FILA A - Vol. 1. Romeo y Julieta

Romeo y Julieta:
la posmodernidad barroca

Pilar Silla Albert

Escuela Superior de Arte Dram�tico de Valencia

Resumen: Este estudio es un an�lisis desde los par�metros de la posmodernidad y de la est�tica neobarroca de la pel�cula de Baz Luhrmann de 1996 interpretada por Leonardo DiCaprio y Claire Danes, Romeo y Julieta, una pel�cula que actualiza y adapta el texto de William Shakespeare acerc�ndolo a un p�blico contempor�neo y juvenil, y que muestra los estilemas propios de una manera de hacer cine propia de los a�os noventa del pasado siglo, as� como de una manera de acercarse a los cl�sicos y versionarlos. La obra que nos ocupa posee un nervio art�stico y una fuerza visual que atrapa e interesa porque muestra una contextualizaci�n de la violencia, del amor y de las luchas de poder y de roles en la sociedad tecnol�gica, burguesa y decadente de nuestra �poca.

Palabras clave: Teatro, puesta en escena, Shakespeare, posmodernidad, barroco.

Abstract: This study is an analysis based on the parameters of postmodernism and of the Neo-Baroque aesthetics of Baz Luhrmann�s film starred by Leonardo DiCaprio and Claire Danes, Romeo and Juliet in 1996. This film updates and adapts William Shakespeare�s text by bringing it closer to a young and contemporary public and shows the stylistic dictates inherent in a way of making films typical to the nineteen nineties, as well as a way to get closer to the classics and to remake them. The play we are dealing with has an artistic vein and an attractive and interesting visual strength, since it shows a contextualization of violence, of love and of power struggles and roles in the technological, bourgeois and decadent society of our time.

Key words: theatre, staging, Shakespeare, postmodernism, Baroque.



El estudio que vamos a realizar es un an�lisis cinematogr�fico de la pel�cula Romeo y Julieta de Baz Luhrmann de 1996 a la luz de la posmodernidad ��poca en la que se realiza el filme� y del neobarroquismo �de la belleza formal e imaginer�a efectista de las im�genes�, cualidades que en nuestra opini�n caracterizan la obra de Luhrmann y buena parte de las adaptaciones y versiones que de los textos de Shakespeare y del universo Shakespeare se llevan a cabo desde 1990 hasta nuestros d�as.

El filme de Luhrmann es un texto espectacular repleto de los rasgos de la est�tica propios de los a�os noventa: violencia tarantiniana �del estilo del director Quentin Tarantino� est�tica de videoclip, hits musicales pop, y melodrama rom�ntico lacrim�geno al estilo Titanic. La pel�cula es un pastiche que mezcla g�neros: melodrama, thriller, pel�culas de acci�n, adaptaci�n literaria, y espect�culo musical. El resultado no puede ser m�s ecl�ctico y sincr�tico, pero extra�amente bello y sugerente, y a la vez, perturbador, por la poderosa fuerza de las im�genes, unidas al texto de Shakespeare, de una belleza quintaesenciada, nuclear, no solo por los valores del lenguaje del bardo ingl�s, sino por la reducci�n dramaturg�stica a la que se ha sometido el texto cl�sico.

La pel�cula se presenta como una cr�nica period�stica, como un relato con marco, en el que el marco lo muestra el noticiario de televisi�n desde el que se emite la historia completa. La televisi�n sirve de elemento de nuevas tecnolog�as que nos ubica en un momento hist�rico contempor�neo, al igual que los edificios, las calles, los coches, las drogas, la playa, la impronta �macarra� de las bandas rivales, los descampados y el vac�o existencialista de solitaria desolaci�n que los acompa�a, las pistolas� Estamos ante una actualizaci�n de un texto literario cl�sico en un espacio y puesta en escena contempor�neos. El v�nculo que une el texto y la puesta en escena f�lmica es la poes�a. Luhrmann reactualiza la capacidad po�tica de las im�genes shakespereanas haciendo una cr�nica entre violenta y amorosa de un encuentro juvenil lancinante, apasionado, intenso, revelador para los protagonistas de qui�nes son, de su misi�n vital y de su destino.

