Es sin duda una de las películas más esperadas del año. Cuando tuvimos el gusto de verla en el pase previo de prensa lo único que pudimos criticar de la Napoleón de Ridley Scott es que va demasiado rápido. La verdad es que nunca pensamos decir que dos horas y 38 minutos pareciesen poco, pero se nos hace algo escaso para recorrer toda la vida de un personaje de esta dimensión. Nada que decir, sin embargo, de un Joaquin Phoenix cuyo camino al Oscar está más que enfilado con su encarnación de Bonaparte. En cuanto a Vanessa Kirby, nos sorprende que no se haya destacado más su actuación y es que roba cada escena en la que aparece.

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Aidan Monaghan//Sony Pictures

Sin embargo, eso significa que el resto de personajes de su vida pasan más rápido que un suspiro. La madre de Napoleón, por ejemplo, tiene una única y corta aparición. Sin embargo, donde sentimos más impotencia ante la falta de una versión extendida es en la aparición de María Luisa de Austria, segunda esposa de Napoleón tras su divorcio de Josefina, y madre de su único hijo, Napoleón II. Interpretada por Anna Mawn, la segunda esposa de Napoleón aparece solo en una brevísima escena, en la que se presentan el uno al otro. Después, tras su parto, se ve cómo llevan a su hijo a los brazos del emperador con ella fuera de cámara y... fin de su historia.

Entendemos que la cinta se centre en la relación de Napoleón con Josefina, pero lo cierto es que también aborda la vida del Emperador durante su segundo matrimonio sin hacer alusión a su esposa. Así, el espectador podría pensar que María Luisa de Austria fue una figura poco importante, que su papel se limitó a ser la mujer que tuvo un hijo legítimo con Napoleón. Nada más lejos de la realidad: es una de las mujeres más importantes en la historia de las monarquías europeas.

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María Luisa de Austria, nacida en Viena en 1791, era hija del Emperador Francisco I de Austria y de su esposa, la princesa María Teresa de las Dos Sicilias. Era la mayor de los hijos de un emperador que sufrió una serie de derrotas a manos de Napoleón, que encima le pidió en matrimonio como parte de la Guerra de la Quinta Coalición, en 1810. Esta tenía, por tanto, 19 años.

Según cuentas diversos testimonios, al contrario que Josefina, fue una esposa modelo de Napoleón, y muy querida por este. Incluso dio a la luz a un hijo en su primer y único embarazo con el emperador francés, Napoleón II. Solo dos años después de su boda y poco tiempo después de ser madre, el general victorioso (¿sabes a cuántos soldados 'mató' Napoleón?) con el que se había casado empezó a perder una tras otra. En 1812, tras su derrota en Rusia, Napoleón fue expulsado a Elba. En el tratado de Fontainebleau, María Luisa obtuvo Parma, Piacenza y Guastalla, tierras que gobernó hasta su fallecimiento.

Tras la muerte de Napoleón en 1821 se casó dos veces más de manera morgánica (matrimonio con desigualdad de clases donde los hijos no heredan los títulos del padre o madre de más nivel social). El primero fue Adam Albert von Neipperg, en 1821, su escudero desde 1814. Con él tuvo tres hijos. Cuando Neipperg murió se casó con su chambelán, en 1834, llamado Carlos René de Bombelles. Todo hasta su muerte en 1847 debido a una pleuresía.

Ese sería un buen resumen de la vida de María Luisa, pero nos quedan cosas fundamentales en las que la película sí podría haber ahondado. Por ejemplo la etapa en que, tras el exilio de Napoleón a Elba, María Luisa y el único hijo legítimo de Napoleón marcharon a Austria, donde su familia les impidió seguir al general francés, que volvía a ser su enemigo. También podemos decir que, durante su matrimonio con Napoleón (ya en el exilio) y durante su segundo matrimonio, tuvo cuatro hijos totalmente ilegítimos más. Y luego dicen de Josefina...

Quizás la historia de esta emperatriz de Francia (título que mantuvo hasta su muerte), princesa imperial y archiduquesa de Austria, además de Princesa real de Hungría y Bohemia, hubiese quedado más en el recuerdo colectivo si su hijo, Napoleón II, nombrado Rey de Roma, no hubiese muerto sin descendencia a los 21 años. Al final, la historia la ganó Josefina con su nieto, Napoleón III, que no tenía más que ver con Napoleón Bonaparte que ser hijo de su hermano Luis y de Hortensia, la hija mayor de Josefina.

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Sony Pictures

No obstante, esperemos que haya quedado claro que la historia de este personaje de brevísima aparición daba perfectamente para otra película de dos horas y 38 minutos.