UNA VEZ le preguntaron a Dave Gilmour si cabía la posibilidad de que Pink Floyd volvieran a tocar juntos. El guitarrista deslizó un rictus de tristeza y aseguró que era absolutamente imposible.
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Gilmour sabía que su amigo Richard Wright luchaba contra la muerte. MURIÓ en su casa de Londres de cáncer. Tenía 65 años. Richard se había dado cuenta de su enfermedad sin tiempo siquiera para replicarla.
¿Cómo era Richard?. Tímido, introvertido, bondadoso, con cierto aire intelectual ,pero sin disfraz. No tenía carácter para ser nunca el líder del grupo, pero era el mejor músico, el arquitecto de las armonías de Pink Floyd.
Hace unos años estuvimos con él en Madrid. Un almuerzo repleto de nostalgia ,de encuentros con la vida y miseria del grupo. Promocionaba su profundo y misterioso “Broken China”, el segundo y último de sus dos álbumes apartados de los Floyd.
Jamás sabré la razón de por qué me dijo que “The last gig in the sky”, del álbum “Dark side of the Moon”, se iba a quedar como un epíteto a su obra, a su vida. Aunque con ironía me decía que al menos había sido el tema preferido y más utilizado por todas las “strippers” del mundo.
A Richard nunca le faltó un irónico sentido del humor. Incluso para perdonar al soberbio Roger Waters ,que autoproclamado líder del grupo, le hizo la vida imposible durante las sesiones de “The Wall” hasta obligarle a firmar un papel con su renuncia a seguir formando parte del grupo. A Waters le salió mal la jugada . Richard fue el único que ganó dinero en la económicamente ruinosa gira de “The Wall”, porque cobraba como músico.
Pero hace varios años, cuando Pink Floyd tocaron por última vez en el Live 8 no tuvo inconveniente en perdonarle. Richard había vuelto a ser miembro del grupo y Waters, legalmente, ya no lo era.
Pianista ,inventor de un sonido peculiar con tan sólo un órgano Farfisa, descubrió nuevas formas , nuevas sensaciones en la magia del grupo. Fue compositor de “Us and them” , de “Dark side of the moon” y desarrolló a nivel de enlaces musicales en el increíble “Shine on you crazy diamond”.
Pero siempre me quedará en la memoria su voz como cantante en “Astronomy Dominee”, esa canción del primer líder, Syd Barret, con la que Pink Floyd inventaron la psicodelia .
Su tercera mujer, Millie estuvo con él hasta el final. El funeral fue estrictamente familiar, pero los millones de acérrimos seguidores de Pink Floyd iniciarán realmente esa “ última gala en el cielo”.
5 comentarios
R.I.P.
Se ha ido un grande de la musica.
Waters serØ£Âa el diablo, pero Gilmour no tuvo problema para arrastrar el nombre de Pink Floyd durante otros diez aأ±itos por unos pingأ¼es beneficios. Descanse en paz el creador de The Great Gig in the Sky, la mejor canciأ³n de uno de los mejores discos.
descanse en paz un grande de la musica…
seguira componiendo melodias celestiales en el cielo….un grande se nos a ido en carne y hueso,pero no en el alma ni espØ£Âritu de un floydiano..un abrazo…..
stamos juntos ermano en el cielo vamos a seguir haciendo psycodelia
descanse en paz att cuare