Es una raza muy sana y no parece que tenga ningún problema específico reconocido.
- Perro apto para dueños con experiencia
- Se requiere un adiestramiento extra
- Le gustan los paseos enérgicos
- Le gusta pasear una o dos horas al día
- Perro grande
- Babeo mínimo
- Requiere aseo cada dos días
- Raza hipoalergénica
- Perro muy ladrador
- Perro guardián. Ladra y está alerta
- Puede necesitar entrenamiento para vivir con otras mascotas
- Puede necesitar entrenamiento para vivir con niños
Personalidad
Las raíces del Bergamasco como guardián de la raza siguen presentes hoy: es precavido y se muestra alerta por naturaleza, además de tener un fuerte instinto protector. Por lo tanto, la socialización temprana es esencial, junto con un manejo experimentado. No es una raza adecuada para quien no haya tenido perro nunca; le encanta entrenar y siempre tiene muchas ganas de complacer.
Origen
Se cree que el Bergamasco, una antigua raza de perro pastor y guardián, se originó en Persia miles de años atrás, donde acompañaba a granjeros nómadas, ayudaba a trasladar los rebaños, a menudo en duras condiciones, y los protegía de los depredadores. Algunos nómadas se establecieron en los Alpes italianos y los perros tomaron el nombre de la región donde fueron descubiertos: Bergamasco. La raza estuvo a punto de desaparecer con el descenso de la producción de lana en Italia en la posguerra, pero la recuperaron criadores especializados.
¿Sabías que...?
Existe una discrepancia en el estándar de la raza pastor bergamasco en relación con su color. Genéticamente, el bergamasco es negro o gris con manchas negras (mirlo). El estándar de la raza describe los colores «isabelino» y «marrón claro», pero estos no son los colores genéticos de este perro, sino los que adquirirán los mechones del manto con la exposición a la luz solar intensa. La punta de los mechones (o cordones, como se denominan en el estándar de la raza) está formada por pelo más viejo, que se ha desteñido más con la luz del sol. ¡Reflejos naturales! Los colores de los bergamascos jóvenes serán más intensos y sólidos que los de los adultos. El manto tarda más de tres años en formarse por completo.