Un país tan apartado como sorprendente con tradiciones y costumbres tan arraigadas desde hace siglos donde el hinduismo – su religión principal – sobrevivió al paso del colonialismo inglés, no tiene al futbol en los altares de las cosas mas importantes de las menos importantes, y es que los indios viven y respiran el criquet. El deporte inglés por excelencia y padre del béisbol es la religión deportiva que une a un país tan diverso en varios aspectos.

El criquet en la India es religión.

Tal vez nosotros no entenderíamos como puede generar tanta pasión un encuentro de criquet que puede durar hasta 6 días jugando 6 horas diarias (con pausas para ir a comer), pero en un país que produce casi el doble de las películas que se hacen en Hollywood, donde la religión hindú y musulmana conviven con una tensa calma y con tantos contrastes que hace imposible no querer acercarse aunque sea por curiosidad y de reojo a su cultura, todo puede pasar. Actualmente el futbol no pasa desapercibido para los indios, ellos siguen muy de cerca las acciones de Real Madrid, Barcelona y Manchester United principalmente; teniendo una copia local de la MLS en la Super Liga India donde 8 equipos de las principales ciudades tratan de alcanzar la gloria.

 

El Chennaiyin FC es el actual campeón de la liga India.

 

Hablar de la India como un país que no es futbolero por excelencia no lo exime de tener una historia cercana con éste deporte, y para conocerla debemos transportarnos hasta 1948 donde el país acababa de consagrar su independencia gracias a Mahatma Gandhi y donde al mismo tiempo se vivía sin futbol de élite entre naciones debido a los estragos de la Segunda Gran Guerra. En los Juegos Olímpicos de Londres, India jugaría su primer juego oficial como nación independiente y el rival era la selección francesa. Sorprendentemente los galos se esforzaron de más para vencer a los ahora Tigres Azules quienes eran liderados valerosamente por su capitán Talimeren Ao y esperanzados en su artillero, el de Bangalore, Sarangapani Raman. India y Francia iban empatados, incluso los indios fallaron ingenuamente dos penales antes de que René Persillion convirtiera el tanto de la victoria gala, sin embargo la principal novedad fue que el equipo asiático jugó descalzo o bien con los pies vendados ante el asombro de sus rivales y del público que estaba en el estadio. La noticia asombró al mundo futbolero de esa época tanto por el heroico juego indio, como por la costumbre de jugar sin botines y la decisión del árbitro de no suspender el partido.

Jugadores indios entrando al campo en los Juegos Olímpicos de Londres ’48

Era la época dorada del futbol indio con jugadores que empezaban a lograr algunos triunfos importantes en Asia, y esa misma camada estaba lista para asistir al mundial de Brasil, el primero después del desastre mundial de la década pasada. Solo viajaron a tierras amazónicas 13 equipos ya que Europa estaba diezmada y la mayoría de participantes entre los que se cuentan Escocia, Turquía, Portugal, Austria y Francia declinaron asistir al Cuarto Mundial de la historia. Por la parte asiática los clasificados Birmania, Filipinas e Indonesia también declinaron y la India estaba dispuesta a hacer el largo viaje cruzando el mundo para llegar a Brasil.

 

La fábula sin moraleja cuenta que la FIFA prohibió jugar a los indios sin botines y éstos ante su orgullo decidieron rechazar la invitación y no asistir a Brasil, sin embargo lo cierto es que el joven país que tenía grandes problemas en ese tiempo y no podía costear un viaje tan largo y tan caro hasta la tierra de la samba, así pues,  la historia romántica dice que la tozudez se impuso a los lineamientos de FIFA. Aquel mundial fue raro en el sentido de que ha sido el único donde no se disputó una final per sé, el mundial donde Inglaterra por fin iba a “hacer el honor de participar” y termino haciendo el ridículo, donde el grupo D solo lo integraron Uruguay y Bolivia, Brasil dejó de jugar de blanco para siempre tras la primer tragedia de su historia futbolística y aquel que pudo ser aderezado con jugadores de la India jugando un futbol arriesgado e inocente sin usar calzado debido a que simplemente por alguna u otra razón ellos así jugaban.

India ya no tuvo oportunidad de partipar en algun otro mundial y su última aparición en JJOO fue en Roma 1960.

 

Aquel equipo siguió jugando con los pies semidesnudos en los años siguientes, aunque poco a poco los jugadores se dieron cuenta que era mejor calzarse unos botines, en 1951 ganaron la Copa de los juegos de Asia y llegaron con buen ánimo a los juegos olímpicos de Helsinki ’52 donde fueron vapuleados 10 a 1 por Yugoslavia. El frío del país nórdico hizo estragos en su juego y poco a poco comprendieron que ya no era tan viable jugar descalzos. Así pues aquella generación ya diezmada por el tiempo llegó a las olimpiadas de Melbourne 1956 donde sorprendieron al mundo entero al quedar en cuarto lugar, jugando con gallardía y perdiendo con honor en el partido por la medalla de bronce ante Bulgaria. Solo un par de jugadores no usaba botines.

Talimeren Tao era el capitán de aquella selección de la India.

El criquet, el deporte que es religión en el subcontinente asiático ha sepultado ésta historia y en éstos días es difícil recordar fácilmente las hazañas de los forjadores del futbol indio en un país que iba naciendo en esa época, sin embargo Mahabir Prasad, Ahmed Khan, Robi Das, Sarangapani Raman, Ramachandra Balaram, Sailen Manna, Mohun Bagan, Taj Mohammed y el alma del equipo Talimeren Ao merecen un lugar especial en la historia del deporte de la India y tal vez merecen ser parte de alguna fábula futbolera donde se cuente como entraban al campo sin zapatos, pero dispuestos a divertirse jugando al futbol. En éste sentido, ustedes escogen la moraleja.