Barcelona aprieta el cerco en torno al negocio de los bicitaxis

Barcelona aprieta el cerco en torno al negocio de los bicitaxis

La lucha contra un actividad clandestina

La presión municipal obliga a los conductores a abandonar los enclaves más turísticos

BICITAXIS REQUISADOS POR LA GUARDIA URBANA DE BARCELONA ENVIADOS AL DEPOSITO MUNICIPAL DEL AYUNTAMIENTO

Algunos de los bicitaxis recientemente incautados por el Ayuntamiento de Barcelona, en un depósito municipal

Mané Espinosa

Hace unas pocas semanas Abdul se mostraba muy ilusionado en estas páginas. Luego de unos cuantos años dejaba atrás la venta ambulante de pareos en los arenales de la Barceloneta para dar el gran salto y hacerse bicitaxista. La de bicitaxista fue en los últimos tiempos la más fructífera de todas las ocupaciones clandestinas y sumergidas propias del verano. Más que la venta de mojitos, la confección de trenzas, el alquiler de sombrillas descuajaringadas...

Lo que pasa es que hay que alquilarlo, el bicitaxi, por unos 150 euros semanales, una inversión inicial muy superior a las que comportan el resto de ocupaciones clandestinas propias del verano, y confiar en que las multas no te arruinen en las primeras pedaladas. Aun así, durante mucho tiempo, en muchos círculos, el bicitaxi fue señal de progreso.

Hasta hace una semana. Hasta que el Ayuntamiento emprendió una cruzada aquí nunca vista para desterrar esta actividad. Fuentes municipales estiman que Barcelona suma unos 1.500 bicitaxistas. En estos momentos la mayor parte le da vueltas a la cabeza, aguarda en su casa a que la Guardia Urbana rebaje su presión, se pregunta qué hará... Y estos días no hay modo de encontrar un bicitaxi en la Barceloneta, por las calles del Gòtic, en el paseo Colom...

Los bicitaxis desaparecieron estos días de los enclaves turísticos más importantes

Los bicitaxis desaparecieron estos días de los enclaves turísticos más importantes

Mane Espinosa

El Consistorio hizo correr la voz de que decomisaría todos los bicitaxis que encontrara. Apenas una decena de incautaciones y una quincena de sanciones fueron suficiente para que los bicitaxistas creyeran la advertencia. Además, los dispositivos policiales cambian cada día de escenario, la tramitación de los expedientes es tremendamente detallada a fin de que los propietarios tarden meses en recuperar sus vehículos, el Consistorio ultima un decreto para ampliar las restricciones más allá de los distritos de Ciutat Vella y Sant Martí y vetar esta actividad en la avenida Paral·lel, el Quadrat d’Or del Eixample y los alrededores del Camp Nou, del Park Güell y de la Sagrada Família...

“Así tratamos de convencerles de que han de cambiar de ocupación, que este no es modo de ganarse la vida –abunda el primer teniente de alcalde, el socialista Jaume Collboni–. También pondremos en marcha los servicios de reorientación laboral. Estamos la espera de que la Generalitat, que tiene las competencias en materia de transporte de pasajeros, prohíba de manera específica este negocio. No aporta nada a la ciudad, solo genera problemas. Si queremos un modelo turístico sostenible tenemos que desterrarlo. Otra cosa es el vehículo, cuyo uso puede tener otras finalidades. La ilegalidad está enquistada, a pesar de que desde el 2019 la Guardia Urbana decomisó un millar de bicitaxis y puso unas 1.400 multas”.

Almacén de una empresa que alquila bicitaxis a conductores autónomos

Almacén de una empresa que alquila bicitaxis a conductores autónomos

Mane Espinosa

El Ayuntamiento trata de hacer comprender a los bicitaxistas que su ocupación ya no tiene futuro

Y cada día que pasa Abdul está más convencido de que pronto volverá a dedicarse a la venta ambulante de pareos en los arenales de la Barceloneta, y también al alquiler de sombrillas descuajaringadas. Muy pocos en este gremio tienen permiso de trabajo.

“La verdad es que estos días dejaron de verse –dice Manel Martínez, de la asociación de vecinos de la Barceloneta–, y no únicamente circulando... tampoco aparcados en las plazas reservadas para los vecinos, ni cargando las baterías de cualquier modo en cualquier bajo, ni... ¡a lo mejor ves uno por la noche!”. Muchos vecinos de este lado de la ciudad llevan años denunciando los crecientes problemas de convivencia que genera esta ocupación, unos problemas que se fueron agravando a medida que este modo de buscarse la vida se sumergía en la clandestinidad, mientras que todas las normas municipales destinadas a regularlo se convertían en papel mojado...

“Esperamos que esta vez el Ayuntamiento no baje la guardia
–sigue Martínez–. No hablamos solo de molestias, también de precariedad laboral. Además, algunos proporcionan drogas y facilitan la prostitución, entre otras cosas. El Ayuntamiento también ha de poner cerco a los almacenes clandestinos que suministran a lateros y mojiteros ¿a qué se dedicarán ahora los bicitaxistas?”.

“Estos días nadie quiere alquilar un bicitaxi –dice Daniel Zapater, de la empresa Funky Cycle–, tenemos nuestros 20 vehículos en el almacén. En los últimos tiempos la mayor parte de los alquileres de estos vehículos se hace de un modo irregular, pero aún quedamos algunas de las empresas que ya nos dedicábamos a esto antes de que todo se fuera de las manos”. En Funky Cycle subrayan que solo alquilan sus vehículos a autónomos, y también que son estos autónomos los responsables de las posibles infracciones.

“Hace una década montábamos rutas por lugares de interés turístico, nadie hacía de taxista y el motor que ayudaba al pedaleo era de 250 vatios. El problema surgió sobre el 2015. Fabricantes chinos ofrecían todo tipo de facilidades para hacer llegar bicitaxis de más de mil vatios, incluso proporcionaban documentación que asegura que la potencia era la permitida ¡nosotros lo denunciamos ante al Ayuntamiento! avisamos de que esto se iba de las manos, pero el gobierno municipal, el primero de la alcaldesa Colau, prefirió no hacernos caso y dejar que las cosas se desarrollaran libres. Sustituyó nuestra licencia por una pegatina con un código QR”.

La Barceloneta denuncia la molestias y también la precariedad laboral de esta actividad

Y así todas las normas elaboradas para regular estas actividades fueron atropelladas por centenares de conductores clandestinos a los mandos de unos trastos trucados equipados con altavoces y luces de colores. “Estamos muy sorprendidos con las últimas medidas del Ayuntamiento. Hace años que no hace cumplir sus normas, y ahora, de repente, arruina la temporada. Nosotros estamos hablando con nuestros abogados. A ver qué hacemos”.

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