El desodorante es uno de los artículos que los adultos utilizamos en nuestra higiene diaria para evitar el mal olor corporal, concretamente el de las axilas. Este es una consecuencia de cumplir años y surge en torno a los 8 años en las niñas y a los 9 años en los niños, coincidiendo con el momento en el que comienzan a tener tanto vello púbico y axilar como acné.

A esta fase se le denomina adrenarquia y puede coincidir o no con la pubertad (si se produce antes de tiempo, entre los 3 y los 8 años se conoce como adrenarquia prematura). Se produce por la maduración de las glándulas adrenales que producen unas hormonas (andrógenos adrenales) que regulan la secreción de las glándulas sudoríparas que generan el sudor. 

Precisamente, hay dos tipos de glándulas sudoríparas: ecrinas (distribuidas por todo el cuerpo y que generan sudor para regular la temperatura corporal) y apocrinas (en zonas donde hay folículos pilosos, como las axilas). 

Una chica se tapa la nariz por el olor a sudor de su axila. Freepik

Estas glándulas apocrinas producen sustancias grasas que junto con el sudor y el calor corporal se convierten en el caldo de cultivo ideal para las bacterias presentes en la piel. Estas se alimentan de esas sustancias y las descomponen generando ese mal olor.  

Los desodorantes lo que hacen es atacar el mal olor inhibiendo el crecimiento de esas bacterias que lo provocan. Lo habitual es que el momento de empezar a utilizarlos se sitúe en torno a los 10 o 12 años, en la preadolescencia o adolescencia, pero en principio no hay ningún problema en que los niños los utilicen antes de esa edad si los necesitan. 

En ese momento también es importante que los niños cuiden especialmente su higiene con una ducha diaria, sobre todo si hacen ejercicio; secando bien la piel, para evitar que quede humedad en algunos rincones, y no reutilizando la ropa usada, que será preferiblemente de algodón. 

Un chico se aplica desodorante en roll-on. Freepik

Consejos para elegir el desodorante

A la hora de comprar un desodorante para un niño debemos tener en cuenta que nada tiene que ver su epidermis con la de un adulto. Es importante que sean de tipo bio, elaborados con productos naturales.

Aunque la mayoría de desodorantes son aptos y seguros para ellos, deben ser particularmente suaves para que no irriten la piel sensible de los niños. Debemos evitar los que tienen en su composición alcohol, sales de aluminio, parabenos, perfumes, lanolina y formalheído, ya que pueden causar irritación en las pieles más sensibles. Si aparecen rojeces, picor o lesiones cutáneas es necesario suspender el uso y probar otros productos.  

En cuanto a la forma de administrarlos, podemos encontrarlos en spray, en barra, en crema o en roll-on, siendo este último el más adecuado para los niños, ya que se lo pueden aplicar mejor y con mayor precisión.

Si eres de los que prefieres apostar por las soluciones naturales, puedes probar los lavados con infusiones de salvia o vinagre de sidra de manzana, ya que los astringentes que contienen te ayudarán a contraer las glándulas sudoríparas y eliminar así el desagradable olor a sudor.