Pen�lope Cruz cumple 50 a�os, una actriz y un sue�o (im)posible

Pen�lope Cruz cumple 50 a�os, una actriz y un sue�o (im)posible

Carlos Portol�s
Carlos Portol�s REDACCI�N / LA VOZ

YES

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La chica que viaj� de Alcobendas a Hollywood. Pen�lope Cruz es una de las mayores representantes espa�olas en la escena internacional. La oscarizada actriz que ha trabajado con los mejores directores cumple�el medio siglo

27 abr 2024 . Actualizado a las 10:38 h.

Pen�lope Cruz lleva viva medio siglo. No lo parece, pero es as�. Su carrera comenz� con una muerte: la de la d�cada de los 80. Espa�a estaba s�lidamente instalada en la democracia. Ya hab�a tenido una Expo, un mundial y hasta un presidente socialista. �ramos oficialmente un pa�s m�s de Europa. Con este asentamiento, se pas� (un poco) la fiebre extravagante del destape y la movida. El p�blico quer�a ahora nuevos iconos. Iconos que se parecieran m�s a ellos. Espejos en los que mirarse. Y en esto apareci�, casi de la nada, primero en los videoclips de Mecano, despu�s en los televisores y finalmente en la pantallas de cine, la que hoy es, para la extranjer�a, el gran rostro del cine espa�ol. Hab�a nacido una estrella. Una que sigue creciendo a�o a a�o.

Una capa de misticismo envuelve a Pen�lope. O Pe, como la llaman algunos. Es la musa de mucha, mucha gente. Y no solo de peatones an�nimos. Tambi�n de otros famosos y de colegas de profesi�n. Inma Cuesta, por ejemplo, dijo en una entrevista con el YES que �no se puede pedir m�s� que trabajar con Pen�lope Cruz. Clara Lago tambi�n le confes� a esta revista que hab�a empezado sus andanzas actorales porque se �enamor� de Pe�. Hasta Irina Shayk dijo en una ocasi�n que, de Espa�a, lo mejor es �el jam�n y Pen�lope�.

Pero incluso las musas tienen referentes. El de Cruz siempre fue, tal y como ella ha confesado en numerosas ocasiones, Meryl Streep. Un guante que fue recogido hace poco cuando la estadounidense la mencion� en su discurso de agradecimiento del premio Princesa de Asturias. Las d�cadas de actividad, los miles y miles de espectadores encandilados y las metamorfosis actorales han dejado rastro, claro. Lo que se siembra, al final se recoge. Como recogi� Pen�lope el �scar en uno de los momentos m�s memorables para el cine patrio. Su primer recuerdo fue para casa.

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�Made in� Alcobendas

Las caras m�s famosas de la industria se aglutinaban en torno al escenario del teatro Kodak de Los �ngeles en la noche m�s hollywoodiense del a�o 2009. El 22 de febrero, fecha de entrega de los premios de la Academia. Le lleg� el turno a la categor�a de mejor actriz secundaria. Los ojos estaban puestos en una Tilda Swinton con el pelo engominado y blusa marr�n. Como es costumbre, era ella, ganadora de la anterior edici�n, la encargada de abrir el sobre. Cinco nombres: Viola Davis, Amy Adams, Marisa Tomei, Tajari P. Henson y Pen�lope Cruz. And the Oscar goes to... Pen�lope Cruz.

Con cara de no cre�rselo mucho y las piernas temblando, subi� una chiquilla al borde de la l�grima los escalones del estrado.

�I grew up in a place called Alcobendas�, comenz� a decir. Un momento ic�nico por la ternura que inspira —como ic�nico ser�a tambi�n su ��Peeeeeedro!� cuando, emulando a Heidi y con Antonio Banderas a su vera, le entreg� el primer �scar, el de Todo sobre mi madre, a su querid�simo Almod�var—. Pero es que, para Pen�lope, los or�genes siempre fueron fundamentales. Su acompa�ante en la gala fue su madre, Encarna S�nchez. Tambi�n ser�a la primera persona a la que abrazar�a y besar�a tras enterarse de la victoria. Lo cierto es que, aunque aquella chica de Alcobendas acababa de tomar la capital del cine por asalto y para siempre, el otro lado del Atl�ntico ya llevaba un tiempo haci�ndole ojitos. Dos a�os antes hab�a sido nominada por una pel�cula que ni siquiera era de habla inglesa —algo no rar�simo, pero s� infrecuente—, Volver, de su Pedro Almod�var. Habr�a sido redondo que el galard�n hubiera llegado por una obra de su director predilecto. Pero bueno, se alz� vencedora con una de Woody Allen (Vicky Cristina Barcelona), que tampoco est� nada mal.