La pel�cula explora visualmente los s�mbolos del texto de Shakespeare. Los reinventa y los hace asimilables y estimulantes para un p�blico actual. Importantes como s�mbolos son la luz y el agua. En cuanto al agua es met�fora y metonimia de nacimiento, amor y muerte. Desde el primer instante en que Romeo y Julieta se enamoran est� presente el acuario y los peces, el amor l�quido posmoderno, un amor l�bil, fr�gil y vulnerable, un amor rom�ntico resbaladizo que se evapora con facilidad, inaprensible, singular mezcla de pasi�n y desapasionamiento, profundamente emocional, pero tambi�n infantil, inmaduro, tembloroso y derramado, sin cauce fijo como el agua. El amor contempor�neo tiene las caracter�sticas del agua. La playa es un escenario tr�gico, abierto, vac�o y salvaje como la vida de estos j�venes. La piscina, por su parte, es el lugar en el que los adolescentes Romeo y Julieta se sumergen, y se esconden y refugian de un ambiente opresor y burgu�s. La piscina simboliza el nacimiento del amor, ese �tero que se rompe para que de sus profundidades salgan un Romeo y una Julieta nuevos, que naciendo al amor, nacen nuevamente, por segunda vez. Tambi�n Teobaldo muere en el agua, cae a ella y se sumerge en ella. El agua es usada por Luhrmann como espacio indefinido, fuente primigenia a la que regresar.

La luz es uno de los elementos que m�s potencia las caracter�sticas posmodernas y barrocas. La luz oblicua, decadente, escorada, macilenta, tan hiriente y fulgurante como huidiza, y el claroscuro presente a lo largo de todo el montaje. La luz tan pronto tibia como fr�a, posee una textura cuasi t�ctil, cuasi gustativa, de una poderosa sinestesia en el filme, lo que la hace tambi�n barroca y posmoderna. Es frecuente tambi�n la luz artificial, los interiores iluminados: de fiesta, de mansi�n, de iglesia. L�mparas, velas, bombillas inundan de luz espacios convirti�ndolos en lugares sagrados y festivos. La fuerza y belleza de la iluminaci�n deslumbra y juega a deslumbrar; ocupa el espacio de elevaci�n y de invocaci�n que en el texto shakespereano ocupa la palabra. Julieta es la luz que gu�a las acciones de Romeo: se convierte en faro espiritual de Romeo. Las apariciones de Julieta van asociadas a un fulgurante fogonazo de luz. Los fuegos artificiales anunciando la bienvenida de la fiesta del amor reci�n aparecido en la vida de los dos j�venes tambi�n son un s�mbolo inequ�voco de alegr�a y felicidad fugaces y preanunciantes de la tragedia. La fotograf�a incide en estos aspectos.

El texto shakespereano queda muy reducido y acortado en la versi�n f�lmica que nos ocupa. Queda un esqueleto m�nimo del texto literario. Lo m�s sorprendente y estimulante de la versi�n de Luhrmann en nuestra opini�n es contemplar c�mo el lenguaje shakespereano atraviesa todas las �pocas hasta llegar a la nuestra y es totalmente incardinable en una �poca tan lejana como la nuestra, y en ambientes y roles muy distintos a los originales. La grandeza de los textos shakespereanos consiste en que son perfectamente aceptables, adaptables, versionables y asumibles bajo cualquier contexto. Cualquier contexto admite ser narrado y descrito bajo un discurso shakespereano por la belleza, musicalidad, concisi�n y depuraci�n del lenguaje y por la densidad y profundidad de las ideas. El lenguaje de Shakespeare es grande porque conjuga y combina conocimientos vitales y culturales que proceden de la teolog�a, de la cultura y mitolog�a cl�sica y del pensamiento occidental. La pel�cula est� plagada de im�genes y de simbolog�a religiosa que subrayan el contenido cristiano del amor, y del amor prohibido, rebelde y desobediente visto como un pecado.

