La historia del danés Pierre-Emile Hojbjerg: pena, crecimiento y gloria

La historia del danés Pierre-Emile Hojbjerg: pena, crecimiento y gloria

El mediocampista del Tottenham es una de las claves de la Selección de Dinamarca para la próxima Copa Mundial. Tras superar grandes obstáculos personales y profesionales, se afianzó como un volante top. Entrevista exclusiva con FIFA +.

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  • Pierre-Emile Hojbjerg es una pieza clave para Dinamarca y el Tottenham Hotspur

  • El mediocampista ha superado grandes obstáculos personales y profesionales

  • Habló con la FIFA cobre las emociones que guían su vida y sus esperanzas para Catar 2022

Rigshospitalet es el hospital más grande de Dinamarca y habitualmente se cuenta entre los mejores del mundo. Curiosamente, también ofrece una panorámica, a través de árboles y campos de fútbol, del estadio nacional del país, Parken.

Estas dos infraestructuras han tenido una emotiva y duradera influencia en la carrera de Pierre-Emile Hojbjerg.

El mediocampista del Tottenham Hotspur nació en Rigshospitalet y creció en su mismo distrito, Osterbro. Durante su niñez, saltar al césped del Parken se convirtió en una obsesión. Incluso después de hacer realidad ese sueño muchas veces, y a pesar de haberse mudado al extranjero con solo 17 años, ese coliseo de Copenhague y el cercano hospital siguieron muy presentes en su vida. Su hijo y su hija nacieron en Rigshospitalet. Y allí llegó su amigo Christian Eriksen, tras un breve pero frenético viaje desde el Parken, después de sufrir un paro cardíaco durante la Eurocopa 2020.

Pero mucho antes de que ese hospital acaparara titulares por el papel desempeñado a la hora de salvar la vida de Eriksen, Hojbjerg ya había pasado mucho tiempo allí sentado, despidiéndose de su querido padre. Entonces solo tenía 18 años. Aún no había pasado ni un año de su fichaje soñado por el Bayern de Múnich. Y pocas semanas después, irrumpió en la selección absoluta de Dinamarca.

Como declaró a la FIFA: "Siempre he sentido un vínculo emocional con la selección nacional, más que con cualquier otra cosa en mi carrera. Jugar con la selección siempre fue uno de los grandes sueños de mi padre, y mío también".

"A medida que mi padre (que tenía cáncer de estómago) empeoraba, yo me acercaba más y más a esa posibilidad. De hecho, recuerdo que había un partido internacional en marzo de ese año, y a mí 'solo' me llamó la Sub-21. Realmente esperaba estar con la absoluta, y echando ahora la vista atrás, veo que estaba enfadado".

La ansiada llamada llegó dos meses después. Pero tristemente, ya era demasiado tarde para hacer realidad ese sueño con su padre.

"Falleció un mes antes de mi debut", explicó Hojbjerg. "La última vez que lo vi, me había proclamado campeón de Alemania por segunda vez con Pep Guardiola. Vimos el partido [por el título] juntos en la televisión alemana porque había pedido permiso para estar con él, dado que ya estaba muy mal". "El hospital donde estaba ingresado está justo al lado del Parken y recuerdo estar con él, mirando por la ventana al estadio cuando dijo, 'Ahora solo necesitas jugar con la selección y habrás tenido un gran año'. Nos reímos y eso se me quedó grabado".

"Estoy convencido de que está conmigo cada día, pero me dolió mucho que no pudiese verme jugar con la selección. Recuerdo marcar mi primer gol con Dinamarca y resultarme difícil disfrutarlo y alegrarme porque echaba de menos a la única persona que quería que lo viese. Al día siguiente la gente me preguntaba, '¿Por qué no estás contento? Tienes 18 años y acabas de marcar con la selección'". "Pero no era feliz y, en retrospectiva, también afectó a mi carrera con mi club. Estaba intentado llevar el duelo de alguna manera sin darme el espacio para hacerlo".

Y es que, aunque se ha labrado un nombre como mediocampista duro, incansable y tremendamente entregado, no resulta sorprendente oír hablar a Hojbjerg con tanta emoción y elocuencia. Después de todo, este autoproclamado "vikingo" tiene un lado sensible que volvió a surgir cuando Dinamarca alcanzó las semifinales de la Eurocopa y se vio abrumado por el recuerdo de su padre y las lágrimas.  

"Me pongo, ya sabes (gesticula un nudo en la garganta), cuando hablo con mi madre de esos momentos que sé que le hubiese encantado ver", afirmó Hojbjerg. "Pero siempre digo, 'Sí, pero lo está viendo. Está ahí y lo está siguiendo a través de mí, a través de mi hermano y mi hermana, a través de mis tíos, lo está viendo". 

