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Pedro Benito, el futbolista y tiktoker que no cuajó en CD Canillas y Unión Adarve

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Pedro Benito presentación Cádiz CF y CD Canillas
Pedro Benito posa en su presentación con el Cádiz CF y con el CD Canillas hace años. Foto: Cádiz CF y CD Canillas.

Pedro Benito, el futbolista y tiktoker que no cuajó en CD Canillas y Unión Adarve

Pedro Benito posa en su presentación con el Cádiz CF y con el CD Canillas hace años. Foto: Cádiz CF y CD Canillas.

Es uno de los jugadores del momento en el Grupo IV de Segunda RFEF. Hablamos de Pedro Benito, que llegó este verano al filial del Cádiz CF después de firmar una temporada increíble en el UCAM Murcia ‘B’ (13 goles). El delantero, al que muchos conocen por ser el hijo de Alberto Benito, leyenda del Cádiz CF y del Real Betis o por tener más de un millón de seguidores en la red social de Tik Tok, ha demostrado que está en el mejor momento de su carrera. Que, para quienes no la conozcan, ha estado llena de altibajos. Ayer, el jugador de 21 años mantuvo una charla con el periodista deportivo Rafael Escrig, que le citó en Twitch (enlace al vídeo) para saber más sobre su trayectoria.

Entre todos los problemas que tuvo que superar Pedro, destaca una lesión en el cruzado posterior de su rodilla que le mantuvo varios meses alejado de los terrenos de juego. La sufrió en el Juvenil del CD Canillas, equipo que actualmente milita en la Regional Preferente madrileña. El cadista llegó a parar allí debido al ‘No’ del Unión Adarve. El conjunto de Ganapanes decidió no hacerle un hueco en su División de Honor, y así contó él lo sucedido:

«estuve entrenando un mes y medio y el último día y me echaron»

«Ojalá Unión Adarve 2º año de juvenil. Segundo año de juvenil sí, pero Unión adarve no fue. Yo llego a una prueba en abril y me dicen que sí que me cogen, que voy al Juvenil División de Honor de 2º, iba a jugar contra el Madrid… Pues nada, llegó la pretemporada y vi que había 50 personas entrenando. Y yo: «Dios…. 50 personas somos entrenando…» Cada semana iban echando a gente, y llega un punto en el que éramos 25 para 23 fichas. Quedaban dos a una semana de comenzar la liga. Terminamos el último amistoso antes de la liga y me dice el entrenador: «Pedro, ven un momento porfa» Yo ya me dolía… Me dice: «Mira vete al estanco y cómprate un paquete de Camel, que estás fumadito.» (Cuenta de forma irónica). Básicamente me echaron, o no me cogieron. Claro, ahí me vino otra crisis existencial.»

Ante la sorpresa de Rafael Escrig, Pedro explicó con pelos y señales cuál era el acuerdo: «En abril llegué para hacer una prueba y ahí me dijeron que sí. Pasó el verano, llegó la pretemporada en agosto, estuve entrenando un mes y medio y el último día y me echaron.» También desvela cómo le contó este traumático episodio a su abuelo y a su padre: «Me dolió. Había gente buena y sabía que no iba a ser titular, pero yo pensaba que me iba a quedar y que me podía ganar el puesto. Tengo el recuerdo de que llegué al coche, que me recogía mi abuelo, y me dijo: «Bueno, ¿entrenáis mañana?», y yo decirle: «No abuelo, no entreno ni mañana, ni pasado, ni al otro.» Fue duro, tengo el recuerdo de llamar a mi padre, llorar y decirle: «Papá, ¿qué voy a hacer ahora?» En mi cabeza pensé: ¿Ahora dónde voy a jugar?.»

«el equipo estaba medio hecho y yo todavía no había desarrollado, ni muchísimo menos. Era muy delgadito»

Fue entonces cuando se abrió la posibilidad de ir al CD Canillas, donde intervino la figura de Alberto, su padre: «Pensé en qué hacer. Hablé con mi padre y me dijo que fuese al lado de casa, a Canillas, y que hiciese la prueba allí. Estaban en Juvenil Nacional, que era todavía una buena categoría para Juvenil. Mi padre conocía a alguien en el Canillas y le dijeron: «Que se venga a hacer la prueba» llegué a la prueba una semana antes de empezar la liga, con el equipo hecho y no me conocía ni Dios, no sabían quién era. Entrené con ellos y jugué un par de partidos esa semana, pero el equipo estaba medio hecho y yo todavía no había desarrollado, ni muchísimo menos. Era muy delgadito, muy poca cosa, y no lo hice muy bien del todo. Pero en el último partido de pretemporada jugamos contra el San Fernando en su campo y metí un gol increíble desde mi portería. Me fui de todos y metí un gol que me dio vida.»

