Desde que Phoebe Philo dejara la dirección creativa de Céline, sus fervientes seguidores no dejaron de soñar con su regreso. Después de rumores, confirmaciones, fechas que van y vienen, ese día ha llegado: la marca hómonima de Phoebe Philo ya es una realidad. Respaldada por el grupo LVMH, al que también pertenece Celine (ahora sin tilde), la británica que revolucionó el armario femenino vuelve dispuesta a replicar la hazaña para atender los deseos de aquellos que se quedaron huérfanos de su particular sentido de lo cool tras su marcha.

La primera colección de la diseñadora, a la que la prensa tuvo acceso la semana pasada y que a partir de este lunes ya está a la venta en su página web, es una continuación de su legado en sus años en Céline. Bolsos XL, camisas amplias, prendas de punto envejecidas, pantalones sastre de lana (algunos con cremalleras traseras que recorren la pierna desde el tobillo hasta la cintura) y abrigos deconstruidos son algunas de las piezas que protagonizan una propuesta acorde –en diseño, calidad y precios– al lujo silencioso que lo invade todo esta temporada. También hay, eso sí, concesión a diseños tan especiales como pantalones peludos, vestidos asimétricos ribeteados también en pelo o un abrigo al más puro estilo Yeti que se produce bajo demanda, necesita 300 horas de confección y pesa varios kilos.

phoebe philo
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Dada la cantidad de auténticos fans que siguen el trabajo de Philo no sería de extrañar que muchas de estas prendas se agoten rápidamente, a pesar de que los precios no las hacen aptas para todos los bolsillos. Las chaquetas rondan los 2.500 euros, los zapatos están sobre los 1.000 y los bolsos llegan a los 6.800 euros. Los accesorios son precisamente uno de los puntos fuertes de la diseñadora, que su etapa en Céline creó it-bags tan icónicos como el Luggage Tote (2009), el Box Bag (2011) o el Trio Bag logrando, de paso, multiplicar por cuatro los ingresos de la firma francesa. Los de su nueva marca apuestan por la sencillez y ni siquiera llevan el nombre de la diseñadora visible (sí va escrito por dentro). Para controlar las compras y evitar que se revendan por precios aún más desorbitados, algo que seguro ocurrirá ya que aún no es posible comprar en todos los países, las compras están limitadas a una unidad por cliente.

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Durante sus diez años capitaneando Céline, Philo reformuló el armario de la mujer del siglo XXI. "No tengo ningún problema en ver a una mujer luciendo cualquier cosa siempre que la haya elegido por sí misma. Pero creo que hay demasiadas imágenes de mujeres sexualizadas y muchas que se visten para otras personas perdiendo su propio poder en el proceso", confesó en una de las escasas entrevistas que ha concedido a lo largo de los años. Por eso sus diseños hablaban –y hablan– a mujeres independientes, modernas, seguras de sí mismas y muy alejadas del concepto de objetos sexuales que les ha perseguido durante siglos. Los abrigos masculinos, el pantalón ancho, los zapatos de tacón sensato o los jerséis de cuello vuelto configuraron el ADN de la marca y el armario de la mujer actual. Ahora todo apunta a que volverá a hacer lo propio con su sello personal y siguiendo sus propias reglas.

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Aunque en su momento Philo se empeñó en construir un lujo silencioso alejado del bullicio de la red (Céline tardó mucho en tener su propia cuenta de Instagram), ahora su propia firma nace vendiendo online y con presencia, claro, en redes sociales. "El verdadero chic es no aparecer en Google", solía decir. Quiera o no (suponemos que la necesidad de vender la habrá hecho cambiar de parecer), su nombre y el de su marca van a empapelar de arriba abajo el universo digital.