El gran motivo que vertebra la obra de Romeo y Julieta es el amor. El amor es lo que mueve la acci�n y la trama. Los personajes aman desaforadamente, lo cual los conduce ineluctablemente a un catastr�fico destino. Ya lo advierte Shakespeare en boca de Fray Lorenzo: �ama moderadamente�. La falta de moderaci�n del amor adolescente es una de las causas de su fracaso. El escritor argentino Jorge Luis Borges dice que enamorarse es creer en una religi�n cuyo Dios es falible. Tambi�n se�ala el ensayista y poeta argentino que enamorarse es fundar una mitolog�a personal en el centro de la cual ponemos a la �nica persona indudable. Estas dos definiciones del enamoramiento son perfectamente aplicables a c�mo viven el amor Julieta y Romeo. Julieta dice de Romeo que es su �nico amor que nace de su �nico odio. Tambi�n la propia Julieta se�ala que es extra�o el nacimiento del amor que se vierte sobre su peor enemigo. Shakespeare es el gran fil�sofo del amor, el precursor del amor rom�ntico, y del amor del Romanticismo, que es el amor tal y como nos ha sido legado a la �poca posmoderna.

En el art�culo �Amor-amores. El amor en Freud y Lacan� de Teresa Monreal se exponen unas ideas que ilustran el amor entre los j�venes shakespereanos:

El amor como semblante que vela lo real es subsidiario de la cultura y por lo tanto est� sometido a determinaciones culturales. En Shakespeare y su notable capacidad para predecir la evoluci�n moderna del amor encontramos, con Romeo y Julieta, la fuerza de la individualidad que busca imponer su deseo por encima de las determinaciones de la comunidad, en una �poca en la que la sumisi�n a los valores establecidos no admit�a r�plica. Para Freud la agresividad y la violencia son una dimensi�n propia de la especie humana. Ese es el empuje de la pulsi�n, su fuerza motora.

Aunque amor y odio parecen un par, sus or�genes son diferentes. El odio es m�s antiguo que el amor. El odio es primario y aparece en el rechazo primordial a todo lo que viniendo del mundo exterior, resulta hostil y extra�o al yo. A ese yo que se constituy� en base a una negaci�n; �eso no soy yo. [�] (Monreal, 2010: 1)

Relacionado con el tema del amor est� el concepto de la anomia, o falta de palabras para definir un concepto. Julieta se�ala que Romeo ser�a el mismo Romeo si no se llamase Romeo, si no se llamase Montesco, y por lo tanto, no estuviese vinculado a esta familia enemigo. La anomia o falta de palabras para nombrar es un rasgo barroco, y a la vez posmoderno; es imposible nombrar porque las palabras no expresan el ser, ni lo definen, ni lo acotan. Para Shakespeare como para Artaud y para Grotowski y para otros muchos vanguardistas y teatr�logos, el mundo es un mundo de perceptos, no de conceptos, la verdad est� en la sensaci�n espont�nea y presente, fresca, nueva, actualizada. Todo concepto es mentira y es falso, como toda palabra, porque tratan de apresar la vida, que es por esencia inapresable, y tratan de poner l�mites a una vida tan compleja, abierta y contradictoria que todo l�mite o definici�n est� condenado desde principio al fracaso.

Romeo y Julieta es la tragedia del fracaso y de la pasi�n del amor adolescente. Dos j�venes amantes rebeldes y apasionados, que se enfrentan a sus familias y al orden social y moral que estas imponen, es decir, que se enfrentan a sus destinos, lo cual los convierte en h�roes y en m�rtires. Romeo y Julieta son dos personajes que preanuncian el romanticismo, son dos rom�nticos que luchan por su amor, y que se entregan a la muerte como �nica manera de vivir su amor eternamente sin que se apague, sin que se consuma. Desean consumar su amor sin consumirlo, y eso les conduce inevitablemente a la muerte, pues la vida es continua consumici�n de las emociones y del tiempo. En el art�culo �Amor y muerte en Romeo y Julieta� del psicoanalista Guillermo Kozameh se expone:

