para que el objetivo propuesto no surtiera efecto. El canario participó más en 33 minutos en París (19 pases buenos de 19) que en 65 minutos de la vuelta (13 de 14). Tampoco estuvo a la altura de las expectativas Frenkie de Jong, no sólo al llegar tarde al chut de Vitinha en el córner del 1-2, sino también para aguantar el balón y romper líneas.
Fallos individuales y corales
Gündogan hurgó en la herida al señalar la falta de concentración en el córner del 1-2, que recordó al del 4-0 de Liverpool, pero el fallo fue letal, con tres hombres en un lado y Vitinha solo. Como el error de cálculo de Cancelo en el penalti a Dembélé antes del 1-3. Sabiendo del criterio arbitral, era otro riesgo inasumible.
Ter Stegen, sintomático rey del pase
Ligado a la clave anterior, que el meta fuera el jugador que más pases dio (31 buenos de 40) de los que la mayoría (17/26) fueron en largo. Sólo dio dos en corto sin fallo y 12/12 medios. Le siguió Ilkay Gündogan (22/29 en total) pero con escasa presencia cerca del área, uno de sus grandes activos. El poste frustró el 2-3. El alemán de origen turco sólo pudo dar un pase a Lewandowski, al igual que De Jong al polaco. Y así fue más complicado.
Falta de desequilibrio
Ligado a la clave anterior, que el meta fuera el jugador que más pases dio (31 buenos de 40) de los que la mayoría (17/26) fueron en largo. Sólo dio dos en corto sin fallo y 12/12 medios. Le siguió Ilkay Gündogan (22/29 en total) pero con escasa presencia cerca del área, uno de sus grandes activos. El poste frustró el 2-3. El alemán de origen turco sólo pudo dar un pase a Lewandowski, al igual que De Jong al polaco. Y así fue más complicado.
Liderazgo poco claro
Ter Stegen, Gündogan y Lewandowski eran los tres campeones de Europa en el césped y De Jong lleva ya cinco años en el Barça pero no fue visible una jerarquía marcada cuando el escenario cambió con la roja a Araujo. El ‘9’ pidió balones pero todo fue una montaña