• Richarlison conversa con FIFA+

• La estrella del Tottenham habla sobre su crecimiento en Brasil

• "Quiero ser alguien digno de admirar", dice sobre sus actividades fuera del campo

Ya han pasado tres meses desde la eliminación de Brasil a manos de Croacia en la Copa Mundial de la FIFA™ y las heridas siguen abiertas. La Seleção continúa buscando nuevo entrenador y sus estrellas han retomado su trayectoria en la élite europea, entre casos de éxitos y lesiones.

Pero si Catar 2022 ha dejado algún legado para el fútbol brasileño, el ascenso de Richarlison como figura enormemente popular en el país, yendo incluso más allá del terreno de juego, es sin duda una parte central de ello. Después de marcar dos goles contra Serbia —uno en un lance antológico, finalista en la pugna por el Premio Puskás de la FIFA 2022—, las cuentas de Richarlison en las redes sociales (Instagram, Facebook, TikTok y Twitter) experimentaron un aumento de siete millones de seguidores.

Una cifra sin duda impresionante, pero a día de hoy la cantidad es aún mayor: un incremento de 23.8 millones de seguidores, que representan más del 60 % del número total. Obviamente, aquí se incluyen internautas de todo el mundo, no solo de su país. “Siempre había soñado con este momento, con ser reconocido por el pueblo brasileño, y ha llegado. Creo que todo Brasil me conoce, que el mundo entero me conoce, y eso me hace feliz. He luchado mucho para conseguirlo, pero también es gracias al Mundial. Me ayudó mucho. Por el Mundial que hice, por el mejor gol que marqué en el Mundial. Creo que ahí es donde la gente empezó a conocerme mejor”, explica el delantero a FIFA+.

Pero lo más interesante a este respecto es que la popularidad de que goza el ariete del Tottenham Hotspur en Brasil no se debe únicamente a lo mucho que hace sobre el terreno de juego, desde su polivalencia hasta la garra, por no hablar de sus goles. La simpatía y la admiración que se ha granjeado Richarlison obedecen también a todo lo que trasmite fuera de los estadios. E incluso muy lejos de ellos, como cuando fue a la región de Pantanal para adoptar un jaguar, al que se dio el nombre de “Acerola”, en colaboración con la ONG Onçafari. También participa en un proyecto con el Hospital Oncológico de Barretos, en el norte del estado de São Paulo. Son apenas dos ejemplos de lo que hace un jugador que, desde Londres, siempre está dispuesto a prestar su voz para apoyar, ofrecer consuelo o celebrar los acontecimientos más importantes que suceden en su país. En esta faceta, Richarlison asume más responsabilidades de las que tiene en cada partido con el Tottenham o con la selección, que no son pocas.

“Puedo ser un espejo para mucha gente”, afirma. “Soy muy activo en causas sociales. Ayudo a mucha gente. Hago cosas que poca gente hace hoy en día. Creo que por eso caigo bien, sobre todo a los brasileños. Voy a seguir ayudando porque no quiero ser solo un futbolista. Fuera del campo quiero ser una persona encantadora, quiero gustarle a la gente”. “Es lo que desea mi familia y lo que siempre me enseñó mi padre, seguir el camino del bien. Y eso también me hace bien a mí”, concluye.