Los cuatro pueblos de Galicia que debes visitar este puente de mayo

Turismo

Los cuatro pueblos de Galicia que debes visitar este puente de mayo

La selección resulta casi imposible, pero atendiendo a esas cuatro provincias que parten la tierra con sus peculiaridades y su historia, te ofrecemos cuatro lugares en los que perderse en este inicio de mayo

Castro del Monte de Santa Tegra.
Castro del Monte de Santa Tegra. Contando Estrelas

Galicia es una concatenación de historias y de pueblos, de relatos que recorren siglos configurando una tierra en la que cada gallego, cada vecino, cada persona se guarda un pueblo preferido. Un lugar en el que habita o al que ha ido que recoge parte de ese continuo ir y venir entre el mar y el interior, entre la costa y la montaña, entre los bosques y los ríos.

Villas pegadas al agua que rezuman historia y tradición, lugares en los que la naturaleza surge imprevisible como un atractivo insospechado.

La selección resulta casi imposible, pero atendiendo a la propia geografía, a esas cuatro provincias que parten la tierra en cuatro pedazos con sus peculiaridades y su historia, te ofrecemos cuatro pueblos bonitos en los que perderse en este festivo de mayo que, si es el caso, puede llegar a ser un puente.

Allariz (Ourense)

Puente románico de Allariz.
Puente románico de Allariz. Wikipedia

Adentrarse en Allariz puede llegar a ser una especie de viaje en el tiempo, un tránsito del presente a la Edad Media, cuya belleza todavía se observa y se conserva entre las calles de un pueblo que fue residencia de reyes como Alfonso X el Sabio y que preserva en perfecto estado elementos históricos como el puente de Vilanova, del siglo XII.

Porque Allariz conserva prácticamente intacto su núcleo principal, granítico tanto en las calles como en los edificios. Su ejemplar rehabilitación mereció el premio Europa Nostra, y hoy la villa es un modelo del turismo sustentable gallego.

Sus museos -como los dedicados al Juguete, la Moda, el Cuero o el Arte Sacro- conforman una pequeña red que, junto con la potenciación de negocios hosteleros ‘con encanto’ y el cariño con el que se trató las orillas del río, atraen millares de visitantes.

Su casco histórico es un laberinto de callejuelas estrechas y plazas adoquinadas, donde cada rincón esconde una sorpresa. Los puentes de piedra que cruzan el río añaden un toque romántico a esta pintoresca estampa, mientras que las murallas que rodean la ciudad evocan su pasado defensivo.

Pero Allariz no sólo es historia, sino también naturaleza en estado puro. Los alrededores de la villa ofrecen un paisaje de una belleza indescriptible, con colinas cubiertas de verde y senderos que invitan a la exploración. El Parque de la Alameda y el Mirador del Castelo son lugares ideales para disfrutar de vistas panorámicas y respirar aire puro.

A Guarda (Pontevedra)

Estuario del Miño.
Estuario del Miño. Cedida

Un triple paisaje marítimo fluvial y montañoso acoge uno de los más típicos pueblos marineros de Galicia, limítrofe con Portugal: A Guarda. Abrazada por el río Miño y el Atlántico, su centro de vida y ocio gira alrededor del puerto, entre el bullicio de los barcos y los vecinos y visitantes.

Y es precisamente esa fusión del río con el océano la que ofrece una de sus estampas más curiosos: el estuario del Miño; un lugar donde el río desemboca chocando con el Atlántico, no sin antes dejar su carga de sedimentos que, con el trascurso del tiempo, han dado lugar a una gran variedad de hábitats de gran extensión e interés natural.

Así, este estuario, compartido entre Galicia y Portugal, ofrece unas características excepcionales. En la orilla gallega se encuentran multitud de hábitats diferentes que acogen una nutrida población de aves, especialmente en migración y durante el invierno. Y el litoral de A Guarda, abierto al Atlántico, surge como un buen balcón para observar aves marinas.

Uno de los mejores lugares para contemplar este estuario lo ofrece el mirador en lo alto del monte de Santa Trega. Allí, hace más de un siglo, en 1913, se descubrió el gran yacimiento arquitectónico de Santa Trega y, un año más tarde, se iniciaron las excavaciones arqueológicas.

