Cómo preparar castañas asadas al horno

Es el tiempo y el momento perfecto para hacer castañas asadas… uno de los platos otoñales por excelencia. Las castañas por sí solas y sin cocinar nos aportan una enorme cantidad de nutrientes, como fósforo, calcio, hierro, zinc, magnesio, cobre, vitaminas B1, B3 y B6, ácido fólico, fibra, hidratos de carbono… y un larguísimo etcétera. Pero si además las castañas están asadas… también nos aportarán algo muy especial: nos levantarán el ánimo.

Y es que, para muchos, notar el aroma de las castañas asadas es algo así como pulsar el interruptor de una máquina del tiempo que nos transporta a nuestra infancia… a aquel momento en el que nos calentamos las manos compartiendo un cucurucho con nuestros abuelos o nuestros padres. Es una de esas experiencias que quien la ha vivido… no la podrá olvidar jamás.

Por todo lo que disfrutamos con ellas (y de ellas)… deberíamos plantearnos el hacerlas nosotros mismos… en vez de comprarlas de algún puesto callejero. Así no tendremos que depender de la suerte de encontrarnos con uno de ellos. Hoy te vamos a explicar cómo asar en casa castañas como un auténtico profesional, con todo lujo de detalles y con todos los consejos que necesitas para que te queden perfectas:

Así se hacen las castañas asadas perfectas:

Antes de comenzar a pensar en cocinar debemos elegir con cuidado qué producto es el que vamos a cocinar. Las castañas se estropean fácilmente. Así que, lo más recomendable es buscar las que tengan un color marrón pardo brillante y las que se vean frescas. Preferiblemente, todas las castañas que elijamos serán del mismo tamaño (cuanto más grandes mejor), porque sino algunas se cocinarán más que otras. Otro aspecto que también debemos cuidar es la integridad de la cáscara: si la castaña tiene un corte, un golpe o un agujero, lo mejor es dejarlas de nuevo en la cesta.

Aunque también pueden utilizarse el microondas o la sartén, la manera más sencilla de preparar las castañas en casa es en el horno. Además, si las asamos al horno podremos hacer cómodamente una cantidad mayor.

Lo primero que debemos hacer es lavarlas y secarlas concienzudamente. Y después, tendrás que hacer un corte en cada una de ellas. El corte debe ser lo suficientemente profundo como para atravesar la piel por completo. Este pequeño detalle evitará que exploten en el horno y -además- hará que sea muy fácil pelarlas. Eso sí, para hacerlo con seguridad, coloca la castaña sobre su lado plano y asegúrate de que está bien sujeta antes de hacer el corte.

Algunas personas dejan las castañas en agua durante unas dos horas y otras prefieren hacerlo con vino. Sin embargo, el método clásico suele ser ponerlas en una olla con agua fría y llevarla a ebullición. En el momento en el que las primeras burbuja salgan a la superficie, retíralas con una espumadera y colócalas de forma homogénea sobre la bandeja del horno.

Mientras que las castañas están en el agua, lo que podemos hacer es precalentar el horno a 180 grados. Así, una vez que tengamos colocadas las castañas en la bandeja, podremos meterlas en el horno. Lo ideal es que las castañas queden separadas la una de la otra y sin amontonarse, con la parte plana tocando la bandeja y el corte mirando hacia arriba.

En cuanto a los tiempos, debemos dejarlas en el horno durante 15 minutos con el calor arriba y abajo. Pasado ese tiempo, subiremos la temperatura hasta los 220º y la dejaremos de 8 a 10 minutos para que terminen de tostarse. Recuerda estar atento, porque en función de la cantidad de castañas, del tipo de horno, del tamaño de las castañas, (…) podría ser necesario asarlas un poco más o un poco menos.

Una vez haya pasado este tiempo, sácalas con cuidado y colócalas en un bol envueltas con dos paños limpio de cocina. Uno por debajo y otro por arriba… de forma que se sigan cocinando por otros 10 o 15 minutos. De esta forma, ya tendremos unas castañas perfectamente asadas y listas para que las disfrutemos.