Colección de Pedro Pablo Rubens. - Museo Nacional del Prado
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Colección de Pedro Pablo Rubens.

Jeffrey M. Muller

El 24 de septiembre de 1640 el cardenal-infante don Fernando, gobernador de los Países Bajos españoles, escribía a su hermano el rey Felipe IV: «Las que tiene Rubens en su casa son muchas y muy buenas, y por no errar y acertar mejor el gusto de V.M. le envío esta memoria de todas». Se refería a la magnífica colección de arte del gran pintor Pedro Pablo Rubens, que había fallecido en su casa de Amberes hacía ya casi cuatro meses, el 30 de mayo. La memoria era un inventario detallado de más de trescientos cuadros que le habían pertenecido, junto con estatuillas de marfil y jarrones de ágata oriental. Pero el cardenal-infante instaba a su hermano a escoger pronto, porque los herederos de ­Rubens pensaban imprimir el inventario y difundirlo por Europa para anunciar la venta de la colección. Felipe IV no desaprovechó la oportunidad y acabó comprando nada menos que treinta y dos cuadros, por un fabuloso importe de 27 700 florines: más de una décima parte del valor total de la principesca herencia de Rubens, sin comparación el lote de obras más importante que se vendió de la colección del artista, y hasta el día de hoy el núcleo de pinturas identificables que da testimonio fehaciente de su extraordinario gusto. De las treinta y dos pinturas de aquel grupo nuclear, doce siguen estando en el Museo del Prado, entre ellas obras insignes como el ­Autorretrato, de Tiziano, La lucha de san Jorge con el dragón, del propio Rubens y El Prendimiento de Cristo, de Van Dyck. Paisaje con Psique y Júpiter, de Paul Bril, al que Rubens añadió la figura de Psique con el agua de la laguna Estigia, es el mejor ejemplo de su capacidad de crear nuevas invenciones retocando pinturas de otros artistas. También hay que citar Livia Colonna, de Veronés; Ceres en casa de Hécuba, ahora atribuida a Adam ­Elsheimer pero que, sin duda, gana autoridad por su distinguida procedencia; las obras del propio Rubens Ninfas y sátiros, Descanso en la Huida a Egipto con santos, Danza de personajes mitológicos y aldeanos, El rapto de Europa, según Tiziano y La cena en Emaús, así como La Coronación de espinas, de Van Dyck, una segunda obra clave de su primera época de Amberes. Otras cuatro pinturas de Rubens comprendidas en su testamentaría entraron en la colección real en fechas posteriores del siglo XVII y están todavía en el Prado: su copia del Adán y Eva, de Tiziano, las deliciosas Tres gracias y los excelentes retratos de María de Médicis, reina de Francia y su nuera Ana de Austria, mujer de Luis XIII. La compra de obras de la colección de Rubens por Felipe IV completó un proceso de fertilización cruzada casi tan largo como la carrera del artista, ya que abarca desde 1603, el año en que hizo su primera visita a España y vio «tantas obras espléndidas de Tiziano», hasta 1628-1629, cuando copió en Madrid a su tamaño real muchos de aquellos Tizianos que tanto admiraba. Sus copias del veneciano figuraron destacadamente entre las obras que quiso comprar Felipe y por las que pagó precios más altos. Habiendo salido de España desde entonces El rapto de Europa, original de Tiziano (Isabella Stewart Gardner ­Museum, Boston) y las copias de Rubens de La bacanal de los andrios y La ofrenda a Venus (Nationalmuseum, Estocolmo), ya solo en raras exposiciones temporales se puede restablecer la comparación directa entre dos de los más grandes maestros de la pintura, que no solo llevó a Felipe IV a adquirir los lienzos del flamenco, sino que presumiblemente inspiró también a Velázquez.

Bibliografía

  • Titian and Rubens. Power, Politics, and Style, cat. exp., Boston, Isabella Stewart Gardner Museum, 1998.
  • Cavalli-Björkman, Görel (ed.), «Bacchanals by ­Titian and Rubens: Papers Given at a Symposium in Nationalmuseum, Stockholm March 18-19, 1987», Nationalmusei Skriftserie N.S. 10, Estocolmo, Nationalmuseum, 1987.
  • Génard, P. (ed.), «De Nalatenschap van P. P. Rubens», Antwerpsch Archievenblad, ii, Amberes, s/a [1865-1866], pp. 69-163.
  • Magurn, Ruth Saunders (ed.), The Letters of ­Peter Paul Rubens, Cambridge, Harvard University Press, 1955.
  • Muller, Jeffrey M., Rubens: The Artist as Collector, Princeton, Princeton University Press, 1989.
  • Ruelens, Charles Louis, y Rooses, Max (eds.), Codex diplomaticus Rubenianus (correspondance de Rubens), 6 vols., Amberes, Veuve de Backer, 1887-1909.
  • Vergara, Alejandro, Rubens and his Spanish ­Patrons, Cambridge-Nueva York, Cambridge University Press, 1999.
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