Cáncer colorrectal

11 de julio de 2023

Datos y cifras

  • El cáncer colorrectal es el tercer tipo de cáncer más frecuente en el mundo. Representa aproximadamente el 10% de todos los casos de cáncer y es la segunda causa de muertes relacionadas con esta enfermedad en el mundo.
  • Afecta predominantemente a las personas de mayor edad, y la mayoría de los casos son personas de 50 años o más.
  • Varios factores relacionados con el modo de vida contribuyen a la aparición de cáncer colorrectal, como una alta ingesta de carnes procesadas y una baja ingesta de frutas y verduras, el sedentarismo, la obesidad, el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol.
  • El cáncer colorrectal suele diagnosticarse en una etapa avanzada de la enfermedad, cuando las opciones de tratamiento son limitadas.
  • La incidencia y el impacto del cáncer colorrectal pueden reducirse significativamente mediante la aplicación de estrategias de prevención primaria, como la adopción de un modo de vida sano y la reducción de los factores de riesgo, así como con la detección precoz mediante el cribado.

 

Panorama general

El cáncer colorrectal es un tipo de cáncer que afecta al colon (intestino grueso) o al recto. Es uno de los tipos más frecuentes de cáncer en todo el mundo. Puede causar daños graves y la muerte.

El riesgo de cáncer colorrectal aumenta con la edad. La mayoría de los casos son personas mayores de 50 años.

Los síntomas frecuentes son diarrea, estreñimiento, sangre en las heces, dolor abdominal, pérdida de peso sin causa aparente, cansancio y concentraciones bajas de hierro.

Muchas personas no presentan síntomas en las fases iniciales de la enfermedad.

El riesgo de cáncer colorrectal se puede reducir manteniendo una alimentación saludable, haciendo ejercicio con regularidad, no fumando y reduciendo el consumo de alcohol. Es fundamental realizar exámenes periódicos para detectar la enfermedad de manera precoz.

El cáncer de colon es la segunda causa de muertes relacionadas con el cáncer en el mundo. Se estima que, en 2020, hubo más de 1,9 millones de casos nuevos de cáncer colorrectal y se produjeron más de 930 000 muertes debido a esta enfermedad en todo el mundo. Además, hubo grandes variaciones geográficas en las tasas de incidencia y de mortalidad. Las tasas de incidencia fueron más altas en Europa, Australia y Nueva Zelandia, y las tasas de mortalidad más elevadas en Europa oriental. De aquí a 2040, la carga del cáncer colorrectal aumentará a 3,2 millones de casos nuevos por año (un aumento del 63%) y a 1,6 millones de muertes por año (un aumento del 73%).

Las tasas de incidencia del cáncer colorrectal se han venido reduciendo en los países de ingresos altos, en gran parte, gracias a los programas eficaces de cribado. El pronóstico del cáncer colorrectal varía según su estadio en el momento del diagnóstico. Las tasas de supervivencia de los cánceres en fase inicial son mayores que las de los cánceres que se encuentran en fase avanzada. Es importante que haya un diagnóstico oportuno, un tratamiento adecuado y una atención de seguimiento periódica para mejorar las tasas de supervivencia y la calidad de vida.

Factores de riesgo

Entre los factores que pueden aumentar el riesgo de que se presente cáncer colorrectal cabe destacar los siguientes:

  • edad: el riesgo de presentar cáncer colorrectal aumenta con la edad, y la mayoría de los casos son personas mayores de 50 años;
  • antecedentes familiares: los antecedentes familiares de cáncer colorrectal o determinados trastornos genéticos, como el síndrome de Lynch y la poliposis adenomatosa familiar (PAF), pueden aumentar el riesgo;
  • antecedentes personales: las personas que ya han tenido cáncer colorrectal o determinados tipos de pólipos tienen un mayor riesgo; y
  • factores relacionados con el modo de vida: la elección de hábitos poco saludables, como una dieta rica en carnes procesadas y baja en frutas,  verduras y hortalizas, los comportamientos sedentarios, la obesidad, el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol, pueden aumentar el riesgo.

Síntomas

A menudo, el cáncer colorrectal no causa síntomas en las fases iniciales. Es importante que se realicen exámenes periódicos para detectar la enfermedad de manera precoz y comenzar el tratamiento.

