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'Hércules' vio la luz en 1997. Al menos, la versión de Disney del mito griego. La película llegó a las salas un 17 de noviembre, hace ahora 25 años, y aunque su recuerdo (y sobre todo el de algunas de sus canciones) perdura, lo cierto es que no consiguió meterse al público en el bolsillo al igual que lo hicieron otras películas de la factoría de Mickey Mouse en aquella época. El estudio vivía una época dorada, conocida ahora como el Renacimiento de Disney, que durante una década (1989-1999) había alumbrado obras perdurables y éxitos de taquilla como 'La Sirenita', 'El Rey León' o 'Mulán'. Y 'Hércules' cayó en un lugar incierto entre la indiferencia, el enfado y el fracaso comercial, aunque hoy se evoque con cierto cariño.
Cómo nació la versión de 'Hércules' de Disney
A principios de 1992, Disney buscaba ideas para nuevas películas animadas y puso en marcha dos que estarían relacionadas con lo que posteriormente sería 'Hércules'. La primera fue una adaptación de 'La Odisea' de Homero, que fue abandonada por su complejidad y falta de personajes centrales. La segunda, una propuesta del animador Joe Haidar de dar vida a Hércules durante la Guerra de Troya, en la que el héroe tenía que decidir qué bando escogía. Aunque esta premisa no salió adelante, el estudio puso a Hércules en manos de dos talentos en alza en aquel momento: John Musker y Ron Clements.
Este dúo creativo había trabajado en 'Basil, el ratón superdetective', pero sobre todo eran autores de dos de los mayores éxitos recientes de la compañía, 'La Sirenita' y 'Aladdin'. Estos estaban interesados en sacar adelante 'El planeta del tesoro', pero Disney se resistía a darles luz verde (posteriormente se realizaría y sería un enorme batacazo) y les ofreció otros proyectos que ellos declinaron (como adaptaciones de 'Una princesa de Marte', 'Don Quijote' o 'La vuelta al mundo en ochenta días'). Finalmente, el griego Hércules sería la opción escogida, pero en vez de adaptar fielmente una versión canónica de la leyenda, optaron por utilizar algunos elementos mitológicos para construir a su antojo algo nuevo: un cruce entre una película de superhéroes y una comedia romántica.
A vueltas con la mitología griega
En cierto punto de la producción, buena parte del equipo, entre los que se contaban guionistas, productores y animadores, hicieron un tour por Grecia en busca de inspiración y referencias. Según contaba Alice Dewey, productora de la película, en el libro 'Disney's Art of Animation From Mickey Mouse to Hercules' de Bob Thomas, en aquel viaje conocieron a un guía turístico y académico que les contó todas las versiones diferentes que existían sobre el mito de Hércules y eso les hizo click: les recordó que "los mitos son una colección de historias, es historia oral y cada uno que la cuenta la embellece para sus propios fines". Esa naturaleza cambiante de las leyendas, donde no hay un canon único y fijado, la tomaron como carta blanca para utilizar a Hércules como buenamente les pareció.
No hace falta ser un erudito en mitología griega para notar un montón de cosas que se pasaron por el arco del triunfo. La primera, y muy evidente, convertir a Zeus y Hera en un matrimonio cándido y a Hércules en el hijo de ambos. Como todo el mundo sabe, la naturaleza de semidiós de Hércules le viene de ser hijo del Dios del trueno y de una mortal, Alcmena, y Hera tenía una relación, digamos, complicada con el hijo de su marido. La historia de Mégara tampoco tiene nada que ver. En efecto, fue la esposa de Hércules, hasta que Hera le provocó a este una locura temporal y el héroe la mató, al igual que a los hijos que tenían en común (lo cual fue la razón por la que luego haría las doce pruebas).
Hijos fuera del matrimonio, madrastras enajenadas e infanticidios eran ingredientes muy poco aptos para Disney, de modo que Musker y Clements reescribieron el mito hasta cambiarlo por completo. Necesitaban otra manera de explicar que Hércules fuese un semidiós y ahí dieron, además, con el villano, Hades, que en la mitología griega no es malo per se, pero cuyo imaginario del inframundo encajaba bien con lo que cualquier espectador espere de un antagonista en este tipo de historias. La mitología griega, desdibujada, no sirvió pues como una base sólida sino como una ligera inspiración, y donde más acierta la película es en su uso para ciertos guiños y detalles (como las referencias de Filoctetes a otros héroes).
Enfado en Grecia
¿Se imaginan que 'Coco' hubiese levantado ampollas entre el público mexicano en vez de ser uno de los países donde mejor funcionase la película? Pues eso es lo que pasó con 'Hércules' en Grecia. Disney quería hacer un gran evento con la cinta proyectándola en la colina Pnyx de Atenas, pero el gobierno griego se opuso debido a la recepción que estaba teniendo entre la prensa y los ciudadanos del país. "Heracles nunca hizo eso, él nunca mató al Minotauro", decía un niño griego de 6 años, según recoge una crónica de The Guardian de 1997.
