Hoy queremos enseñarte los 25 lugares que ver en Milán, una bellísima ciudad de Italia conocida por ser la capital de la moda y también por poseer una de las catedrales más bellas del mundo, el alucinante Duomo de Milán.
Pero Milán es mucho más que eso, es una de las ciudades italianas más conocidas de mundo y a la vez más desconocidas, en ella descubrirás lugares de interés histórico arquitectónico y artístico que te dejarán con la boca abierta y que a continuación te vamos a enseñar.
Hay mucho que hacer en Milán, la ciudad es perfecta para disfrutar un fin de semana exprimiendo al máximo su arte, compras y por supuesto su gastronomía. ¡Ponte zapato cómodo, porque empezamos!
- Dónde está Milán
- Dónde dormir
- Mapa con todo lo que ver en Milán
- Zona ZTL
- Qué ver en Milán
- Murallas y puertas
- Castillo Sforzesco
- Los Navigli
- Basilica di Sant'Eustorgio
- Basílica de San Lorenzo Maggiore
- Columnas de San Lorenzo
- Basílica de Santa Eufemia
- Iglesia de San Alessandro in Zebedia
- San Nazaro in Brolo
- Universidad de Milán
- San Bernardino alle Ossa
- Iglesia de San Babila
- Catedral de Milán
- Piazza del Duomo
- Galería Vittorio Emanuele II
- Piazza Mercanti
- Teatro allá Scala
- Pinacoteca Ambrosiana
- Iglesia de San Sepolcro
- Bolsa de Italia
- Iglesia de San Maurizio al Monastero Maggiore
- Basílica de San Ambrosio
- Santa Maria delle Grazie – La última cena
- Algunas iglesias más que ver en Milán
- Cementerio Monumental
- Qué ver cerca de Milán
Dónde está Milán
Esta es la ubicación de Milán. Es la capital de la Ciudad metropolitana de Milán y de la región de Lombardía, de Italia.
Dónde dormir
Nosotros dormimos en el hotel NH Milano Machiavelli, situado justo en el exterior de la zona ZTL, por lo que te evita problemas con las multas. Las habitaciones tienen diseño cuidado contemporáneo con suelo de madera, camas super cómodas, wifi, TV vía satélite, caja fuerte y minibar.
Mapa con lo imprescindible que ver en Milán
Zona ZTL
Deberías saber que si piensas viajar en coche por Italia, deberías saber que en la mayoría de las ciudades turísticas existe la llamada ZTL (Zona Traffico Limitato). Pincha en el enlace e infórmate sobre todo lo referente a la ZTL o Zona de Tráfico Limitado en la que si no cuentas con permiso oportuno, la multa está asegurada.
Qué ver en Milán
Es una ciudad muy grande y hay muchas cosas que ver en Milán, tienes metro y un buen servicio de autobuses, pero si dispones de un par de días, es posible verlo todo caminando como hicimos nosotros y disfrutar de todos los rincones. También puedes desplazarte en uno de los autobuses turísticos para subir y bajar donde quieras y recorrer todos sus rincones.
Murallas y puertas
Milán estuvo totalmente rodeado por murallas, que, como en la mayoría de ciudades, fueron evolucionando desde su origen romano pasando por a las murallas medievales y acabando por la última y más exterior conocida como muralla española.
De todas ellas quedan tan solo ruinas, y algunos lienzos fusionados con viviendas, ya que en gran parte fueron derribadas entre finales del siglo XIX y principios del XX por motivos urbanísticos. Quedan, eso sí, dos puertas medievales, la Porta Nuova y la Porta Ticinese.
Castillo Sforzesco
El Castillo Sforzesco, es otro de los recuerdos de la arquitectura militar que ver en Milán. Esta fortaleza era una de las más grandes de la época y nunca fue conquistada fue construida en 1368 y después fue transformado en un palacio renacentista de la corte de los Sforza, duques de Milán. Posteriormente pasó a manos de los españoles y austriacos y volvió a recuperar su función militar.
A pesar de que, en el siglo XIX, hubo intención de demolerlo para la construcción de un barrio residencial, se restauró devolviendo el aspecto de la época de los Sforza.
Durante la Segunda Guerra Mundial fue gravemente dañado y a finales del siglo XX se reconstruyó finalizando las últimas obras en el 2005 para convertirlo en un gran complejo museístico con bellos jardines unidos al Parque Sempione.