Entre los síntomas habituales se incluyen los siguientes:

  • Cambios en el hábito intestinal como diarrea, estreñimiento o heces delgadas.
  • Sangre en las heces (hemorragia rectal), de color rojo brillante o que produce heces oscuras y alquitranosas.
  • Cólicos, dolor o distensión abdominal que no desaparecen.
  • Pérdida de peso sin causa aparente que es repentina y pérdida de peso sin intención.
  • Sensación constante de cansancio y falta de energía, incluso con suficiente descanso.
  • Anemia por déficit de hierro debida a hemorragia crónica, que provoca cansancio, debilidad y palidez.

Prevención

Los cambios en el modo de vida y los exámenes periódicos pueden ayudar a prevenir el cáncer colorrectal.

Entre los cambios en el modo de vida que ayudan a prevenir el cáncer colorrectal se incluyen los siguientes:

  • Tener una alimentación sana que incluya muchas frutas y verduras.
  • Dejar de fumar tabaco.
  • Mantener un estilo de vida activo.
  • Reducir el consumo de alcohol.
  • Evitar la exposición a factores de riesgo ambientales.

Se recomienda que las personas que sospechen tener cáncer colorrectal se pongan en contacto con un profesional de la salud inmediatamente.

La mejor manera de detectar a tiempo el cáncer colorrectal es mediante la realización de exámenes periódicos (prevención secundaria).

Existe mayor probabilidad de que los tratamientos curen la enfermedad en las fases iniciales.

Los estudios han demostrado que el cribado puede reducir tanto la incidencia como la mortalidad del cáncer colorrectal mediante la detección precoz y la extirpación de lesiones precancerosas.

Las pruebas en heces son métodos de cribado no invasivos utilizados para detectar la presencia de cáncer colorrectal o pólipos precancerosos. Un tipo común de prueba en heces es la prueba de sangre oculta en heces. Tal como indica su nombre, con esta prueba se detecta la sangre oculta en las heces, que puede ser un indicador de cáncer o pólipos colorrectales. Esta prueba consiste en recoger una pequeña muestra de heces y enviarla a un laboratorio para su análisis. Si se detecta sangre o se observan anomalías en las heces, generalmente se recomienda realizar otros procedimientos de diagnóstico, como la colonoscopia, para confirmar la presencia de cáncer o pólipos colorrectales.

Las pruebas en heces son prácticas, no invasivas y pueden ser eficaces para detectar el cáncer colorrectal en fases iniciales o encontrar pólipos precancerosos.

Las personas con antecedentes familiares de cáncer colorrectal o determinados trastornos genéticos pueden beneficiarse si reciben asesoramiento genético o si se las somete a pruebas genéticas para evaluar su riesgo y determinar las medidas de detección adecuadas.

Diagnóstico

Los métodos de diagnóstico del cáncer colorrectal incluyen la exploración física, la imagenología (como las ecografías abdominales, las tomografías computarizadas y las resonancias magnéticas), el examen del interior del colon mediante colonoscopia o sigmoidoscopia, la toma de una muestra de tejido (biopsia) para el examen histopatológico y las pruebas moleculares para detectar mutaciones genéticas o biomarcadores específicos a fin de determinar la mejor opción terapéutica.

Tratamiento y atención

El tratamiento del cáncer colorrectal depende de su tipo y evolución, así como de los antecedentes médicos del paciente. La detección precoz puede favorecer el tratamiento y los resultados.

Entre los tratamientos se incluyen los siguientes:

  • Intervención quirúrgica
  • Radioterapia (radiaciones)
  • Quimioterapia
  • Tratamiento dirigido
  • Inmunoterapia

En las primeras fases del cáncer se suele practicar una intervención quirúrgica si el tumor no se ha extendido a otras partes del cuerpo. La quimioterapia y la radioterapia pueden ayudar a reducir el tamaño del tumor.

A menudo, médicos de distintas disciplinas se encargan del tratamiento y la atención de las personas con cáncer colorrectal mediante un trabajo en conjunto.

