Arquitectura

Yo, tú, TER

¿Cómo mezclar a Kim Kardashian con Le Corbusier, a Salvador Dalí con Selena Gómez o los suprematistas? La arquitecta Ter lo consigue a través de unos vídeos estimulantes y nada convencionales.
Cortesía TER

Ter, con idéntica intención evolutiva, propone sustituir las medidas del modulor lecorbuseriano por el culo de Kim Kardashian.

En la década de los setenta, Joseph Beuys desarrolló su teoría sobre la “escultura social”, una manera de subrayar que todo es arte, que cualquier persona (sí, usted mismo también) tiene la potencialidad de ser artista y que cualquier aspecto de la vida puede ser vislumbrado como una obra de arte.

Todos deberíamos contribuir, en la opinión de Beuys, también desde el punto de vista político y estético, a generar una sociedad utópica, donde el arte constituiría el mayor catalizador para la transformación social.

Este posicionamiento llevaba implícito, en buena medida, una superación del objeto (de la obra en sí) como forma única de creación. También en el ámbito de la teoría arquitectónica, Cedric Price vaticinaba que el siglo XXI se pondría fin a la fetichización del objeto, de la obra arquitectónica como creación eterna, abogando por contribuciones más allá de una forma física, donde lo esencial sean las ideas y el progreso.

No cabe duda de que en el momento presente redes sociales, blogs, nuevos canales o plataformas de información o visualización del mundo o aplicaciones que contribuyen a que autoconstruyamos nuestra propia identidad constituyen un campo propicio para el desarrollo de la “escultura social”.

En estas, llega Ter, una arquitecta que confiesa su afán adolescente por convertirse en youtuber y comienza a utilizar tales plataformas desarrollando un proyecto, sin propósito contracultural aparente, a través del cual disecciona prácticas y conceptos proporcionados por los años de estudio de arquitectura, para aplicarlo a las celebridades que lo son por el mero hecho de serlo.

Las elipses necesarias para definir la curva.

Cortesía TER

En absoluto esa interrelación entre postulados academicistas con la cultura popular más trash resulta novedosa, pero sus vídeos tienen la extraña virtud de resultar extremadamente divulgativos y pedagógicos, apelando a los aspectos más aparentemente lejanos del tema a desarrollar.

Elipses y cotas para definir un volumen.

Cortesía TER

Si Le Corbusier explicaba la dinámica del perfeccionamiento continuo poniendo en relación el Templo de Paestum o el Partenón con los primeros vehículos automóviles de principios del siglo XX, Ter, con idéntica intención evolutiva, propone sustituir las medidas del modulor lecorbuseriano (un sistema de medidas en el que cada magnitud se relaciona con las demás según la proporción aurea que se corresponden con las medidas del cuerpo humano de un varón de 1,82 metros) por el culo de Kim Kardashian, trazando el alzado lateral y frontal y calculando su volumen, propugnando que sea la nueva escala de medida a tomar como referencia en este siglo XXI. Kardashian frente a Euclides, su culo como nueva proporción áurea, el paradigma de la belleza perfecta.

El volumen del culo de Kim, en 3D.

Cortesía TER

Una conversación consigo mismo de Salvador Dalí le sirve para diseñar un tetracontakaihenágono (polígono de 49 lados) que expresa un diagrama de calidad de celebrities e, incluso, diseña una piedra roseta de emojis que explica sus significados (los obvios y los aparentes).

El tetracontakaihenágono del diagrama de calidad de celebrities.

Cortesía TER

Las dotes comunicativas y la inclusión de temas tan relegados en este tipo de plataformas convirtiéndolos en masivos (el vídeo sobre el neomodulor kardashian alcanza ya casi 200.000 visualizaciones) resultan alentadores y sorprendentes. Mezcla con naturalidad reflexiones íntimas en su “fondo con libros” con viajes culturales. Críticas a la Unité de Le Corbusier con alabanzas al mercado temporal de Barceló. En su último vídeo, como Cedric Price, aboga por abandonar la fetichización del objeto, afirmando sin sonrojo que la Casa Guzmán “no es un hito en la arquitectura contemporánea” y que tampoco hay que rasgarse los vestiduras por su derribo. Podremos estar o no de acuerdo con sus opiniones, pero es gratificante oir hablar de arquitectura entre tanto tema random.

La piedra Rosetta de los emojis

Cortesía TER

En Cómo explicar los cuadros a una liebre muerta, Joseph Beuys se cubría la cabeza con miel y panes de oro y explicaba a una liebre muerta que sostenía en sus brazos, el significado que tenían sus propios dibujos expuestos en la sala, en una acción que estaba plagada de significantes: el artista se convertía en comunicador, creador y escultura… Recién estrenado 2017 no se nos ocurre mejor “escultura social” que Ter, no necesitan más que un clickpara comprobarlo.