[�] Despu�s de muchos a�os, mantiene su permanencia actual en cuanto a su estructura de los hombres y mujeres. Cambian las m�scaras de las �pocas, pero el Medievo y el siglo XXI albergan comunes denominadores del alma humana. [�] Una de las frecuentes caracter�sticas juveniles, es el cuestionamiento de los valores antiguos y estables de una comuna, rompen la estabilidad del grupo que les antecede, y proponen un nuevo orden, pero a�n desconocen el futuro anhelado y temido. [�] Romeo se esconde de los dem�s, est� ensimismado, y lleno de suspiros: [�] descripci�n clara de momentos comunes en algunos j�venes, que necesitan el retraimiento para desplegar su mundo interior. Sus fantas�as son demasiado intensas y privadas para compartirlas con nadie. En la soledad o contemplaci�n c�smica, intentan ordenar su caos espiritual. Romeo describe en su pesadumbre un tiempo demasiado largo por la espera de un amor que no llega. La temporalidad, se puede tornar eterna o brev�sima, ya que el tiempo es subjetivo, especialmente en los j�venes, no obedece a las leyes de la raz�n cronol�gica, sino a la atemporalidad del inconsciente. Romeo contesta luego a lo que me parece es la sabidur�a descriptiva en Shakespeare, de las caras ilusorias y vulnerables del amor:

Romeo: �el amor es humo engendrado por el h�lito de suspiros. Si lo alimentan, es chispeante fuego en los ojos de los enamorados. Si lo contrar�an, un mar nutrido con l�grimas de amantes.� Escena I, acto I. (Kozameh, 2007: 2).

Kenneth MacLeish y Stephen Unwin se�alan en Gu�as de las obras dram�ticas de Shakespeare con respecto a la situaci�n emocional y espiritual de los j�venes amantes:

[�] el lenguaje es r�pido y la caracterizaci�n simple; por el contrario cuando los enamorados est�n en escena el tiempo parece retener la respiraci�n. El ritmo del lenguaje se vuelve lento, las palabras y las im�genes se tornan suntuosas y resplandecientes. La misma atm�sfera se dir�a la del para�so. Todo esto puede desembocar en el sentimentalismo, siendo los enamorados tan irreales como sus embriagantes fantas�as. (MacLeish y Unwin, 1998: 322).

Los personajes de Romeo y Julieta en la pel�cula de Luhrmann est�n interpretados por Leonardo DiCaprio y Claire Danes. Los dos representan la belleza inmaculada y angelical, el esp�ritu imberbe de unos adolescentes que de manera naif empiezan a vivir, con cuerpos de adultos, pero con almas todav�a de ni�os. Los dos actores parecen personajes de cuento que viven una atm�sfera fe�rica y fant�stica. Pueblan un ambiente hostil en el que las familias est�n enemistadas y bandas rivales ri�en por heridas de ego absurdas y pertinaces. En medio de este espacio el amor ejerce una labor de contrapunto y de asidero existencial imprescindible para que la vida pueda ser vivida y tenga cierto sentido y cierta belleza. La interpretaci�n de los actores es ajustada y contenida, seg�n los cr�ticos, y tanto la interpretaci�n como la direcci�n para cr�ticos cinematogr�ficos destila cierto tono kitsch, lo que no desmerece del poder deslumbrante de un ritmo vibrante, trepidante y en�rgico que encandila y atrapa al espectador. En el art�culo �Amantes kitsch� de Covadonga G. Lahera leemos acerca de la direcci�n de Baz Luhrmann:

[�] Logr� renovar una de las historias de amor m�s veces contada. Dotarla de una p�tina propia y extraer una gran qu�mica del d�o protagonista, Leonardo DiCaprio y Claire Danes, adem�s de sellar unas cuantas secuencias memorables: la muerte de Mercuccio o la escena de la pecera, entre otras. [�] Luhrman mantiene el dramatismo extremo, al igual que la naturaleza l�rica de los di�logos, la actualizaci�n pop de la eterna confrontaci�n entre los Montesco y los Capuleto y del fat�dico �amour fou� entre Romeo y Julieta tambi�n se deja notar en una animada banda sonora que cuenta con Garbage, The Cardigans y Radiohead en sus cr�ditos. (Lahera, 1997: 1).