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A Pen�lope Cruz, como a todas las grandes divas del cine, la han perseguido casi todos los grandes cineastas de su tiempo para incluirla en alguna de sus pel�culas. La lista es larga y abarca Espa�a y exteriores. Aqu� se ha paseado por las invenciones de Pedro Almod�var, Fernando Trueba, Bigas Luna o Alejandro Amen�bar. Fuera de aqu�, por las de Woody Allen, Ridley Scott, Michael Mann o Cameron Crowe. Su trufada filmograf�a incluye algunos inmortales personajes que, a pesar de sus muchas diferencias, comparten una caracter�stica garra que es sello de identidad de la int�rprete. Una fuerza que proviene de la vida real en un medio, el del cine, que es una vida de mentira.

Ya desde su primera pel�cula, Jam�n Jam�n (Bigas Luna, 1992), dej� claro que algo ten�a. Siendo una chiquilla de 16 a�os, desplegaba un desparpajo superdotado. Como si llevara ya varias d�cadas haciendo esas cosas suyas. Ah� se encontr� por primera vez con Javier Bardem, el que luego se convertir�a en su marido y padre de sus hijos (Leo y Luna). A pesar de la diferencia de edad —�l ten�a 21— Bardem confes� que ya en aquel entonces se hab�a fijado en ella. No pas� nada, pero algo qued�. As�, cuando volvieron a coincidir en Vicky Cristina Barcelona, surgi� el fuego de unas brasas ya existentes. Pero no se casar�an hasta el 2010 —en una �ntima ceremonia paradis�aca en las Bahamas—. Antes de eso, a Pen�lope Cruz se le conocieron parejas de nombre ilustre. Como Tom Cruise (con el que rod� Vanilla Sky) o Matthew McConaughey (su coprotagonista en la divertid�sima Sahara).

�Aqu� se ha paseado por las invenciones de Pedro Almod�var, Fernando Trueba, Bigas Luna o Alejandro Amen�bar. Fuera de aqu�, por las de Woody Allen, Ridley Scott, Michael Mann o Cameron Crowe�

En una profesi�n en la que no es com�n enfrentar la madurez con naturalidad, donde las exigencias est�ticas son tan asfixiantes que acaban desembocando en sufrimientos profundos, Cruz es una abanderada de la normalidad. A pesar de tener sitio fijo en la constelaci�n de Hollywood, trata de llevar una vida familiar, alejada de la pol�mica y la far�ndula. No quiere decir esto, no obstante, que sea ajena a los ruidos que la rodean. �He sufrido la dureza de la cr�tica en varias ocasiones, as� que cuando llegan los halagos los recibo encantada�, dijo en una ocasi�n. Porque a todo el mundo le gusta gustar. El reto es no perder la cabeza. Esto opina el cr�tico Jos� Luis Losa sobre su figura: �Los mejores papeles de la actriz en nuestro pa�s poseen un sabor profundamente espa�ol. No solo en las sufridoras mujeres que en ocho ocasiones ha interpretado con Almod�var. Tambi�n es espa�olaza en La ni�a de tus ojos, el papel en el cual la prefiero. Incluso su �scar para el Woody Allen de Vicky Cristina Barcelona es un rol ib�rico cien por cien�.

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Si bien son ciertos sus muchos e innegables logros, tambi�n lo es que todo profesional que da el salto a Hollywood tiene sus cimas y sus valles. Sus batallas que librar. La gran cruz de Pen�lope ha sido siempre el estigma. La industria estadounidense le abri� las puertas, pero trat� de amoldarla a un estereotipo que, en ocasiones, ha sido una barrera para el desarrollo de su talento. As� lo explica Losa: �Una vez erigida en reina del celuloide en Espa�a, la carrera de Pen�lope Cruz en Hollywood es una oda a la invulnerabilidad: la gran industria la encasill� como estereotipo latino en desastres comerciales como The Hi-Lo Country o All the Pretty Horses (en ambas mexicana), Blow (colombiana) o Woman on Top (brasile�a)�.

A pesar de los inevitables altibajos —que, por otro lado, toda gran carrera actoral tiene—, lo cierto es que Pen�lope Cruz sigue siendo uno de los reductos de presencia ib�rica en una escena internacional que impone inmensas barreras de entrada a los profesionales no estadounidenses. Por eso, a pesar de consideraciones distantes o c�modas, es imposible negar la indudable influencia positiva que, en el c�lculo final, ha tenido esta actriz de Alcobendas sobre la cultura de este pa�s.

Un largu�simo camino ha recorrido aquella chiquilla que cayera prendada de Jorge Sanz en Belle �poque. Qui�n le hubiera dicho a ella, angelical e inocente como parec�a, que acabar�a siendo una pirata del Caribe. Y una Bandida. Y Donatella Versace. Y Lupe Sino, amante de Manolete. O que se subir�a al mism�simo Orient Express y llevar�a el apellido Ferrari. Que amar�a a Pablo Escobar y hasta ser�a la Reina de Espa�a. Al principio, ella fue una chica normal cumpliendo un sue�o que, le dijeron algunos, no era demasiado realista. La vida y el esfuerzo le trajeron dolor (claro, como a todos) y, sobre todo, gloria. Hubo un tiempo, parece mentira, en el que nadie sab�a qui�n era Pen�lope Cruz. Ahora, Todos los lo saben.