Saint Etienne

Situada en el valle del Furan, a dos pasos del macizo del Pilat y de Lyon, su gran rival, y a tres horas en tren de París, Saint-Etienne es una ciudad que se presta especialmente bien a una escapada de fin de semana.

Esta antigua ciudad industrial, famosa en Francia por ser la capital del carbón, ha apostado por la cultura para encontrar un nuevo dinamismo y renovar completamente su imagen. Con sus numerosos museos, salas de espectáculos y arquitectura moderna, Saint-Étienne se está consolidando como la capital del diseño de Francia y ha sido clasificada como patrimonio de la UNESCO.

Qué ver en Saint Etienne

Conocida en Francia como la ciudad de las armas, el carbón y la explotación industrial, Saint-Étienne intenta revitalizar su imagen desde principios de la década de 2000.

Centrándose en la cultura, especialmente en la cultura moderna, el diseño, la arquitectura y su historia reciente, la ciudad se ha convertido ahora en un centro museístico de gran valor, que atrae a turistas de todo el mundo.

Centro histórico

Para visitar Saint-Étienne, te aconsejamos que te pierdas por sus pintorescas e históricas calles, pasando por sus edificios más importantes: el Ayuntamiento, la Torre de la Farmacia, la Bolsa de Trabajo y la Prefectura.

Por la noche, pasea por el barrio de Saint-Jacques, uno de los más antiguos de Saint-Étienne: te esperan hermosas casas del siglo XIII y un ambiente festivo. De hecho, la zona está llena de cafés y bistrós donde podrás mezclarte con los lugareños y disfrutar de una copa de buen vino.

Las traboules de Saint-Étienne

Al igual que Lyon y Chambery, Saint-Étienne también cuenta con una densa red de traboules, es decir, pasarelas cubiertas dentro de la ciudad, que a menudo atraviesan patios privados y conectan edificios del centro histórico.

Muchos accesos están ahora cerrados y se necesitan permisos especiales para visitarlos, concedidos casi exclusivamente a guías turísticos locales.

Obras de arte

El diseño y el arte son parte integrante de la ciudad: armado con unos buenos zapatos y una cámara, puedes ir a la caza de obras de arte moderno inherentes al contexto urbano. Uno de los lugares más ricos en arte es la estación de Chateaucreax: en la explanada frente a la entrada se encuentra el árbol multicolor de Philippe Million, los enigmáticos bolardos urbanos de hierro fundido de François Bauchet, los caballos azules de Assan Smati1

En Place Chavanelle2, los gigantes de acero de Yannick Vey, como las palomas marinas de hierro fundido de Ghyslain Bertholon y Maxime Bourgeaux, embellecen el espacio.

Una impresionante fuente con forma de barco pirata decora Place de l’hôtel de Ville3.

Sedes de fútbol en Saint-Étienne

El fútbol y el equipo verde son algo más que un deporte en Saint-Étienne. El club y su historia son una parte importante de la cultura y el alma de la ciudad.

Seas o no aficionado a este deporte, merece la pena visitar el Estadio Geoffroy Guichard8 también llamado Caldero: construido en 1930, el Estadio Geoffroy-Guichard es conocido por su ambiente excepcional, chispeante y efervescente, gracias a sus entregados seguidores, a los que incluso se ha construido un museo, Museo Verde9, el primero de Francia dedicado a un equipo de fútbol.

La arquitectura de Le Corbusier en Firminy

A unos diez kilómetros de Saint-Etienne, la ciudad de Firminy posee un conjunto arquitectónico único en Europa, gracias a la presencia de varios edificios diseñados por el famoso arquitecto Le Corbusier.

Te recomendamos que participes en una visita guiada a estos edificios para comprender la visión de Le Corbusier y descubrir cómo tras la cara fría del hormigón se esconden espacios extremadamente bien diseñados al servicio de la vida cotidiana de sus habitantes. De hecho, en aquella época la ciudad experimentaba un auge demográfico: el desarrollo de la industria siderúrgica generaba muchos puestos de trabajo y resultaba difícil alojar a todos los trabajadores. Por ello, las autoridades de la ciudad decidieron diseñar un nuevo barrio que integrara lugares de trabajo, viviendas e instalaciones para la vida cotidiana, y se pidió a Le Corbusier que diseñara unidades de vivienda, un estadio, un centro cultural y una iglesia.

