El peso de los acontecimientos. - CN digital - Diario Digital de Concordia

Concordia, Entre Ríos ARG
Miércoles, 1 Mayo 2024
   
Información General  Jueves 18 de Abril del 2024 - 10:08 hs.                98
  Información General   18.04.2024 - 10:08   
Columna de opinión por Hernán Räusch*.
El peso de los acontecimientos.
Este mes de abril quedará imborrable para los sobrevivientes de abusos en el Seminario de Paraná. Estamos trascurriendo un año cargado de desafíos, entre los que podemos citar a políticos, con nuevas autoridades. Religiosos, con una posible visita papal, pero que al parecer viene diluyéndose a medida que pasa el tiempo. Desafíos sociales, donde la mayoría de los argentinos optaron nuevos actores y líneas políticas. Apuesta judicial, en el marco de celeridad y prontas resoluciones a diferentes causas, entre las que contamos la de los abusos.

Mucho tiempo a transcurrido desde mi primera denuncia junto a otros compañeros víctimas. Nos atendieron, escucharon y creyeron, pero hasta aquí nos están dando certezas que manipulan y usan información para beneficios de los implicados y propios.

No quiero hablar de los hechos absolutamente comprobados y consentidos, sino de las irregularidades en las gestiones y compromisos en las causas eclesiales. Se entiende de los tiempos que llevan, pero no se explica la dilatación de los fallos.

Comprendo las gestiones, pero algunas respuestas no, como por ejemplo diciendo: "Estamos esperando una respuesta del Dicasterio, En Roma, que no nos corresponde, pero le pedimos igual, dado que nuestra competencia terminó”. 

En estos casos no debería ver "competencias", menos aún que esa competencia se termine solo por ser zonal o por jurisdicción. Todos somos hijos y hermanos, somos miembros de “una Iglesia”, justa y pecadora sí, pero al parecer le falta ser más justa con algunos integrantes y cuestiones. Ser más justa y con celeridad, desde Buenos Aires, Roma o el Vaticano, eso ya no es de mi incumbencia, y concretar las acciones reparadoras en esta tierra, aquí abajo, porque insisto, el tiempo pasa y al parecer especulan, por no decir es un hecho, ya que los involucrados son de edad avanzada y pueden ser eximidos de prisión, a su vez Obispos próximos a jubilarse, o bien, por naturaleza, la desaparición de esta vida. 

Si esperamos con los brazos cruzados, muchas veces no conseguimos objetivos, se debe accionar, insistir en presteza. 

El silencio calmo, aplaca e inmoviliza. En estos casos no es bueno. 

Las víctimas no olvidamos que la causa no se ha cerrado aún. En lo personal desde mis 16 años espero la resolución definitiva y el verdadero fallo de esta seria y pesada causa. 

Yo cumplí y cumplo siendo leal a mi fe, con convicción, expresando verdad de hechos. Las declaraciones y juicios (3 tres) así lo manifiestan. Es deber y obligación moral cumplir con su parte.

Alguien tiene que decir lo que la mayoría piensa, examinan para que actores dejen este mundo y así dar resolución.

Creo y tal vez exista ese "castigo eterno", pero en esta tierra también la Iglesia es humana y se debe hacer carne en la justicia, así como nosotros, por su imprudencia, hacemos carne los padecimientos. 

Se necesita una mala persona para abusar, pero al parecer, a muchos para encubrirlo. 

Existe y debe tener término terrenal el camino de la justicia para los hombres.  

Es por esto que quisiéramos ver, si la vida nos permite, condenados y en instancias firme a aquellos involucrados por hechos de corrupción.

Hay cosas que indignan, y ya no solo a las víctimas, sino a todos los fieles y sociedad.

Cabe recordar y mencionar que, a partir de las denuncias en la justicia civil en contra de este ministro, se realizó un arduo estudio, un juicio y una colosal condena, llevado a cabo a partir del año 2012 y finalizado en el año 2018, otorgándole 25 años de prisión efectiva.

Además, hubo una segunda instancia judicial eclesial (juicio administrativo). Esta última intervención, llevada a cabo a partir de la civil, muestra al desnudo la desprolijidad de aquella época (1995), desembocando en una injusta, leve, mediocre y cómplice condena.

No estoy dando sentencia, se ha demostrado evidencia. La sentencia debería ser ya impostergable de parte de las autoridades competentes en estas agotadas instancias. 

Quiero recordar que la justicia sin sus agentes causantes de dolor vivos, no es justicia.

Se continua con esa perversa costumbre de dejar pasar el tiempo.

No obstaculicen la voluntad de Dios, no interfieran en su camino, ya que Él es Camino, Verdad y Vida.

Sus actitudes retrasan definiciones, dejando expuesta su complicidad y encubrimiento.

Se trata de dar a cada uno lo que le corresponde. Señalarlos y responsabilizarlos no modificará ni destruirá la Doctrina o Religión, al contrario, se fortalecerá resurgiendo por la trasparencia y verdad.

Tienen en sus manos el poder de sanar y salvar, pero también de desilusionar y destruir vidas.

Es tiempo que nazca una auténtica justicia en la Iglesia Católica Argentina.

Pedimos que transcurra esta última instancia.

“A veces la verdad no es suficiente, a veces la gente merece más. A veces la gente merece que recompensen su fe.”

También hacemos una invitación al Tribunal de la Corte de Justicia de la Nación, espacio donde se encuentra hoy el expediente. Podemos saber que en este momento se encuentra en despacho de la secretaría judicial Nº3, con fecha del último movimiento el 25 de marzo del año en curso.

Seguimos alentando al Excelentísimo Tribunal a encontrar valor y avanzar en estas decisiones, para cerrar así estos procesos judiciales, confiriendo las correspondientes e irrefutables responsabilidades.  

Demos celeridad a estas causas y en todas, ya que en conjunto debemos aunar esfuerzos, dejar de pre ocuparnos para así ocuparnos en hacer lo que nos corresponde. Hablar, denunciar, investigar, condenar y cerrar, y así algo remediar.

Se necesitan prontas definiciones.  

Cuando la “madre”, Iglesia o Patria, está enferma, todos debemos ayudar a recuperarla, restaurarla y curarla.

A partir de la justicia, construyamos una Argentina mejor.


*Sobreviviente de Abuso Sexual Eclesiástico