La puesta en escena es barroca en el amalgama de aspectos muy diversos. Es un abigarramiento y profusi�n de t�picos posmodernos, de elementos grotescos, absurdos, esperp�nticos y bufonescos. As� se puede ver en la fiesta, en la majestuosidad y solemnidad de la mansi�n, en las m�scaras y disfraces� En los descampados playeros aparece una est�tica que recuerda a las pel�culas de la saga de Mad Max. El arco que aparece en mitad de la playa mejicana, un arco triunfal en estado de semirruinas, sirve de reencuadre y marca como si de un escenario se tratase los parlamentos de los personajes. El arco marca una desmitificaci�n posmoderna del parlamento exaltado, noble y elevado que se emite ante la multitud en un arco arquitect�nico cl�sico. El balc�n se ve afectado tambi�n por una curiosa inversi�n de roles; mientras que Julieta aparece agachada en el balc�n, �l se muestra sorprendi�ndola en una posici�n m�s alta. La escena del balc�n se ve transformada as� en un juego de alturas que cambia la disposici�n tradicional de Julieta en el balc�n y Romeo desde debajo del balc�n reclam�ndola. En la piscina Julieta se dirige a Romeo tambi�n desconociendo su presencia, separada por la figura escult�rica de un flautista que sirve de frontera entre los dos personajes y que los separa, impidiendo su uni�n. La arquitectura espacial y puesta en escena es profundamente artificiosa y teatral. Dice Luhrmann en �Baz Luhrmann: He querido reinventar el musical� dentro del peri�dico El Cultural:

[�] He utilizado las herramientas cinematogr�ficas fusionadas con la impostaci�n y el artificio del teatro. He logrado lo que denomino un cine teatralizado, que no sumerge al p�blico en una enso�aci�n, sino todo lo contrario: le despierta a una experiencia sonora y visual. [�] En Romeo y Julieta se sirvi� del r�tmico pent�metro y�mbico shakespereano (Sartori, 2001: 2).

El vestuario y la caracterizaci�n son otros aspectos en los que se muestra el barroquismo imperante de la puesta en escena: Las alas de �ngel de Julieta, el travestismo sensual de Mercuccio, y el aspecto de madama grotesca tanto de la madre de Julieta como del Ama. Los personajes adultos quedan grotescamente caracterizados con un prolijo y profuso maquillaje en comparaci�n con unos adolescentes con un maquillaje muy sutil que pretende ani�arlos. En cuanto a los objetos son muy importantes las velas y luces que est�n presentes tanto en momentos felices como en los momentos f�nebres, y que ritualizan y solemnizan el ceremonial de los actos que acontecen, la presencia del inmenso Cristo fotografiado varias veces durante la pel�cula, Cristo que recuerda el Cristo de R�o de Janeiro, el brillo satinado del licor venenoso y la fuerza expresiva de las pistolas. La puesta en escena es una puesta que pretende mostrar el aspecto canalla, agresivo e intenso del drama y del amor en Shakespeare. Estamos ante una puesta en escena hipn�tica y alucinante que refleja un mundo donde la vida y la muerte se concitan para condenar al amor, y construir con la victoria del destino y la derrota del amor la f�bula de la tragedia.

Bibliograf�a

MACLEISH y UNWIN, K. y S. Gu�a de las obras dram�ticas de Shakespeare. Ed. Alba Ed. Barcelona. 1998.

MONREAL, Teresa. �Amor-amores. El amor en Freud y Lacan�. 48-amor-amores*_el amor en Freud y en Lacan. 2010. P�gina visitada el 14 de septiembre de 2016.

KOZAMEH, Guillermo. �Amor y muerte en Romeo y Julieta�. 2007. P�gina visitada el 14 de septiembre de 2016.

LAHERA, Covadonga. G. �Amantes kitsch�. 1997. P�gina visitada el 14 de septiembre de 2016.

SARTORI, Beatriz. �Baz Luhrmann: He querido reinventar el musical�. 2001. P�gina visitada el 14 de septiembre de 2016.