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El uruguayo convence a pesar de sus 21 a�os

Ronald Araujo: un soldado de Dios que esprinta a 35km/h y est� bendecido por los jefes

Araujo, con su primer equipo, Hurac�n, con Koeman y su primer gol
Araujo, con su primer equipo, Hurac�n, con Koeman y su primer golTwitter, instagram y AFP
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Cuando el Bar�a anunci� los dorsales de la temporada, seguramente alg�n rom�ntico se echara las manos a la cabeza viendo que el dorsal 4, el mismo que portaron Koeman, Guardiola, M�rquez, Cesc o Rakitic, recayera sobre las espaldas de un reci�n llegado al primer equipo con solo seis partidos con el primer equipo. Pero aunque solo hayan pasado dos meses y medio, pocos dudan de que le vaya a quedar grande, y no solo por la talla de 1,91.

Porque Ronald Araujo est� siendo una de las pocas noticias positivas del Proyecto Koeman, a la deriva en LaLiga y condenado a un cruce con el PSG en octavos. As� que a falta de resultados, club y afici�n tendr�n que conformarse con las apariciones de los j�venes sobre los que edificar la reconstrucci�n. Y a Ansu y Pedri se les ha unido, definitivamente, Araujo.

Gol de Ara�jo (2-1) en el Barcelona 2-2 Valencia

El central uruguayo mostr� ante el Valencia una condici�n que no se le hab�a visto todav�a con el primer equipo, la de su olfato goleador. El disparo en tijera evidenci� que estamos ante un jugador con recurso en el remate, y no s�lo de cabeza (seis dianas en 44 encuentros con el filial). Una casilla m�s en un repertorio que a�na velocidad, poder�o a�reo, concentraci�n, fuerza, empuje... y liderazgo. De hecho, la temporada pasada casi alcanz� los 35 km/h (34,9) en el duelo contra el Alav�s. El top 10 lo cerr� Burke con 35. Pocas veces se vio a un central de esa altura que corriera a esa velocidad.

Ha sido capit�n en la sub 20 y un ni�o entre veteranos en los campos de barro de Uruguay. Internacional absoluto ya, sus gritos en la defensa azulgrana o sus gestos de contrariedad ya no sorprenden, aunque estemos ante un chaval de 21 a�os. "Es un central top, nivel Bar�a", asegura una voz autorizada del vestuario. Un hallazgo en �poca de vacas flacas.

Para encontrar los or�genes del central que est� tratando que no se note la ausencia de Piqu� (hasta el punto de que junto con Mingueza han desplazado a Lenglet al banquillo) hay que viajar hasta Rivera, una localidad de 80.000 habitantes en la frontera entre Uruguay y Brasil. De hecho, su segundo apellido, Da Silva, delata su ascendencia brasilera por parte de madre. Empez� a jugar en Hurac�n De all� tard� poco en volar. Con 16 a�os (2015) a las inferiores de Rentistas, con los que debut� en Segunda con 17. Dej� seis goles y en 2017 fue traspasado a Boston River, ya en Primera.

Gol de Cristiano, p. (0-1) en el Barcelona 0-3 Juventus

En aquel periodo empez� a retrasar su posici�n. "Empez� de mediocentro y jugando en Quinta ya lo hab�an echado como tres veces. Es que en Rivera jugaba en Hurac�n con hombres y estaba acostumbrado a ir fuerte", declaraba su entrenador en Rentistas en una entrevista con Ovaci�n Digital, Sergio Cabrera. Nunca se arrug�. Tampoco ahora. Por mucho que le expulsaran en su debut en Primera contra el Sevilla o le pitaran un penalti por una carga contra Ronaldo en el Bar�a-Juve.

Un Mundial sub 20 y una temporada despu�s, destacaba tanto que su ofrecimiento lleg� a varios de los grandes de Europa. La operaci�n, si iba bien, era de 5 millones, menos de dos (1,7) en el inicio. En el verano de 2018, con un Ram�n Planes convencido de que la inversi�n dar�a sus frutos, el Bar�a lo cerr�. "El Barcelona me trajo para ayudar al primer equipo", declar� a su llegada en Rac1. No era un triple. Las cr�ticas iniciales por un jugador sin apenas recorrido en el f�tbol profesional y que llegaba de un equipo lejos de los punteros se han difuminado. Su valor para transfermarkt es de 15, tres veces lo que puede llegar a pagar el Bar�a. Y subiendo.

El zasca de Koeman a Riqui Puig... cuando le comparan con Ara�jo

El Bar�a ya est� tratando su renovaci�n. Porque el club est�n encantados con �l. Su predisposici�n para ir a jugar el playoff de ascenso con el Bar�a B, ante la tibieza de Ansu y la negativa de Riqui Puig, le reforzaron no solo a ojos de la direcci�n deportiva, sino tambi�n del vestuario. "Es mi equipo y quiero estar", sin pensar en que una lesi�n le pod�a apartar de ir convocado a la final a ocho de Lisboa. La lesi�n que le tuvo K.O. noviembre y parte de diciembre fren� su irrupci�n, pero nada le desv�a del camino.

Ronald convive en Barcelona con su pareja (m�s de cuatro a�os de noviazgo) con la que comparte una ferviente creencia en Dios. Su primer gol con el Bar�a tuvo su dedicatoria: "La gloria es de Dios". Sus mensajes en redes sociales suelen ir acompa�ados de salmos y citas a la Biblia. "Buscando al Se�or en lo secreto, �l se encarga de reconocerte en p�blico", escribi� tras el tanto. Una vida tranquila, enfocada al f�tbol y al Bar�a, a Uruguay y a Dios, para que su jefe y tocayo Koeman siga pensando que el 4 del Bar�a reposa sobre las espaldas adecuadas.