Hoy, el Castro de Santa Trega se ha convertido en la muestra de la cultura castreña más importante del noroeste peninsular: 20 hectáreas que, en su día, fueron habitadas por más de 4.000 personas y que hoy se presentan como un museo al aire libre.

Pero más allá de la historia y la cultura, A Guarda, como buen pueblo marinero de Galicia, es conocida también por sus multitudinarias fiestas populares, entre las que sobresalen la Festa do Monte, la Fiesta de la Langosta -su plato por excelencia- y la Fiesta del Roscón de Yema, que es uno de los postres típicos de la gastronomía del sur de Pontevedra.

Ribadeo (Lugo)

Playa de Las Catedrales (Ribadeo, Lugo)
Playa de Las Catedrales (Ribadeo, Lugo)larazon

La ría de Ribadeo vincula naturalmente el territorio galaico con las vecinas tierras asturianas en la otra orilla; un estrecho brazo de mar de unos 10 kilómetros, punteado aquí y allá por las barcas de vela latina que surcan la desembocadura del río Eo.

En este sentido, el escudo de Ribadeo nos recuerda que es aquí donde se guarda la llave que abre la puerta de Galicia, una llave de oro hallada en el mar. Pero más allá del mar, la villa luce su aspecto señorial desde la cercana cumbre del monte Santa Cruz, donde se celebra una popular romería el primer domingo de agosto, declarada de interés turístico porque exalta la gastronomía y música tradicionales.

Ribadeo es el último pueblo, por la línea de costa de la Galicia Cantábrica, de A Mariña Lucense. Después del río Eo, el visitante se encuentra ya en Asturias. Una cercanía que se puede observar desde el Puente de los Santos, estructura de hierro que une las dos comunidades y que se ha convertido en un símbolo de la localidad.

El casco antiguo de Ribadeo es un laberinto de calles empedradas y plazas adoquinadas, donde se respira historia en cada esquina. La Iglesia de Santa María del Campo o la Torre de los Moreno son solo algunos de los tesoros arquitectónicos que se pueden descubrir aquí.

Pero Ribadeo también es conocido por sus impresionantes arenales, donde destaca, sobre todos, la Playa de las Catedrales, con sus imponentes acantilados esculpidos por el mar y sus formaciones rocosas que recuerdan a arbotantes de una catedral gótica.

La gastronomía ribadense es otro de sus grandes atractivos. Los productos del mar, como el marisco fresco y el pescado de la ría, son la base de su cocina, que se puede disfrutar en los numerosos restaurantes y bares del puerto y del centro de la ciudad.

Muros (A Coruña)

Muros.
Muros. Turismo de Galicia

Muros al norte, escondida al pie del monte Louro, Noia al este y Porto do Son al sur delimitan la ría a la que prestan su nombre: de Muros y de Noia. Porque los orígenes de Muros, como los de Noia, se remontan a la Edad Media. Así lo muestra un casco histórico que habla de un pasado señorial ligado al mar y a la piedra: casas blasonadas, calles porticadas, iglesias y plazuelas.

El especial tipismo marinero de todas las calles que salen perpendiculares al puerto, que se abraza armonioso a la grandeza de palacios y templos que hacen de este casco antiguo un conjunto histórico-artístico desde 1970.

Ahí se oculta la Praza da Pescadería Vella, una de las más singulares de la villa que se ha convertido con el tiempo en un espacio de ocio donde se pueden tomar vinos y tapas en múltiples bodegones y tabernas.

Pero en Muros todo confluye en su encantador puerto, lugar envidiable para relajarse mirando al mar. Aquí se esconde el corazón marinero de la localidad. Un espacio donde las Rías Baixas marcan su fin configurando una de las villas más hermosas de Galicia.

Allí, en la dársena, se amarran las embarcaciones más pequeñas de una flota pesquera compuesta por más de 150 barcos, en su mayoría de bajura. Los demás comparten espacio en los dos muelles contiguos. Una zona en continuo movimiento, que se acelera a la hora de la descarga del pescado, en particular de especies típicas del arte de arrastre como el pulpo, el lirio o la cigala.

Pero Muros también es conocido por su impresionante entorno natural. Las playas de que bordean la costa son perfectas para relajarse y disfrutar del sol, mientras que los bosques y montañas que rodean el pueblo ofrecen numerosas rutas de senderismo y actividades al aire libre.