«Una anécdota es que mi abuelo, que siempre venía a verme, estaba la grada y escuchando a los padres del resto que decían: «Este chico no puede«. Mi abuelo estaba escuchando eso todo el rato, entonces cuando marqué ese gol increíble que me fui de todo el mundo, saltó mi abuelo: «¡Vamos! ¡Eso lo hace todos los días!» comentó Pedro mientras se reía a carcajada limpia con Rafa y Álex Ivars, que se incorporó con la conversación ya iniciada.

«A pesar de ese gol, el lunes siguiente me dijeron que no contaban conmigo»

Sin embargo, aclaró que ni por esas le dieron el ‘Sí’: «A pesar de ese gol, el lunes siguiente me dijeron que no contaban conmigo, que no me querían. Claro, la opción que me quedaba era ir al Canillas ‘B’, que estaba en Preferente. No tenía otra opción, no tenía otra cosa. Me dijeron que entrenara dos veces a la semana con el Nacional y que un día a la semana con el Canillas B, pero que jugaría los fines de semana con el Canillas B. Entonces yo le dije que quería entrenar todos los días, dos veces con el Juvenil Nacional y tres con el otro equipo. Yo entrenaba todos los días.»

Asombrado porque alguien que había pasado por el Swansea y el Almería se encontrase en esa situación, Rafa le preguntó cuál era su nivel real: «Mi punto de vista es que ese gol en pretemporada me dio vida. Yo sé que podría haber jugado en ese Canillas Liga Nacional. Quizá en el División de Honor del Adarve me habría costado más por mí físico, pero en el Liga Nacional del Canillas podría haber jugado. Lo que pasa que era un equipo ya hecho, del año pasado, que había ascendido, el entrenador estaba a tope con ellos… Yo lo acepté, entrené con ese Canillas y de hecho hay una época en la que lo hago muy bien con el ‘B’, porque el nivel era bastante bajo. Aun así, meto goles y entreno todas las semanas con el Nacional, y no es que desentonase, sino al revés, veía que destacaba. Yo llegaba a casa de entrenar diciendo: «Papá, yo aquí soy de los mejores, yo puedo destacar. Aquí puedo jugar«. Pero no me daban ni bola».

«Hostia, tú eres muy flojito, eres muy poco competitivo» Me sentó como un tiro y mire para abajo

Y cuando parecía que todo iba a cambiar y que podía debutar con el Liga Nacional, la lesión frustró su progresión: «Llegó un punto en el que yo empecé muy bien en el Canillas ‘B’ y empiezo a entrenar muy bien también con el Liga Nacional. Voy cogiendo ritmo, voy jugando partidos y sí noto que uno de los entrenadores empieza conmigo muy bien: «¡Hostia Pedro, cómo está Pedro!» El preparador físico también, pero al final no me daban la oportunidad de jugar. Tengo el recuerdo también en pretemporada de que el entrenador principal, tengo esa palabra en la mente, en un entrenamiento me dijo así en la cara «Hostia, tú eres muy flojito, eres muy poco competitivo» Me sentó como un tiro y mire para abajo. Ese entrenador no me dio bola y el otro, el segundo entrenador, sí es verdad que empezó a darme mucha bola porque yo estaba muy bien. En febrero estaba muy bien, de hecho mi último partido fue cuando jugamos el derbi contra el Sporting Hortaleza, en un campo jodidísimo y pequeñito. Metí gol, ganamos gracias a mí y yo ya me sentía muy bien. Estaba entrenando muy bien con el Nacional y veía posible que me diesen la oportunidad de jugar con ellos. Pero esa misma semana, en un entrenamiento, en una carrera al espacio, voy puganando con uno, me caigo y me hago daño en la rodilla. Después de estar un tiempo viendo a ver que era con el fisio e intentando entrenar y correr, me dolía la rodilla y me hice una resonancia. Tenía el cruzado posterior roto