"Ese sentimiento de pérdida cambió un poco de algún modo con la llegada de mis hijos. Uso ese amor, y lo hago por ellos. Desde que tuve a mis hijos, he encontrado la manera de vivir [con la pena] y he encontrado un lugar para ella". 

Pese a su condición de habitual, tanto en su club como en la selección, apreciado y alabado por sus respectivos entrenadores, Hojbjerg ha vivido reveses profesionales y contrariedades a nivel personal. Entre lo más duro estuvo su exclusión de la selección de Dinamarca en la última edición de la Copa Mundial de la FIFA™ después de que al seleccionador Age Hareide le desagradara su reacción al ser sustituido. 

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"Fue doloroso", admitió. "Lo vi venir porque no había formado parte del grupo en el año anterior. Pero la situación que se generó en torno a eso fue un tanto complicada y no es un buen recuerdo para mí".  

"Aunque ya lo dije anteriormente, que quizá fue el momento más importante en mi carrera como futbolista profesional porque aprecié y aprendí mucho y me centré mucho en las cosas pequeñas, trabajando muy duro en mí mismo. Mentalmente, fue una batalla. Pero decididamente salí de esa batalla mucho, mucho más fuerte. No quiero decirlo, pero a lo mejor era lo que necesitaba". 

Ahora que Hojbjerg está más realizado y es más completo como jugador y como persona que en 2018, no es probable que se pierda su segunda Copa Mundial de la FIFA, siempre y cuando las lesiones lo respeten. El seleccionador de Dinamarca, Kasper Hjulmand, es un gran admirador suyo y a menudo ha alabado al jugador, del que dice que "aporta una inmensa pasión" y "contribuye mucho, tanto ofensiva como defensivamente". 

Una admiración recíproca, dado que Hojbjerg se muestra radiante al hablar del técnico, que ha logrado aunar éxito y un fútbol elegante y fluido con un toque personal inestimable.  

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"Con Kasper voy hasta el final y él lo sabe. Es un entrenador que, para mí, es realmente un pionero en términos de enfoque. Técnica y tácticamente, es un entrenador muy especial, y como ser humano, es un líder muy moderno. Es especial". 

"A veces, con él te preguntas ‘¿Como saca tiempo para todo el mundo?’ Porque parece que dedica tiempo a todo el mundo. Pero luego tiene esa concentración cuando llegan los partidos y en los entrenamientos. Es una persona que me llega al corazón". 

Sorprendentemente, Hjulmand ha logrado no solo establecer ese vínculo emocional con sus jugadores, sino extenderlo desde el equipo al país entero. El resultado es una nación que se ha enamorado perdidamente de su selección. De modo que los partidos en el Parken, además de alimentar el alma, son todo un festín para la vista. 

"Cuando jugamos somos uno", explicó Hojbjerg sobre la relación entre el equipo y la afición. "Estamos muy unidos a nivel emocional y eso es algo especial y muy poderoso. También es algo que no es forzado, sale naturalmente, y es único. Recomiendo encarecidamente venir a un partido en el Parken porque es algo muy especial". 

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El éxito del equipo y la conexión entre el entrenador y sus jugadores forma naturalmente parte de la historia. Pero como Hjulmand admitió en una entrevista concedida recientemente a la FIFA, el mal trago compartido de ver a Eriksen al borde de la muerte de una manera tan pública reforzó los vínculos ya existentes y todos "lo superamos juntos".  

"Fue un punto de convergencia", reconoció Hojbjerg. "Todos nos unimos en torno a eso y nos acercamos. Ya éramos así antes, pero después [de lo sucedido a Eriksen] fue más claro y más real". 

"Por suerte, la historia es ahora preciosa en todos los sentidos: Christian está hoy con nosotros. Nosotros, como equipo, lo hicimos bien y todo el mundo está orgulloso. En ese sentido se convirtió en una historia preciosa. Y es fantástico verlo de vuelta". 

Con Eriksen no solo de vuelta, sino de vuelta y por todo lo alto, y el equipo dominando los clasificatorios en su ausencia, es mucho lo que se espera de Dinamarca de cara a la Copa Mundial de la FIFA. Y del mismo modo que Hjulmand está encantado con la etiqueta de tapada de Dinamarca. "¡Lo único mejor sería si dijeran que somos una de las favoritas!", su mediocampista estrella tampoco pone límites a lo que pueden lograr.  

"La confianza está genial, la confianza en nuestras propias cualidades y en lo que estamos haciendo", aseveró. "También está la fortaleza de comprender que, vale, no somos Brasil, Alemania o Francia, pero tenemos algo que los otros no tienen. Simplemente tenemos que ser capaces de usarlo y ver hasta dónde nos lleva". 

Pasión, unidad y el talento de un equipo bien equilibrado demostró ser una potente mezcla en los preliminares. Y si Hojbjerg y compañía son capaces de mantener ese altísimo nivel, puede que la idea una triunfal y emocionante bienvenida en el Parken en diciembre no sea del todo descabellada. 

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