La imprudencia de en el festejo de perrito en el 4-0 del es mayúscula. Pero que nadie, absolutamente nadie en le haya pegado un grito por ello, explica lo que está sucediendo en el clásico. Cuestión de sangre.
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E imprudencia es poner de analista a Oswaldo Sánchez eso si es un insulto para el oído