¿Qué es el cosmopolitismo?

El cosmopolitismo es la ideología según la cual todos los seres humanos conforman una sola comunidad, prescindiendo de ideas como las fronteras o la nacionalidad. De esta forma, un cosmopolita podría ir de un lugar a otro sin ninguna preocupación, pues su lugar de origen sería todo el mundo. Este sistema de organización mundial sería posible si las relaciones entre las diferentes culturas fueran de respeto mutuo, si existiera una estructura económica que implicara a todas las naciones y si no hubiera fronteras cerradas para ciertas personas por su lugar de origen. Si bien algunas ciudades o regiones en particular han sido descritas en el pasado como cosmopolitas, lo cierto es que se referían más a su alta migración que a una definición literal de lo cosmopolita. El origen de la palabra proviene del griego kosmopolitês (κοσμοπολίτης), formado por los vocablos kosmos (κόσμος), que puede traducirse como “universo”, “mundo” o “cosmos”, y politês (πολίτης), que puede traducirse como “ciudadano” o “proveniente de la ciudad”. De esta manera, “cosmopolita” se puede traducir como “ciudadano del mundo”.

El origen del cosmopolitismo se puede encontrar en la Antigua Grecia, con Diógenes de Sinope, padre de la escuela cínica. Este fue la primera persona en acuñar el término. Cuando alguien le preguntó que de dónde provenía, él respondió: «soy ciudadano del mundo». Esta primera idea fue retomada por los estoicos, quienes promulgaron que el ser humano habitaba en dos lugares: el de su nacimiento y otro en el que participaba como miembro del resto de la humanidad. Hierocles determinó esta postura en círculos concéntricos, cuyo centro era el “yo” y cuyos demás círculos, del más cercano al más alejado, eran la familia, próxima, la familia lejana, la localidad, el resto de ciudadanos, los compatriotas y, por último, la humanidad. Este autor señalaba que las relaciones entre las personas de un círculo y otro estaban sustentadas por la Oikeiôsis

, un concepto que hoy podríamos entender como empatía.

La idea del cosmopolitismo también puede encontrarse en el cristianismo, principalmente en las ideas de San Pablo, quien pensaba que todos los seres humanos éramos hermanos ante los ojos de Dios. Más tarde, Immanuel Kant desarrollaría en su obra Sobre la paz perpetua el ius cosmopoliticum, un derecho universal por el cual las personas deberían poder escapar de la guerra en cualquier otro lugar del mundo sin necesidad de permisos, visas o pasaportes. De esta manera, se estaría aplicando un principio de hospitalidad universal, basado en la idea de que la superficie terrestre pertenece al ser humano en general. Por esta misma dirección, el filósofo ruso Emmanuel Levinas afirmó que la base de la ética estaba en una responsabilidad del Yo hacia el Otro cuando estaba vulnerable, mostrando caridad, misericordia y bondad. Para Jacques Derrida, la ética está fundada sobre la necesidad de recibir al Otro en el hogar propio, como una ley universal de hospitalidad. Finalmente, a estas consideraciones filosóficas le siguieron la instauración de los Derechos Universales del Ser Humano y la calificación de crímenes contra la humanidad a ciertas acciones cometidas durante la Segunda Guerra Mundial y luego de esta.