Los cuidados paliativos son un elemento importante para las personas con cáncer colorrectal. Su objetivo es controlar los síntomas, aliviar el dolor y ofrecer apoyo emocional. Estos cuidados pueden ayudar a mejorar la calidad de vida de las personas con cáncer colorrectal y de sus familias.

Etapas de la atención

a) Enfermedad en fase inicial. El tratamiento principal del cáncer colorrectal en fase inicial (es decir, cuando el tumor limitado al colon o a los ganglios linfáticos locales, sin que haya habido metástasis a órganos distantes) es la extirpación quirúrgica del tumor y de los ganglios linfáticos cercanos. El procedimiento quirúrgico específico depende de la localización del tumor. Puede implicar una colectomía (extirpación de una parte del colon) o una proctectomía (extirpación del recto). En algunos casos, puede ser necesario practicar una colostomía o ileostomía temporales o permanentes a fin crear una abertura para eliminar deposiciones. Además, se puede dar un tratamiento complementario tras una intervención quirúrgica para reducir el riesgo de recaída. En el cáncer colorrectal en fase inicial, se puede recomendar la administración de quimioterapia complementaria para destruir cualquier célula cancerosa que permanezca que no se haya visto ni extirpado durante la intervención. En general, se recomienda la quimioterapia complementaria para los pacientes que presenten un mayor riesgo de recaída, como los que tienen afectación de ganglios linfáticos o determinadas características tumorales. A veces, se puede administrar quimioterapia antes de la cirugía (quimioterapia neoadyuvante) para reducir el tamaño del tumor. Asimismo, se puede sumar la radioterapia cuando se presenten tumores en la última porción del intestino grueso (el recto) a fin de aumentar la probabilidad de reducir su tamaño.

Después del tratamiento, las visitas de seguimiento y vigilancia sistemáticas son esenciales para controlar cualquier signo de recaída o un nuevo tumor. La vigilancia puede incluir exploraciones físicas, análisis de sangre y estudios por imágenes (como tomografías computarizadas) para detectar cualquier posible recaída en su fase inicial.

b)[M41] Enfermedad en fase avanzada. El tratamiento sistémico es el enfoque principal para el cáncer colorrectal metastásico, ya que tiene como objetivo tratar las células cancerosas en todo el organismo. Para el cáncer colorrectal metastásico se suele utilizar la quimioterapia como tratamiento de primera línea. Los esquemas terapéuticos con quimioterapia combinada son habituales para destruir las células cancerosas o retrasar su crecimiento. Además, se puede administrar un tratamiento dirigido en combinación con la quimioterapia en los pacientes con mutaciones genéticas específicas, tales como las mutaciones de los genes KRAS o BRAF. Se puede considerar la inmunoterapia con fármacos en los pacientes que tengan tumores con marcadores genéticos específicos, como el de alta inestabilidad de microsatélites (MSI-H) o el de alteración de la vía reparadora del ADN (dMMR).

En algunos casos, se puede recomendar una intervención quirúrgica para el cáncer colorrectal metastásico a fin de extirpar tumores que estén provocando síntomas o bloqueando el intestino. Se pueden administrar tratamientos localizados, como la ablación por radiofrecuencia, la crioablación o la radioterapia, para tratar zonas metastásicas específicas, como el hígado. También se puede administrar radioterapia para ayudar a controlar la enfermedad y síntomas como el dolor o el sangrado.

Ensayos clínicos

Los ensayos clínicos ofrecen a los pacientes la posibilidad de acceder a tratamientos nuevos o experimentales. La participación en ensayos clínicos ayuda a hacer avanzar el conocimiento médico y puede abrir la puerta a nuevas opciones terapéuticas.

Respuesta de la OMS

La OMS participa activamente para reducir la carga mundial del cáncer colorrectal y aplicar estrategias para reducir su impacto. El enfoque de la OMS incluye la sensibilización, la prevención y el control del cáncer, la detección precoz y el cribado, el fortalecimiento de los sistemas de salud, el fomento de las capacidades, la investigación y la vigilancia, así como la colaboración y las alianzas. Estos esfuerzos integrales contribuyen a reducir la carga del cáncer colorrectal al promover la prevención, la detección precoz, el acceso equitativo a una atención de calidad y la mejora del control general del cáncer a nivel mundial.

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