Descubre San Román da Retorta-Melide (Etapas Camino de Santiago)

San Román da Retorta-Melide

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Fotografía de Óscar Cela.

Fotografía de Óscar Cela.

Si quiere seguir el trazado oficial del Camino, el peregrino no debe hacer caso a la señalización oficial en el arranque de una etapa que lo dejará en Melide, donde dirá adiós al Primitivo, que entronca allí con el populoso Camino Francés. Antes el caminante recorrerá al menos quince minúsculos núcleos de población -la mayoría sin servicios- por los concellos de Guntín, Friol, Palas de Rei, Toques y Melide. También tendrá que emprender una suave ascensión a la Serra do Careón, que separa Lugo y A Coruña. Y si quiere reponer fuerzas o avituallarse a lo largo de la etapa, sus opciones son limitadas.

La etapa (26 kilómetros)

El peregrino debe abandonar San Román da Retorta por la llamada vía romana, por donde están los albergues. Antes era una variante no oficial, pero desde la delimitación oficial por ahí va el Camino, aún no señalizado con los correspondientes mojones, pero sí con flechas amarillas. La ruta no tiene pérdida y alterna asfalto con tierra en este tramo, que confluye con el que tiene los mojones en Ponte Ferreira, siete kilómetros más adelante. El recorrido está bien señalizado y no tiene grandes puntos de interés. El peregrino sufre los característicos falsos llanos de la orografía gallega y transita por parajes solitarios. No verá mucha gente en esta jornada.

El primer núcleo que visita, tras un suave escenso, es Burgo de Negral, asentado en el centro de un valle. Allí se abandona la tierra y se vuelve al asfalto. La alternancia será una constante en esta jornada. El Primitivo continúa su recorrido por el minúsculo núcleo de Vilacarpide hacia Pacio. El pergrino camina por carretera, rodeado de un buen paisaje dominado por bosques de carballos y abedules.

Burgo de Negral

Burgo de Negral

En Pacio hay una iglesia dedicada a Santa María y buenos ejemplos de construcciones tradicionales, pero el conjunto padece el mal que aqueja a buena parte de Galicia: el feísmo. Casas sin terminar restan valor a numerosos lugares de esta comunidad. Pacio es un ejemplo.

Poco después termina el territorio del concello de Friol. El peregrino llega al municipio de Palas de Rei. Pero no debe dirigirse hacia su capital. Por allí no pasa el Primitivo. Su Camino le lleva por una pista asfaltada a cruzar la carretera LU-231, al núcleo de Covela y, por un sendero, a Ponte Ferreira. Allí se reunifican los dos tramos «oficiales». También el pequeño puente medieval, tal vez de origen romano, que debe cruzar el peregrino. Es uno de los rincones con más encanto de la etapa. Y también tiene unas mesas y unos bancos de piedra, por si hace falta un respiro.

Después de Ponte Ferreira -donde el mojón indica que quedan algo menos de 75 kilómetros para Santiago, el peregrino debe atravesar Carballal. Le toca caminar un par de kilómetros por la LU-231. Hasta llegar a Leboreira. Antes tomará un sendero que le devolverá poco después a la carretera tras atravesar este núcleo. Pasados Bouzachán y O Regulán, el peregino topa con la iglesia de San Xurxo de Augas Santas, cuyo cementerio anexo sorprende a los caminantes por tener algunas tumbas orientadas hacia el Primitivo.

Hospital das Seixa

A unos 70 kilómetros de Santiago, con pintura amarilla sobre la carretera, al peregrino se le plantean dos opciones, ir a Palas de Rei o a Melide. El Primitivo va hacia Melide. Es la ruta que debe seguir, a la derecha de la calzada, por un pequeño tramo boscoso, bajo la sombra de carballos. No durará mucho, apenas 300 metros.

Vuelve a desembocar en la carretera al llegar a Merlán. En este núcleo el Camino pasa junto una iglesia de origen románico, dedicada a San Salvador, y se aproxima al núcleo de As Seixas, hace unos años un punto más a señalar en la ruta, hoy sede de un estupendo albergue público de la Xunta de Galicia. Y de un establecimiento de turismo rural, Casa Goriños. Ambos locales, y los creados en Ponte Ferreira y A Retorta, son claros indicadores de que algo se mueve en el Primitivo, una ruta cada vez más accesible. Otro símbolo de la normalización de las peregrinaciones son los perros, cada vez más acostumbrados al paso de los peregrinos. El albergue de la Xunta, situado a cien metros del Camino, tiene 35 plazas en litera, máquinas de vending (para bien y para mal, proliferan en la ruta) y muy buen equipamiento. También recibe la visita diaria de proveedores de productos de alimentación que venden a los peregrinos.