Puedes pasear libremente por el patio central del castillo y visitar alguno (o todos) de los museos que allí se encuentran: Museo de Arte Antiguo, la pinacoteca del castillo, Museo Egipcio, Museo de Prehistoria, Museo de Artes Decorativas, Museo de Instrumentos Musicales… como ves, no hay espacio para el aburrimiento.
Los Navigli de Milán
Es imprescindible que incluyas en las cosas que ver en Milán los Navigli, por historia, belleza y por ambiente. Es un sistema de canalización de agua que desde la antiguedad conectaba el lago Mayor, el lago de Como y el bajo Ticino, abriendo las vías fluviales hacia Europa.
Era utilizado como método de transporte y también para el regadío y su construcción comenzó en el siglo XII. Por estos canales, por ejemplo, se transportó el mármol para construir la catedral .
Hubo una gran red de canales atravesando toda la ciudad, de ella quedan el Naviglio Pavesse y el Naviglio Grande, zonas que actualmente están repletas de terrazas y restaurantes con mucha vida tanto diurna como nocturna. Puedes dar un agradable paseo en barco por los Navigli, para disfrutar de los canales con otra perspectiva.
Basilica di Sant'Eustorgio
A pesar de que estaba cerrada a visitas cuando pasamos por la Basílica de Sant'Eustorgio, tuvimos la suerte de encontrar a un hombre encantador que nos la abrió y además nos hizo una pequeña visita guiada.
Fue fundada hacia el año 344 y su fachada actual es del siglo XII con una restauración en estilo neorrománico realizada en 1864.
Pero lo más interesante de la basílica está en su interior, ya que se conserva un antiguo sarcófago romano que, según la tradición, contenía los restos de los tres Reyes Magos, que el obispo de Milan, San Eustorgio, transportó desde Constantinopla a la basílica de Santa Tecla.
Estas reliquias habían sido rescatadas en Saba el año 300 d. C. por la emperatriz Elena, madre del emperador romano Constantino I. Pero fueron robadas por el emperador Federico Barbarroja, que se las entregó al arzobispo de Colonia, y desde entonces se veneran en su catedral.
Además de este sencillo sepulcro destaca en el interior la capilla Visconti y la capilla Portinari, el retablo de la Pasión, el arca de Gaspare Visconti, el arca de San Pedro y varios monumentos funerarios.
Basílica de San Lorenzo Maggiore
La basílica de San Lorenzo Maggiore fue conocida en la era paleocristiana como basílica palatina debido a su proximidad del palacio imperial romano. Es una de las más antiguas que ver en Milán, ya que fue construida en el 410 en el período en el que la ciudad romana de Mediolanum (Milán) era la capital del Imperio Romano Occidental.
Tuvo que ser restaurada a lo largo de los siglos por derrumbamientos e incendios, pero a partir de 1124 fue reconstruida en estilo románico manteniendo la distribución interna original, convirtiéndose en un símbolo del Renacimiento.
La planta no ha cambiado prácticamente desde sus orígenes, está formada por un cuadrado y un círculo superpuestos con cuatro ábsides. A su alrededor hay una girola, de forma octogonal, con pilares triangulares perforados y exedras porticadas.
En el interior hay muchos detalles que merece la pena admirar como la Capilla de San Aquilino con bellos mosaicos bizantinos del siglo IV. O la cripta construida con materiales procedentes de un anfiteatro romano.
En la plaza delantera hay una estatua en honor a Constantino, primer emperador romano que perteneció al cristianismo.
Columnas de San Lorenzo
Frente a la iglesia se encuentran las Columnas de San Lorenzo, dieciséis columnas de mármol que pertenecieron a la ciudad romana Mediolanum en el siglo III. Miden 7 metros y medio de altura, y tienen capiteles corintios procedentes de diferentes edificios romanos.
Basílica de Santa Eufemia
La iglesia de Santa Eufemia fue construida en el año 472 por el obispo Senatore para albergar las reliquias de la mártir Eufemia. Fue reconstruida en el siglo XV y también en el XIX, momento en el que se levantó la fachada actual neorrománica de terracota y piedra de Vicenza, en la que destacan los bajorrelieves de los cuatro evangelistas y el rosetón.
