Cumple 50 años Pavel Nedvěd, ganador del Balón de Oro y leyenda del fútbol mundial

Pavel Nedvěd

Pavel Nedvěd, uno de los deportistas checos más exitosos de la historia, cumple 50 años este 30 de agosto. En 2003, ganó el Balón de Oro.

La temporada 2008-2009 marcó el final de la carrera de Pavel Nedvěd. A los 37 años, el León de Praga decidió colgar los botines para dedicarse de lleno a su familia. Sin embargo, tras anunciar aquella decisión y a pesar de su edad, le llovieron ofertas de diversos clubes, que intentaban convencerlo de seguir jugando.

Pavel Nedvěd,  el Balón de Oro | Foto: Michaela Danelová,  Český rozhlas

En el festejo de su cumpleaños número 50, el exdeportista sigue despertando la misma admiración e interés en el mundo del fútbol.

Por supuesto, el respeto que se ha ganado no es ninguna casualidad. Nedvěd fue el segundo checo en la historia en ganar el Balón de Oro, después del legendario Josef Masopust. Además, con su estilo enérgico, se ganó el corazón de los checos en 1996, cuando llevó a la selección nacional a la final de la Eurocopa, que quedaría en manos de los alemanes.

Ganador de seis balones de oro de la República Checa, cuatro veces elegido Futbolista Checo del Año, el excentrocampista fue también destacado en 2003 como el Futbolista del Año de la Serie A, la liga italiana en la que supo brillar como jugador de la Lazio y la Juventus. Los hinchas italianos lo bautizaron como “la furia checa”, haciendo honor al potente estilo que lo caracterizó durante toda su carrera.

Los comienzos de su carrera

Nedvěd se mostró fiel a su estilo desde sus inicios. El exfutbolista nunca dudó en afirmar que él no se consideraba un jugador vistoso ni elegante, ya que sus fortalezas, según sus propias palabras, eran “correr y luchar”.

Nacido en Cheb, Nedvěd creció en la ciudad de Skalná. Desde pequeño, supo que quería convertirse en futbolista. Comenzó a jugar los 5 años y formó parte de los equipos de Tatran Skalná, Rudá Hvězda Cheb y Škoda Plzeň. En 1990, el joven atleta fue cedido al Dukla de Praga, que resultó el paso previo a formar parte del poderoso Sparta de Praga, el club más importante del país, en el que comenzaría a dar muestras de sus habilidades únicas.

En el Sparta, el “monje guerrero”, como sería apodado años más tarde por su carácter reservado, conquistó cuatro títulos, entre ellos, la Copa de la República Checa.

Llegado 1996, su desempeño encontró uno de los picos de su carrera. En ese año, la selección checa alcanzó la final de la Eurocopa, en donde el equipo nacional cayó ante la poderosa Alemania por 2-1. El centrocampista dejó en claro su potencial durante la competición y las ofertas de diversos clubes comenzaron a llegar.

La gloria en la Serie A

Finalmente, la posibilidad del unirse a la Lazio, club italiano que por entonces pasaba por un gran momento, resultó la más convincente. Así, el 7 de septiembre de 1996 se produjo su debut en la Serie A de Italia, en donde brillaría hasta ser reconocido como el mejor futbolista del mundo.

En la Lazio, Nedvěd se alzaría con cinco importantes títulos: dos Copas, dos Supercopas y un campeonato de la Serie A.

Con respecto a esta etapa, el exfutbolista expresó en declaraciones a la Radio Checa que el entrenador del equipo por entonces, el italo-checo Zdeněk Zeman, fue una pieza fundamental en su carrera.

Pavel Nedvěd | Foto:  ČTK

“Yo he tenido suerte con los entrenadores. Cuando llegué a la Lazio, Zdeněk Zeman fue quien puso la primera piedra, me dio la oportunidad, confió en mí, y me enseñó el camino para poder triunfar en Italia. Y, luego, cuando pasé a la Juventus, me entendí muy bien con Marcello Lippi, que a día de hoy sigue siendo un gran amigo, nos vemos en las vacaciones… Así que nombraría a estos dos como los mejores que he tenido”.

En 2001, ya consagrado como un jugador de elite, la Juventus adquirió su pase por nada menos que 42 millones de euros. El gigante italiano eligió al centrocampista checo para reemplazar a otro jugador legendario, Zinedine Zidane, que venía de ser comprado por el Real Madrid. A pesar de que la vara se encontraba muy elevada para el “León de Praga”, su espíritu luchador lo haría superar cualquier expectativa.

Con la Juventus, no todo fue color de rosa. A pesar de que el equipo se consagró doblemente en la Serie A y en la Supercopa de Italia, su desempeño en la Liga de Campeones fue una gran frustración para un jugador que aspiraba a la máxima gloria. Este pasaje de su carrera sería el más difícil de asimilar.

Pavel Nedvěd,  foto: Pavel Lebeda,  CC BY-SA 2.0

En 2003, el mismo año en el que ganó el Balón de Oro, la Juventus alcanzó la final de la competición más anhelada por cualquier equipo europeo. La Juve se enfrentaría al Milan, pero el jugador checo no podría disputar la definición: por acumulación de tarjetas amarillas, “la furia checa” tuvo que ver el encuentro desde el banco de suplentes. Para más amargura, su equipo caería en la tanda de penaltis.

Tres años más tarde, la Juventus sería castigada con el descenso a la Serie B, tras verse involucrada en un escándalo de fraudulentos arbitrajes, conocido como el Calciopoli. En una muestra de lealtad y amor por el club, Nedvěd se quedó en el equipo para ayudarlo a regresar a su posición de prestigio. Ese año, junto a otros grandes deportistas como David Trezeguet y Gianluigi Buffon, la Juve se consagró campeona de la Serie B.

Sobre su valoración en el equipo, Nedvěd decía que esta no cambió entonces, como tampoco lo hizo años antes cuando recibió el Balón Oro, momento que recordó a la Radio Checa.

“Mi lugar en el club creo que no cambió mucho, porque cuando llegué ya sabían a quién habían comprado. Estaba en el lugar de Zidane, tenía que remplazarlo, lo que creo que no es nada sencillo, pero creo que lo conseguí en cierto modo. Allí aprecian mi trabajo, mi enfoque del fútbol, me aprecian como persona, así que creo que conseguí todo lo que quería”.

Selección checa y retiro

Pavel Nedvěd | Foto: Jan Kaliba,  Český rozhlas

En cuanto a su participación con la selección nacional checa, el centrocampista disputó 91 partidos junto a sus compatriotas y marcó 18 goles. Su desempeño más alto se produjo al obtener el subcampeonato en la Eurocopa de 1996. En 2004, volvería a subirse al podio de la misma competición, alcanzando el tercer lugar. Convertido ya en capitán de la selección, solo pudo competir en una Copa del Mundo, en 2006. El 16 de agosto de ese mismo año dejaría de vestir los colores de su nación, para ceder su lugar a jugadores más jóvenes. Tres años más tarde, el 1 de abril de 2009, disputaría su último partido, vistiendo los colores blanco y negro de la Juve, nada menos que ante la S. S. Lazio. La huella que dejó Nedvěd en ambos equipos y en el fútbol mundial es objeto de celebración, sin dudas aún más en el día de su cumpleaños.