El Primitivo parte de As Seixas por una senda que desciende hasta el fondo del valle del río Merlán. El descenso no acaba en llano, sino en una nueva subida hasta un lugar de inequívoco nombre jacobeo, Casacamiño. El peregrino pisa tierra y camina entre muros bajos de piedra. Prados, pinares y carballeiras jalonan su paso, que le lleva entre espectaculares vistas hacia la Serra do Careón, la última montaña del Primitivo, en cuyas estribaciones se encuentra Hospital das Seixas. Allí hay un área recreativa y una fuente (no abundan en esta etapa). 150 metros antes de este núcleo, situado a 65 kilómetros de Santiago, el Camino desemboca en la carretera que viene de Merlán y que lleva hasta Melide. Debe recorrerla para cruzar el límite entre las provincias de Lugo y A Coruña.

La Serra do Careón

Este conjunto montañoso abarca 6.568 hectáreas. Su punto más alto, llamado pico O Careón, alcanza los 798 metros sobre el nivel del mar. Esta sierra tiene un gran valor ecológico por su flora -hay plantas endémicas-  y por su fauna -conserva fauna casi desconocida en Galicia-. Pero no es un tapón para el peregrino. Sus rampas son suaves. Y con buen tiempo el aire fresco que sopla resulta un alivio. Con mal tiempo la cosa se complica. Una vez cruzada la «frontera» provincial, el peregrino entra en el territorio municipal de Toques. No verá su capital. Como no vio las de Guntín, Friol y Palas. Tampoco atravesará ningún núcleo con abundancia de servicios.

Le toca descender la Serra do Careón por su vertiente occidental. Su primer destino es Vilouriz. Va por la pista asfaltada ya mencionada, primero entre pinares, después rodeado por prados. Ya puede verse Melide en la lejanía (donde hay un mojón con el punto kilométrico 64.802), pero aún queda mucho que andar. Poco después de pasar el núcleo de Arnade se abandona el asfalto por una senda que se abre a mano izquierda. Bajo carballos y abedules el Camino se convierte en una congostra a medida que se acerca a Vilouriz de Abaixo. En este pueblo que tiene fuente y numerosos hórreos poco más puede interesar al peregrino, que ya lleva muchos kilómetros en las piernas.

El Primitivo sigue su curso hacia Vilamor. Va por un trazado algo diferente al original, cortado por una verja y lleno de tojos. Toca subir y bajar un monte para cruzar después un puente sobre un arroyo, O Rego dos Lagares. Al otro lado del cauce toca un ascenso. Hay que subir para llegar a Vilamor de Arriba, donde hay una fuente, un cruceiro y bancos para sentarse. Y tras atravesar este núcleo hay que pisar asfalto par dirigirse a Vilamor de Abaixo. No es un pueblo cualquiera. La carretera lleva al peregrino de Vilamor e Irago de Arriba (el siguiente núcleo) a cruzar el río Furelos por A Ponte da Pedra. Una vez cruzado este paso, que conserva restos medievales y atraviesa un paraje de gran belleza, ya está en Melide.

El Camino sigue por asfalto (CP-4604) hacia la capital de este concello. Son tres kilómetros los que separan al peregrino de su meta. En este recorrido sin mucho atractivo pasa cerca de la iglesia de San Salvador de Abeancos y llega a Compostela. Se trata de un núcleo que comparte nombre con la ciudad del apóstol. No es demasiado frecuente en Galicia. No se repetirá en la ruta.

Y llegamos al Camino Francés

El Primitivo accede al casco urbano de Melide por la Avenida de Toques y Friol. El peregrino se encuentra en una villa de fuerte tradición jacobea, en la que buena parte de su economía depende del Camino. Se nota. Tiene a su disposición todos los servicios que no existieron en la ruta desde Lugo, dos etapas atrás, como farmacias y médicos.

Melide

Melide

Ya en el centro histórico, en el cruce con la ronda de A Coruña, la Rúa Rambla de San Pablo y la Rúa Mateo Segade Bugueiro hay una fuente. Y un mojón con concha que indica que hay que seguir por esta última y cruzar la Praza do Convento. La siguiente calle que transita el peregrino disipa cualquier posible duda: se llama Rúa Camiño de Ovedo (el nombre tradicional del Primitivo). Y lo transporta hasta el cruce con la Rúa de San Pedro. Solo quedan 50 kilómetros para Santiago. Es el fin del Primitivo, que entronca aquí con el Camino Francés. El resto de su peregrinaje será muy distinto. Y es que el caminante entra ahora en una especie de autopista. No puede perderse. No le faltarán servicios. Habrá mucha gente. Y tal vez eche de menos la paz y la tranquilidad de la más antigua de las rutas jacobeas.

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