“Aterriza como puedas”: 40 años de la película que se rió de todo y todavía nadie se ha quejado
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“Aterriza como puedas”: 40 años de la película que se rió de todo y todavía nadie se ha quejado

El filme que popularizó las llamadas "spoof comedies" celebra aniversario sin que lo políticamente correcto haya encontrado todavía pegas, aunque hay bromas de "negratas" y de "histeria femenina"

Otto, el piloto automático, Leslie Nielsen y Robert Hayes son los protagonistas de esta obra maestra
Otto, el piloto automático, Leslie Nielsen y Robert Hayes son los protagonistas de esta obra maestraLa RazónArchivo

“No hay ninguna razón para alarmarse, y esperamos que disfruten del vuelo. Por cierto, ¿Hay alguien a bordo que sepa pilotar un avión?” Así podría resumirse el guión de “Aterriza como puedas”, la madre de todas las películas basadas en parodias y que popularizó el término “spoof comedy”. En este caso, se reían de la popularidad a finales de los 70 de las películas basadas en catástrofes aéreas, pero su brillantez llegó a tal grado que sobrepasó cualquier definición, ¿o acaso “EL Quijote” es sólo una parodia de las novelas de caballerías?

“Azafata, tenemos que llevarlos a un hospital. ¿Qué es, doctor? Es un edificio grande lleno de enfermos donde casi nunca hay camas”. La película que nos introdujo a Leslie Nielsen es una gran concatenación de chistes y absurdos como nunca antes se había visto en el cine. Y se reían de todo, de las monjas, de las niñas enfermas, de los “negratas” con su propio dialecto, de la “histeria femenina”, del alcoholismo, la psicopatologías, el ejército, la lista es tan larga que 40 años después nadie se queja, todos se ríen, y nadie se siente incómodo. ¿Cómo es posible? Si te ries de todo, todos se ríen, y si se ríen, a veces hasta no se dan cuenta de lo que pasa en realidad.

“¿Nervioso? Sí, un poco. ¿Es la primera vez?. No, ya había estado nervioso antes.” El 2 de julio se estrenaba en todo Estados Unidos y el éxito fue inmediato. Con un presupuesto de 3,5 millones de dólares recaudó 83 millones. Nadie podía parar de reír. En España no llegaría hasta el 18 de diciembre de aquel mismo año, pero la respuesta fue similar. Este ejercicio de malabarismo cómico no se veía en pantalla desde el cine mudo, pero aquí tenía el añadido de brillantes “slapsticks” verbales, como si de los hermanos Marx se tratara. La broma perpetrada por el trío formado por Jim Abrahams, David Zucker y Jerry Zucker, conocidos como ZAZ, inició una moda que creó infinidad de imitadores. El trío luego haría “Top Secret” y “Agárralo como puedas”, demostrando que había dado con la tecla mágica.

“¿Comandante, cuándo podremos aterrizar? No puedo decirlo con seguridad. ¿No puede calcularlo? Pues... hasta dentro de dos horas. ¡No puede calcularlo hasta dentro de dos horas!” El argumento seguía el esquema de todas las películas de catástrofes, un vuelo que se descontrola, un aterrizaje forzoso y toda una serie de personajes para dar color. En este caso, una intoxicación alimenticia hace que la mitad del vuelo enferme de gravedad, incluidos los pilotos. Entre los pasajeros sanos se encontrará Ted Stryker, un ex piloto de la guerra de Corea traumatizado por una de sus misiones en que murieron todos sus compañeros. Ahora tendrá que olvidar el pasado y conseguir aterrizar el avión comercial.

“Joey, ¿has estado alguna vez en una prisión turca? ¿Te gustan las películas de gladiadores? La clave del éxito fue el contraste de actores serios con situaciones absurdas. De esta forma, tenías a Robert Stark, Leslie Nielsen, Lloyd Bridges o Peter Graves actuando como el payaso serio pero diciendo auténticos disparates. Al único que se le permitió “divertirse” en cámara fue a Stephen Stucker, el ayudante de la cabina de control, cuyo amarenamiento y sobreactuación servían de contraste y daban mayor comicidad a los actores “serios”. Cad escena de Stucker brillaba con luz propia, pero el actor moriría poco después, en 1986, a causa del sida.

“Creo que elegi la semana equivocada para dejar de esnifar pegamento.” El estudio no tenía mucha confianza en el proyecto, ni en sus directores noveles, hasta que vieron la primera escena que rodaron, una en la que aparecen Leslie Nielsen (el médico) con Robert Hayes (Striker) y Julie Hagerty (Elaine) y que, según el American Film Institute, es una de las réplicas más famosas del cine. Lástima que el juego de palabras sea intraducible, pero los productores de Paramount respiraron tranquilos y dejaron a esos tres directores realizar todas sus locuras. Eso sí, seguían teniendo una cláusula en su contrato que decía que la productora podía despedirles cuando considerase oportuno durante las dos primeras semanas de rodaje.

“Johnny, a ver que puedes hacer con esto. ¿Con esto? Puedo hacerme un sombrero, una charratera, una pajarita de papel.” Porque el rodaje fue una locura. Rodada en 34 días en agosto de 1979, la libertad que se respiraba en escena se puede ver en la película. En la escena en que se parodia “Fiebre del sábado noche”, con una pelea de girl scouts en una discoteca, una de las actrices acabó por chocarse con la cámara, algo que los directores decidieron dejar en el montaje final. “Nuestra idea era encontrar al público a medio camino, no esperarle. Así que metíamos todos los chistes que podíamos y que los espectadores riesen cuando quisieran. No enfatizábamos, no indicábamos, sólo rodábamos y a día de hoy hay espectadores que descubren nuevos chistes en diferentes fotogramas”, aseguraba David Zucker, uno de sus directores.

¿Habías estado en una cabina? No, señor, es la primera vez que subo a un avión. ¿Has visto alguna vez a un hombre mayor desnudo? El director estaba un día en Nueva York en el Madison Square Garden cuando se acercó a él Woody Allen, quien le felicitó efusivamente por la película, asegurándole que era la más divertida que había visto en mucho tiempo. Aquello, dicho por Allen, era la validación de una forma nueva de hacer comedia y así continuaron, aunque renunciaron a rodar la segunda parte de “Aterriza como puedas” porque no les aseguraron el absoluto control creativo. “No hemos visto ni una sola escena de aquella película”, diría Zucker.

Altitud... 24 mil pies. Nivel de vuelo. Velocidad 500 millas. Rumbo 090. Detergente, lejía: enjabona, lava y centrifuga. Según rememoraba en su aniversario, sólo desecharon un chiste por considerarlo insensible y que hablaba de una compañía aérea de Polonia pilotada por Stevie Wonder, Ray Charles y José Feliciano. Lo demás, entró y 40 años después todavía los jóvenes de la generación Z se ríen. ¿Por qué? Simple, un chiste cuando no hace gracia no es un chiste, es un rencor. La película sabía ser graciosa burlándose de todos y todas por igual, incluso de sí misma. No es extraño que el American Film Institute la considera la décima mejor comedia de la historia o que los ingleses crean que es la segunda película más divertida sólo por detrás de “La vida de Brian”.