El interior es neogótico y está muy decorada con frescos, una de sus principales obras son La Virgen y el Niño de Marco d'Oggiono, o el Pentecostés de Simone Peterzano.
Iglesia de San Alessandro in Zebedia
Otro de los templos que ver en Milan es la Iglesia de San Alessandro in Zebedia, construida en del siglo IX, sobre las ruinas romanas del Pretorium, donde había estado encarcelado el mártir San Alessandro.
Una importante reconstrucción, que le dio el aspecto actual, fue en 1601, dándole un estilo principalmente barroco. En la fachada destacan sus campanarios gemelos que inspiraron a la nueva fachada de la catedral de la Asunción de Jaén.
El interior está cubierto por mármoles, decoraciones barrocas y muchos frescos cubriendo sus paredes, destacan entre ellas las pinturas de Camillo Procaccini y de Daniele Crespi.
San Nazaro in Brolo
La iglesia de San Nazaro in Brolo fue encargada en 382 por San Ambrosio, y fue dedicada a los Apóstoles, acogiendo bajo el altar sus reliquias. Serena, sobrina del emperador Teodosio I, embelleció con mármoles para el sacellum que alberga las reliquias y el resto de la iglesia.
El complejo está formado por la Basílica, el Mausoleo de Trivulzio y la Capilla de Santa Caterina. Tuvo graves daños por un gran incendio, fue reconstruida en estilo románicoy posteriormente en los siglos XVII y XVIII.
El Mausoleo de Trivulzio es una capilla octogonal de 1512 colocarla delante de la fachada, en lugar de como capilla lateral. Y la Capilla de Santa Catalina de Alejandría de 1540 por Antonio da Lonate con frescos del Martirio de Santa Catalina de Bernardino Lanino y Giovan Battista della Cerva.
Universidad de Milán
El edificio que alberga actualmente la universidad de Milán se comenzó a construir como hospital en 1456, por el duque de Milán Francesco Sforza. La primera piedra se colocó el 12 de abril de 1456.
Es interesante pasear por su edificio principal y sus claustros de una de las universidades más prestigiosas de Italia.
San Bernardino alle Ossa
El cementerio de la Iglesia de Santo Stefano Maggiore se quedó pequeño y tras la construcción de la Iglesia de San Bernardino alle Ossa a su lado, se hizo una sala para guardar los huesos.
A partir de entonces ese osario fue adquiriendo visitas por la curiosa disposición de los huesos cubriendo las paredes, al igual que otros lugares que hemos visto como en la iglesia de San Francisco de Évora.
Iglesia de San Babila
Otro de los templos que merece la pena visitar es la Iglesia de San Babila es considerada la tercera iglesia más importante que ver en Milan, tras su Catedral y la Basílica di Sant’Ambrogio.
Es de estilo neorrománico y se cree que data del siglo VI, siendo reconstruida en el siglo IX y en el siglo XVI cuando se le levantó la nueva fachada barroca. Aunque ésta recobró su estilo románico inicial en el siglo XX.
Su interior de tres naves tiene dos capillas laterales renacentistas, y en ella destacan los capiteles originales del siglo XI, el mosaico del ábside que representa a San Babila y los tres niños martirizados con él.
Catedral de Milán
Sin duda el principal monumento que ver en Milán es su Catedral, el Duomo de Milano en italiano, es una de las imágenes más maravillosas de la capital lombarda.
La Catedral de Milán fue dedicada a Santa Maria Nascente, y consagrada en 1418, aunque por guerras, y por falta de fondos no se acabó hasta el año 1965, por lo que el resultado es una bellísima mezcla de estilos arquitectónicos.
Es una construcción admirable tanto por fuera como por dentro, y merece la pena visitar sus más de 10000 m² con detenimiento. Incluye tu visita a la azotea de la catedral de Milán.
Piazza del Duomo
Delante de la catedral se encuentra la emblemática Piazza del Duomo, que además de este bello edificio, alberga otras joyas que merece la pena que contemples.
Bajo el suelo, las obras del metro sacaron a la luz los cimientos de la basílica de Santa Tecla, y el baptisterio de San Juan de las Fuentes.
