- Aitor Ruibal. "No tengo fuerzas ni para hablar"
No estaba escrito que Ruibal fuera a tener un papel protagonista en un partido como el que enfrent� ayer a su equipo y el Real Madrid. El polivalente futbolista catal�n, dispuesto siempre a 'apagar' incendios all� donde Pellegrini lo necesite, estaba d�ndole descansos en Europa y en la Copa a H�ctor Beller�n, titular en el lateral derecho despu�s de que Youssouf Sabaly cayera lesionado por en�sima vez. Pero la expulsi�n de su compa�ero e �ntimo amigo hace siete d�as en Almer�a le abri� de par en par las puertas al bueno de Aitor con una oportunidad que no desaprovech�.
Sufri� de inicio, ante un Rodrygo imparable que oblig� al Ingeniero a realizar ajustes sobre la marcha para que el partido no se le escapara a las primeras de cambio por ese costado diestro de la defensa de su equipo. Pero en cuanto logr� asentarse, Ruibal empez� a crecer hasta que lleg� su momento de gloria, un zapatazo descomunal con su pierna derecha desde fuera del �rea con una precisi�n que hizo in�til cualquier intento de Lunin por evitar el gol. Un gol no, un golazo que le dio a su equipo mucho m�s que un punto. Le dio un impulso an�mico tremendo para afrontar un exigente fin de a�o en la Liga y en Europa.
Fue el s�ptimo gol de Aitor con la el�stica verdiblanca en todas las competiciones, segundo en lo que va de temporada tras el que le hizo al Aris Limassol en el torneo continental hace un mes. Un tanto fiel a su 'estilo', de los que no dejan a nadie indiferente. Hace tres a�os, durante los partidos sin p�blico por la pandemia, se estren� en LaLiga con el Betis con una volea tremenda frente al Villarreal. La temporada pasada, frente al Helsinki en Europa, otra obra de arte, con un control orientado de tac�n, un ca�o en la frontal y un misil a la escuadra. Y ayer, el triunfo a su perseverancia.
Porque la de Ruibal es una carrera deportiva de constancia, tenacidad y riesgos. Como el que tom� en su d�a, con apenas 19 a�os de edad, dejando su casa y el L'Hospitalet para unirse al filial del Betis, que peleaba en Segunda B por evitar un descenso que termin� consum�ndose. Pero el catal�n, que se desempe�aba como delantero centro, no se rindi�. Sigui� insistiendo y, compartiendo vestuario con jugadores como �lvaro Valles, actual portero de Las Palmas, Junior Firpo, Francis Guerrero o Juanjo Narv�ez, entre otros, logr� devolver al Betis Deportivo a la categor�a de bronce donde continu� con su din�mica goleadora.
Le lleg� la oportunidad de debutar en Primera de la mano de Quique Seti�n, con el primer equipo verdiblanco. Y despu�s de una breve cesi�n al Cartagena a final de curso para las eliminatorias de ascenso a Segunda, no dud� ni un minuto en hacer las maletas para ganarse fuera del Benito Villamar�n una oportunidad en el Betis. Doce goles con el Rayo Majadahonda en Segunda y un m�ster acelerado en competitividad en la �lite con Javier Aguirre en el Legan�s le permitieron ganarse el derecho a regresar a casa con Pellegrini.
El Ingeniero, en la compleja pretemporada del verano de 2020, vio algo especial en Ruibal y fren� cualquier opci�n de que saliera de nuevo a pr�stamo. Desde entonces, el catal�n se ha ganado un sitio en la plantilla, ha conquistado a sus compa�eros, que le adoran, y es muy querido por la afici�n b�tica, que ven en �l un constante ejemplo de esfuerzo y entrega. Ha jugado como delantero centro, como jugador de ataque por las dos bandas, como lateral izquierdo y, desde hace tiempo, como alternativa en el lateral derecho. Un chico que vale para todo, con personalidad y sin complejos dentro y fuera del campo, que recibi� ayer una recompensa a su impagable esfuerzo.
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