El lavado de cara que le ha dado Daniele de Rossi a la Roma tras el despedido de Jose Mourinho es como para estudiarlo y la última demostración fue su cómoda victoria ante el Monza (1-4).
No tuvo absolutamente ningún problema el cuadro 'giallorossi' para demostrar su superioridad con un fútbol ofensivo al que no estaba demasiado acostumbrado a ejecutar con el portugués. Tocó ver, además, a un Dybala inspirado y que marcó las diferencias.
Fue tras un susto en un remate de Juric que pegó a la madera que se espabiló la Roma. La Joya encontró a Cristante para marcar aunque en fuera de juego pero el partido se desarrolló en campo del Monza, que terminó claudicando. Pellegrini (38'), que ya había avisado solo empezar, rompió la igualdad y Lukaku (44'), asistido por Dybala, dobló la ventaja antes del descanso y hasta pudo hacer el tercero.
Llegó en la segunda mitad y fue, como no podía ser de otra forma, del crack argentino. Lo hizo alardeando de su brutal zurda en un lanzamiento de falta directa que superó por encima la barrera (64'). Dio tras eso la Roma la prioridad de la posesión al Monza, pero fue totalmente inofensivo a la hora de recortar distancias. No solo eso, sino que aumentó. Huijsen fue derribado en un saque de esquina por Warren Bondo y tras consultar en el VAR se decretó un penalti que transformó por la escuadra Paredes (83').
Como premio de consolación, Carboni se sacó de la nada un misil que entró por toda la escuadra (87') y maquillo algo la paliza encajada por el Monza a manos de la Roma.