Galería Vittorio Emanuele II
Merece la pena que incluyas también entre las cosas que ver en Milan la Galería Vittorio Emanuele II, por su arquitectura y sus tiendas. Da lo mismo que no quieras ir de compras, simplemente para ver los escaparates de sus afamadas tiendas, y otras más pequeñas pero maravillosas y lugares tan emblemáticos como el Café Biffi, de 1867.
Lleva el nombre de Vittorio Emanuele II, el primer rey de la Italia unificada, y está formada por dos pasillos perpendiculares cubiertos por una bóveda de hierro y cristal, con una bella cúpula en su intersección con la representación en su hermoso mosaico de los continentes.
El arquitecto e ingeniero italiano Giuseppe Mengoni, lo diseñó y lo empezó a construir en 1865 sirviendo de inspiración a otras galerías europeas como las famosas Galerias Saint-Hubert de Bruselas.
Piazza Mercanti
Y otra de las plazas más bonitas que ver en Milan es la Piazza Mercanti, que era el centro comercial y administrativo de la ciudad. En ella hay bellos edificios medievales como el Palazzo della Ragione o la Scuole Palatine y Casa dei Panigarola.
Teatro allá Scala
Hubo un teatro ducal que se incendió en 1776, y a raíz de ello se comenzó a construir La Scala de Milán, en el lugar que ocupaba la iglesia Santa Maria alla Scala.
El nuevo edificio fue inaugurado en 1778 y funcionó también un casino, aunque el aspecto actual lo adquirió en 1907. Arturo Toscanini dirigió por ejemplo un concierto tras la Segunda Guerra Mundial.
La última reforma llevada a cabo en el 2004 devolvió a La Scala su aspecto original, pero dándole un aspecto moderno y funcional, por ejemplo, en los puestos hay monitores donde escoger el idioma del libreto, entre el italiano, inglés o francés.
Puedes ver en su interior un museo con una colección de obras relacionadas con el mundo de la ópera entre las que se encuentran estatuas, pinturas y bocetos.
Pinacoteca Ambrosiana
Otra de las visitas de la ciudad es la Pinacoteca Ambrosiana, fundada en el 1618 por el cardenal Federico Borromeo con su colección de esculturas, pinturas y dibujos.
Durante los siglos fue enriqueciendo sus fondos y hoy en día alberga una interesantísima colección, una de sus joyas más preciadas es el “Codex Atlanticus”, una colección de 1750 dibujos técnicos y científicos de Leonardo da Vinci, que se encuentran en Sala Federiciana.
Iglesia de San Sepolcro
La Iglesia de San Sepolcro se construyó en el lugar donde se encontraba el foro de la ciudad, y frente al templo hay una estatua del cardenal Carlo Borromeo canonizado por la Iglesia Católica.
Se construyó a principios del siglo XI en honor a la Iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén. Destacan las dos torres de la fachada principal de diseño romano-lombardo, con elementos barrocos en el interior. Su cripta guarda reliquias tomadas por los cruzados de Tierra Santa.
Bolsa italiana
La Bolsa de Italia se ubica en el Palazzo Mezzanotte, construida en 1927 e inaugurada en 1932 para unificar todas las actividades de la bolsa ubicadas en diferentes edificios de la ciudad. Su monumental fachada tiene el estilo de la época, y fue construida con mármol travertino.
Fue in edificio innovador para la época, por ejemplo, su aire acondicionado funcionaba con agua y vapor y el cuadro de luces eléctrico, que permitía ver la cotización en tiempo real de los 78 títulos, era el más grande de Italia.
Iglesia de San Maurizio al Monastero Maggiore
El Convento de San Maurizio al Monastero Maggiore fue construido sobre las ruinas de un circo romano alrededor del año 823. El emperador Otón I de Alemania donó en el siglo X una reliquia de San Mauricio, del que tomó su nombre.
El templo actual fue construido en 1503 y es apodado "La Capilla Sixtina de Milán", por los frescos que puedes admirar en su interior. Sus mecenas fueron Alessandro Bentivoglio y su esposa Ippolita Sforza, cuya hija fue abadesa del monasterio.
Tuvo grandes daños durante la Segunda Guerra Mundial y a pesar de su cierre durante años, se reabrió y se fueron restaurando sus frescos durante más de 25 años, pero mereció la pena porque son maravillosos.
