“Hola, florecillas. Me llamo Ter y estoy harta de no ser youtuber”. Así nos daba la bienvenida Ter a su canal hace seis años. Su plató consistía en una mesa de estudio flanqueada por decenas de libros de arquitectura y su seña de identidad, en una melena teñida de colores variables (pero casi siempre azul).
Definir la temática de su canal de YouTube es una tarea reservada al más valiente de los guerreros persas. Sus vídeos escandalizaron, se viralizaron y nos conquistaron porque analizaba con la misma minuciosidad (y pasión) la arquitectura de tu ciudad que los desencuentros entre las celebrities. Poco a poco, Ter nos ha ido introduciendo en conceptos como la performance o el plot twist con los que ya convivimos como si fueran propios.
Esa dualidad que un puñado de puristas consideraron insultante se convirtió en su mayor fortaleza: a través de sus referencias de la cultura urbana favoritas y gracias a su naturaleza didáctica, Ter ha difundido algunos de los puentes, edificios y conceptos geométricos más importantes y ha hecho que a su millón y medio de seguidores les suene el nombre de Le Corbusier tanto como el de Kim Kardashian.
La deriva que inició este canal se ha profesionalizado aún más en un nuevo formato: una plataforma online creada por Ter en la que ya se puede disfrutar de su curso de Historia del Arte Clásico. En sus cuatro horas de lecciones grabadas, la arquitecta y el historiador del arte Miguel Ángel Cajigal (el Barroquista) nos dan un paseo a vista de pájaro por toda la historia del arte.