Esta pieza informativa del momento es muy reveladora del sentir del país helénico. Decía que la gente comprendía que Disney fuese inventiva y cambiase algunas cosas, que pintase a Hércules como un "proto-Rambo", pero creían que se pasaba de la raya y llegaba a ser "antieducativa" al trastocar tanto el mito. "Walt Disney no solo ha ignorado por completo el mito antiguo, sino que también cambió su mensaje y eso es peligroso", apostillaba Vasillis Lambrinodakis, experto en antigüedades de la Universidad de Atenas. Para el periódico Adesmevtos Typos, era "otro caso de extranjeros que distorsionan nuestra historia y cultura solo para satisfacer sus intereses comerciales".
Pero, ¿era 'Hércules' una buena película?
Al margen del debate sobre la adaptación del mito, vista hoy, 'Hércules' no es una mala película (podría estar entre las películas más infravaloradas de Disney en su historia) si bien no está a la altura de los mejores clásicos de aquella época de Disney. Es interesante que Musker y Clements quisiese crear un héroe de acción y, a la vez, apostasen por un protagonista masculino tan ingenuo en oposición a una mujer notablemente más inteligente y con matices, si bien el conflicto de él es simplón (es muy guapo y fuerte, pero lo rompe todo y quiere buscar su sitio) y el de ella no deja de estar a merced de los hombres (el novio que la traicionó, luego Hades y finalmente Hércules) sin apenas control sobre su destino.
En el lado positivo, quizás lo mejor de la cinta sea Hades como villano, que resulta muy carismático, aunque no deja de estar cortado con la plantilla de otros previos (recuerda mucho a Jafar, pero también a Scar, con quien comparte ser el hermano cínico del Rey-Dios del Olimpo). Estas reminiscencias a otras obras previas es la gran losa de 'Hércules': Filoctetes nos recuerda a compañeros del héroe como el Genio, Pena y Pánico son las graciosillas mascotas del villano como lo fueron Iago de Jafar o LeFou de Gastón (aunque este fuese humano) y, sobre todo, el conflicto inicial está calcado de 'El Rey León': un hermanastro que intenta matar a su sobrino para ser el próximo gobernante, pero su plan no funciona porque sus secuaces (las hienas/Pena y Pánico) no cumplen bien con su misión (que, a su vez, está tomado de 'Hamlet').
En cuanto a sus mensajes, 'Hércules' no se anda con sutilezas y sus personajes los verbalizan: Hércules y Mégara hablan de que por amor se hacen grandes locuras, mientras que Zeus dice que el tamaño de un héroe se mide por su corazón. Lo segundo queda cristalino, pero a lo primero tal vez se le podría poner la puntilla si consideramos que la relación amorosa está menos trabajada que en otras obras de Disney como 'Aladdin'. En cambio, el humor es uno de los grandes aciertos de la cinta, mucho más ligera que las dos anteriores de Disney, 'El jorobado de Notre Dame' y 'Pocahontas'.
Otros pros y contras: la música y la animación. Respecto a las canciones, la propuesta de convertir a las musas en un quinteto de gospel y R&B es el mayor hallazgo de la película (curiosamente, lo más extremo frente a la mitología griega, pero funciona), aunque, salvo 'De cero a héroe', 'Hércules' no tiene tantos temas memorables como podrían tener 'Aladdin' o 'La bella y la bestia'. Por otro lado, su particular animación (mezcla de referencias clásicas y del estilo del caricaturista Gerald Scarfe) le da, al menos, un look muy reconocible, pero causó división entre los espectadores. También, la utilización de la animación por ordenador, especialmente clara en la pelea contra la hidra, ha envejecido regular al notarse mucho el contraste con la parte de animación tradicional.
Fracaso de taquilla... en su contexto
Formar parte de una era dorada de Disney como fue aquella de la década de los noventa le ha pesado mucho a 'Hércules' a la hora de darle su lugar y considerarla como una obra menor de la compañía (aunque no ocupa un mal lugar entre Las 50 mejores películas de Disney de animación, ordenadas). Veníamos de tres de sus mayores éxitos de crítica y taquilla como fueron 'La bella y la bestia' (que recaudó 425 millones de dólares), 'Aladdin' (504 millones) y 'El rey león' (968 millones), así como de otras dos que bajaron algo el listón pero se mantuvieron sólidas, 'Pocahontas' (346 millones) y 'El jorobado de Notre Dame' (325 millones).
'Hércules' no solo bajaría la recaudación hasta los 252 millones de dólares, sino que se vería ampliamente superada por las dos siguientes cintas que cerrarían la etapa del Renacimiento de Disney, 'Mulán' (304 millones) y 'Tarzán' (448 millones), y quedaría por debajo de sus propias expectativas. Se esperaba que solo en EEUU, 'Hércules' consiguiese entre 125 y 150 millones de dólares, pero apenas alcanzó los 99, subiendo luego gracias al desempeño global. Pero, por supuesto, todo tiene su contexto. Aquella era la época de las vacas gordas de Disney, pero luego vendría la era post-Renacimiento (también llamada Segunda edad oscura de Disney) que haría que los números de 'Hércules' no se vieran como un total desastre: películas como 'El emperador y sus locuras', 'Atlantis' o 'El planeta del tesoro' funcionarían mucho peor.
Nací en Wisteria Lane, fui compañero de piso de Hannah Horvath y 'Chicago' me volvió loco porque Roxie Hart soy yo. Tengo la lengua afilada, pero, como dijo Lola Flores, "me tenían que dar una subvención por la alegría".