Son obra de importantes artistas del renacimiento lombardo, como Bernardino Luini, Giovanni Paolo Lomazzo, Giovanni Antonio Boltraffio y Simone Peterzano. Y sobre el altar mayor se encuentra la "Adoración de los Reyes Magos", de Antonio Campi.
En el claustro se encuentra alojado el Museo Arqueológico de Milán, en el que podrás ver dos torres romanas que se utilizan como capilla y campanario de la iglesia.
Basílica de San Ambrosio
La basílica de San Ambrosio es otra de las iglesias más antiguas que ver en Milán, ya que sus orígenes datan del 386 cuando San Ambrosio decidió construirla en el lugar del martirio de cristianos por los romanos, para conservar sus reliquias.
El exterior es de ladrillo, piedra y yeso, tiene bandas lombardas y dos logias superpuestas, la inferior tiene tres arcos iguales y la superior cinco que aumentan en altura. Tiene dos campanarios, el de los monjes, situado a la derecha, es del siglo VIII y el de los canónigos, a la izquierda, está datado en 1144.
En el interior destaca el ábside, precedido por una bóveda de cañón, decorado con un bello mosaico del Salvador en el trono entre los mártires Protasio y Gervasio, y dos episodios de la vida de San Ambrosio.
También el ciborio paleocristiano (baldaquino), con cuatro tímpanos decorados con estucos en el siglo X que acoge al altar de San Ambrosio, hecho de oro, esmaltes y piedras preciosas, una obra maestra de la orfebrería carolingia.
Santa Maria delle Grazie – La última cena
Otro imprescindible que ver en Milan es Santa Maria delle Grazie, un convento de la Orden de Predicadores en cuyo refectorio se encuentra La última cena, obra maestra de Leonardo da Vinci.
Este convento se construyó por orden del duque de Milán Francisco Sforza en 1463 y fue utilizado como lugar de enterramiento de la familia.
Destaca en el exterior la cúpula de base poligonal con cubierta piramidal, muy utilizada en Lombardía en el Renacimiento. En el interior de la iglesia, destacan los bellos frescos con la Historia de la Pasión, de Gaudenzio Ferrari y un fresco de Bramantino.
Pero sin duda, lo que más destaca del convento es la decoración del refectorio, un encargo que Ludovico Sforza hizo en 1494 a Leonardo da Vinci, para embellecer sus paredes con el Cenacolo Vinciano.
Leonardo representó la Ultima cena de Jesús y los Apóstoles, considerada una de las obras maestras del arte universal, y a pesar de que la técnica elegida no fue la mejor para su conservación, y los bombardeos de 1943 que arrasaron el convento, milagrosamente esta pared se salvó.
En 1980, el conjunto fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Merece la pena que entres a verlo, pero reserva con unos días de antelación, porque cuando llegues allí es muy probable que ya no tengas hueco.
Puedes reservar en este enlace una visita guiada a la Última Cena, en la que te explicarán el significado y la importancia de esta gran obra y además sin esperar las colas de acceso.
Algunas iglesias más que ver en Milán
Si hay algo que abunda en la ciudad son sus iglesias, todas maravillosas. Si todavía te quedan ganas de incluir entre las cosas que ver en Milán más templos, te proponemos San Marco, Santa María del Carmine y San Simpliciano, todas muy cercanas entre si y en el camino a nuestro último destino.
Cementerio Monumental
Y el último de los lugares que incluimos en nuestro tour por los principales lugares que ver en Milán (que ya has podido ver que son muchos), es el Cementerio Monumental, un auténtico museo al aire libre.
Desde 1866 ha sido el lugar de entierro de las personas más notables de la ciudad y los monumentos que lo decoran son excepcionales, entre ellas podrás ver reproducciones de la Columna Trajana o de La última Cena y obras de reconocidos artistas que puedes identificar con un mapa que te dan en la entrada.
Qué ver cerca de Milán
Milán está muy bien comunicado por carretera con interesantísimoas ciudades como Pavia o Bérgamo, por nombrarte algunas. Si te interesa puedes echarle un vistazo a nuestros post con todo lo que ver en Pavía y con lo más interesante que ver en Bérgamo. Te van a encantar las dos.
Y ahora ya sabes todo lo que ver en Milán, una ciudad bellísima a la que es mejor dedicar un fin de semana para disfrutar de todos sus monumentos, su gastronomía y la animada vida de sus calles.
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