La unidad de viviendas tiene 20 niveles, 7 calles interiores que originalmente daban servicio a 414 tipos diferentes de viviendas, una escuela y una terraza en la azotea: responde al concepto de “ciudad jardín vertical” y de “cartuja moderna”, y los pilotes permiten liberar espacio en el suelo para favorecer el contacto visual con la naturaleza circundante.

La iglesia Sain-Pierre, más reciente, apenas se identifica como lugar religioso: sólo la parte superior del edificio se utiliza para este fin, mientras que la inferior alberga un centro de interpretación. El interior es atmosférico: las aberturas juegan con el movimiento del sol que tiñe las paredes con aureolas de colores.

El Estadio Olímpico tiene un gran aforo de más de 4.000 localidades y una pista de atletismo de 400 metros, testimonio de la ambiciosa política de modernización de la ciudad llevada a cabo desde los años 50.

Por último, la Casa de la Cultura Firminy tiene como objetivo hacer accesibles a todos las obras del genio humano. El edificio, de 112 metros de largo, se levanta sobre una antigua cantera de arenisca de carbón y tiene un aspecto insólito: el tejado descansa sobre un sistema de cables que le dan el perfil de una bóveda invertida. El edificio alberga un auditorio, una sala de espectáculos, una sala de artes plásticas, una sala de expresión corporal y sigue siendo escenario de espectáculos y creaciones artísticas y sede de una escuela de música asociativa y un centro de interpretación.

Dónde alojarse en Saint Etienne

Al igual que Roma, Nimes o Lisboa, Saint-Étienne también está construida sobre siete colinas, a más de 480 metros sobre el nivel del mar, lo que la convierte en una de las ciudades más altas de Europa.

Para identificar dónde alojarse en Saint-Étienne, te aconsejamos que conozcas las distintas almas de la ciudad, sus barrios con ambientes muy diferentes. El casco antiguo, a pesar de lo que puedas pensar, sigue estando ocupado por personas con ingresos modestos, de clase obrera y clases sociales populares. Hay muchos mercados semanales y el ambiente es decididamente animado.

Los barrios de Fauriel y Villeboeuf atraen a una población acomodada que busca tranquilidad, sobre todo a lo largo del Cours Fauriel. Es una zona apartada, entre el Parque de Europa y el Jardín de las Plantas, sede de la Ópera de Saint-Étienne, no demasiado turística sin alejarse demasiado del centro de la ciudad.

Crêt-de-Roc, al este del centro de la ciudad, se caracteriza por una profunda transformación, pasando de ser un barrio obrero a una zona residencial de alto nivel: encaramado en la antigua colina donde oficiaban los cuchilleros y armeros, hoy el barrio se renueva y gana fama de barrio ecológico con una sensibilidad bohemia y alternativa. Un punto fuerte para elegir alojamiento es su proximidad a la estación SNCF.

Hoteles recomendados en Saint Etienne

Cómo llegar a Saint Etienne

La forma más rápida de llegar a Saint Etienne es aterrizar en el aeropuerto de Lyon Saint-Exupéry y seguir en autobús. En concreto, la compañía OUIBUS ofrece viajes diarios y regulares entre el cuarto aeropuerto de Francia y la ciudad de Saint-Etienne.

Si, por el contrario, prefieres viajar en tren, siempre tendrás que pasar por Lyon. La principal estación de ferrocarril de Saint-Étienne es la Gare de Saint-Étienne-Châteaucreux, a la que llegan numerosos trenes (TGV, TER, Intercités). Tiene conexión directa con París-Gare-de-Lyon mediante una parada en Lyon-Part-Dieu. La estación es también un nudo de conexiones entre las líneas TER Alvernia-Rodano-Apli.

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