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NFLEl #21 de los Redskins marca una generaci�n entera de la NFL

Diez a�os del asesinato de Sean Taylor y del nacimiento de su mito

Un jugador nacido para ser leyenda, Sean Taylor
Un jugador nacido para ser leyenda, Sean Taylor

Silencio sepulcral y miradas perdidas. Los sentimientos afloraban mientras todos en la sala esperaban. Con los ojos rojos y sin apenas voz, Dany Snyder, propietario de los Washington Redskins, confirmaba la tragedia.

Pocas horas antes, una joven pareja dorm�a feliz en su casa de Palmetto Bay, Florida. Llevaban juntos desde el instituto, ten�an 24 a�os. Una preciosa historia de amor que 18 meses atr�s les dio el mayor regalo de sus vidas: una hija.

Una existencia perfecta. Eran j�venes y lo ten�an todo. Hasta aquel siniestro martes, tras el que sus vidas quedar�an por siempre tocadas. Sean, Jackie y su hija, tambi�n Jackie, dorm�an juntos.

Entonces, un hombre armado entr� en el cuarto. El padre se levant� y se prepar� para defender a su hogar. Para defender a su familia. El asaltante dispar� a sangre fr�a. Acert� en la ingle del hombre y r�pidamente se march�.

Sean Taylor se desangraba, inconsciente, en los brazos de su novia de siempre y con su hija entre lloros a�n en la cama. Su vida se escapaba lentamente.

Un desastre imposible de contar y de olvidar

Snyder no era capaz. Derrumbado ante la prensa le era inalcanzable la idea de seguir. Joe Gibbs, entrenador del equipo, se vio obligado a continuar pese a que su estado no era mejor.

Sean Taylor hab�a muerto. Padre, compa�ero y estrella de la NFL. Una p�rdida irreparable. Un hecho lamentable, fruto del odio m�s visceral de algunos seres repugnantes y la mala fortuna. Este lunes 27 se cumplen 10 a�os de la tragedia.

Taylor apuntaba a redifinir la posici�n de safety en la NFL. Favorito de la afici�n y estrella en apenas tres temporadas tras ser elegido quinto en el Draft de 2004. Un jugador nacido para ser leyenda y cuyo asesinato le convirti� en mito inmortal.

El #21 que influye a toda una generaci�n

Sean Taylor era el jugador favorito de tu jugador favorito. En la Universidad de Miami ya ense�� lo que ser�a. El cuerpo de un linebacker y la velocidad de un cornerback. Todo ello, con una pasi�n y furia casi excesivas para un deporte tan salvaje como el f�tbol americano.

Steve Smith no pod�a estar m�s en lo cierto y, sin duda, Sean Taylor es sin�nimo de legado. No dej� t�tulos, ni se recordar� su nombre como una de las grandes leyendas de este deporte. Sean Taylor inspir� a la gente.

A�os despu�s su presencia sigue muy viva. Qui�n iba a esperar que un jugador con apenas 55 partidos disputados inspirar�a a toda una generaci�n de defensas de la NFL.

D.J. Swearinger, safety de los actuales Redskins, tiene una rutina tan clara como motivadora antes de cada encuentro: visiona un v�deo de highlights de Taylor. Cada semana la misma rutina. Un v�deo de m�s de diez a�os.

"Algo en �l era diferente y sigue conmigo. Era el GOAT (mejor de todos los tiempos) cuando jugaba. Esa fuerza dominante que exhib�a no se ha igualado. Sigue sin igualarse e intento llegar a ese punto", dice Swearinger.

Swearinger lleg� incluso a pagar una cifra de cinco d�gitos para vestir el dorsal 36 en los Redskins. El primer n�mero de Taylor en la universidad. Y otros dos safeties, Ha Ha Clinton-Dix y Landon Collins, llevan el 21 por �l.

Los tres jugadores eran adolescentes cuando Sean Taylor fue asesinado. Con 16, 14 y 13 a�os, son tres ejemplos del misticismo de Taylor. Su imagen e inspiraci�n gu�a el camino de estos defensas de la NFL. No son los �nicos. Es toda una generaci�n.

"Nadie podr� reemplazar a Taylor como jugador"

Su presencia no termin� con su muerte. Todos sus compa�eros sufrieron una p�rdida irreparable. Todos alababan su pasi�n y dureza. Se le tachaba de distante desde algunos medios, pero todos, incluidos rivales, le adoraban.

Su entrenador Gibbs habl� con el equipo antes del siguiente partido. Nadie estaba preparado para el encuentro ante los Buffalo Bills el 2 de diciembre. Era imposible, salvo que Taylor estuviese con ellos.

"Nadie podr� hacer nada o ser� capaz de sustituirle como jugador", les dijo Gibbs a sus jugadores antes del partido. "Es por eso que tenemos que hacer una jugada con �l". Taylor segu�a con ellos.

En el primer snap del equipo defensivo, solo diez hombres pisaban el c�sped del FedEx. Reed Doughty, el elegido para suplir a Taylor, estaba fuera. El hueco del safety, vacante. La m�s triste y acertada met�fora del vac�o que dejaba Taylor.

Una lesi�n le tuvo en casa cuando no deb�a estar ah�

El fin de semana anterior a su muerte, Sean Taylor ten�a que estar con el equipo. Una lesi�n le imped�a jugar y Gibbs le dio permiso para pasar unos d�as con su familia. Sin embargo, aquel martes 27 ya deb�a estar de vuelta. Qui�n sabe lo que habr�a pasado.

Eric Rivera fue su asesino. Amigo de la hermana de Taylor, estuvo en la casa del jugador de los Redskins en una fiesta y vio como guardaban 10.000 d�lares en una cartera. Volver�a d�as despu�s, con cuatro amigos, para llevarse el dinero.

"Un joven que quiso tomar atajos los tom� y le quit� la vida a un hombre", dice Pedro Taylor, el padre. "Y yo tuve que quitar la sangre de mi propio hijo del suelo de su casa", confiesa emocionado en el juicio, a pocos metros del asesino.

Rivera no sab�a que Taylor estaba con su familia en casa. Al disparar, no solo acab� con su propia vida, sino con la de un buen hombre. Rivera fue condenado a 57 a�os de prisi�n cuando ten�a 23.

Lo que pudo ser y no llegamos a ver de Sean taylor

Pasi�n. La palabra que define a Taylor. Sum� 238 tackles y 12 intercepciones en 55 encuentros. Iba camino de ser leyenda. De ser, incluso, el mejor defensive back de la historia.

Un asesino priv� a los aficionados de un jugador destinado a marcar una �poca. Nunca lo sabremos. Nunca sabremos qu� tipo de jugadores hubiese sido. Qu� tipo de hombre hubiera sido. C�mo hubiese influido en otras vidas.

Y sobre todo, jam�s sabremos qu� tipo de padre ser�a, porque un asesino no le permiti� serlo. Jackie Taylor tiene ahora 11 a�os. Una hija que ha crecido sin padre porque a Sean Taylor solo le dejaron disfrutar de ella 18 meses.

"Todos los d�as de 'padre e hija' del colegio, mi hija tiene un asiento vac�o a su lado por culpa del Sr. Rivera", escribi� Jackie Garc�a, novia de Taylor, en una carta que al leerla todav�a emociona.

Nos queda, como a Swearinger, disfrutar de sus v�deos. Descansa en paz, Sean Taylor. Tu mito sigue muy presente en la NFL y entre todos nosotros.