La popularidad del puertorriqueño Enrique Martín Morales no ha dejado de crecer en las últimas cuatro décadas hasta convertirlo en uno de los grandes embajadores de la música latina en todo el planeta. Tras debutar como ídolo adolescente con Menudo, banda juvenil en la que se integró en 1984 como sustituto de Ricky Meléndez, en 1991 lanzó Ricky Martin, un primer álbum en solitario protagonizado por las baladas que también marcarían las líneas maestras de su continuación, Me Amaras (1993). “María”, la pegadiza carta de presentación de A Medio Vivir (1995), se convirtió en el primero de una interminable lista de éxitos internacionales como “Vuelve” o “La Copa de la Vida”, tema oficial de la Copa Mundial de Fútbol celebrada en Francia en 1998. Un año después vio la luz su primer álbum en inglés, nuevamente titulado Ricky Martin. Con él logró auparse hasta lo más alto de las listas norteamericanas, gracias a la fiebre desatada por “Livin’ la Vida Loca” y “Be Careful (Cuidado Con Mi Corazón)”, su primer dueto con Madonna. Desde entonces no ha dejado de triunfar en las listas de medio mundo y de exhibir la enorme versatilidad con la que salta del pop al reggaetón o del dance a la salsa, ya sea en sus propios trabajos o mano a mano con nuevas superestrellas de la música latina como Maluma, Bad Bunny, Sebastián Yatra o Farruko.